La Audiencia Nacional ha sentenciado a 85 años de cárcel a la etarra Ana Belén Egüés, alias Dolores, por participar en el atentado con coche bomba perpetrado en la calle de las Platerías de Madrid el 8 de agosto de 2000, que dejó 11 heridos (siete de ellos, de gravedad). El tribunal considera probada la implicación de la terrorista, que admitió los hechos en el juicio tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía. Egüés, de 55 años, está actualmente en prisión cumpliendo condena por otros crímenes.
La sentencia, que atribuye a la etarra siete delitos de asesinato en grado de tentativa y otro de estragos terroristas, explica que Egüés robó en enero de 2000 el vehículo de la marca Peugeot usado medio año después en el atentado de la calle de las Platerías. Para entonces, ella ya formaba parte del comando Buruhauste, que centraba su actuación en la capital. Es más, los miembros de ETA cargaron el coche bomba con dinamita que ella misma había “proporcionado” previamente y trasladado hasta una casa de Salamanca utilizada como piso franco. Por su parte, otros compañeros del comando estacionaron el automóvil en el lugar donde hizo explosión en agosto.
“La colocación y detonación de la bomba instalada en el vehículo, previamente sustraído, supuso la creación de una situación de peligro, afectante a una generalidad de personas, con grave perturbación para el devenir cotidiano. El artefacto confeccionado, instalado y accionado, demostró su gran potencia de destrucción y de alteración de la tranquilidad social”, reza el fallo de la Audiencia Nacional, firmado por los magistrados Juan Francisco Martel, Francisca María Ramis y Fermín Javier Echarri.
Juicio a otros dos etarras
En paralelo, la Audiencia Nacional celebra esta semana el juicio contra otros dos etarras, Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias Ata, y Miren Itxaso Zaldúa, a la que se atribuye el sobrenombre de Sahatsa, por participar supuestamente en cuatro atentados cometidos por el comando Basajaun en 2002 —la colocación de un coche bomba en la Universidad de Navarra; otro en el Corte Inglés de Zaragoza; y otros dos junto a las sedes de las empresas Uvesa y Ultracongelados Virto, en Navarra—. Por estos crímenes, la Fiscalía pide para ambos 167 años de cárcel. Este martes, el ministerio público ha insistido en su culpabilidad. Pero, durante sus declaraciones ante el tribunal, celebradas el lunes, los dos negaron su implicación en estos cuatro atentados.
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Ata, que sí admitió su pertenencia al comando Basajaun, se encuentra actualmente en prisión por otros crímenes y fue condenado en 2023 a 30 años de cárcel por el asesinato en 2001 de Manuel Giménez Abad, expresidente del PP de Aragón. Precisamente, Zaldúa también fue acusada en ese juicio, pero fue absuelta por falta de pruebas.
Zaldúa, que se encuentra en libertad, se exculpó este lunes: “Nunca he fabricado un artefacto explosivo. Nunca he preparado un coche”. La terrorista afirmó que, antes de pasar en 2004 a Francia a la clandestinidad, su labor en España se limitó a tareas de apoyo a ETA, como hacer de correo o almacenar material.