La empresa biotecnológica Colossal Biosciences, con sede en Dallas (EEUU) ha conseguido desextinguir al lobo terrible (Aenocyon dirus), una especia desaparecida desde la última glaciación (hace unos 13.000 años). Esta es la primera ocasión en la que se considera exitosa la desextinción de un animal mediante la manipulación genética y la clonación celular, aunque, como era de esperar, también ha generado debate por sus implicaciones éticas y ambientales.
El proyecto ha culminado con el nacimiento de tres ejemplares: Rómulo, Remo y Khaleesi (el nombre de este último es en honor al personaje de Juego de Tronos, cuyo autor, George R. R. Martin, se inspiró en esta especie de lobos para crear a los que acompañan a la familia Stark durante la serie).
El equipo comenzó por el análisis de muestras fósiles, entre las que estaban un diente de 13.000 años y un cráneo de 72.000, para poder reconstruir un genoma completo del Aenocyon dirus. Tras esto, aplicaron técnicas avanzadas de edición genética sobre células de lobo gris, ya que esta especia comparte el mayor porcentaje de ADN con el lobo terrible. Por último, las células modificadas se implantaron en perras domésticas, quienes dieron a luz a las crías entre octubre de 2024 y enero de 2025.
Vigilancia exhaustiva en una reserva de 809 hectáreas
El objetivo del proyecto era devolver al nuevo animal las características físicas del lobo extinto, entre las que se incluyen un mayor tamaño, una mandíbula más robusta y un pelaje claro y espeso. Para ello, llevaron a cabo un proceso que incluyó 20 modificaciones genéticas sobre 14 genes distintos.
«Este gran hito es el primero de muchos ejemplos que demuestran que nuestra tecnología completa de desextinción funciona», ha explicado el director ejecutivo de Colossal Biosciences, Ben Lamm. Por su parte, el genetista Love Dalén, del Centro de Paleogenética de la Universidad de Estocolmo y asesor del proyecto, ha explicado que este animal «lleva genes de lobo terrible, y estos genes lo hacen parecer más un lobo terrible que cualquier cosa que hayamos visto en los últimos 13.000 años».
El genoma de los lobos es, en un 99,9%, idéntico al del lobo gris, pero con elementos modificados que alteran su aspecto. Por ello, aunque Dalén ha asegurado que «han resucitado el fenotipo del lobo terrible», se ha generado un debate entre los expertos sobre si estos híbridos deben considerarse lobos terribles auténticos o, por el contrario, una nueva entidad biológica con raíces de una extinta.
Los cachorros están ahora en una reserva de 809 hectáreas que cuenta con sistemas de seguridad, vigilancia por drones y cámaras en directo. Aunque la ubicación de la misma es secreta, para proteger a los animales, sí que han informado de que la instalación cuenta con el aval de la Sociedad Americana Protectora de Animales y está registrado en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Los lobos son objeto de observación constante para analizar su evolución; sin embargo, los investigadores aseguran que ya muestran un comportamiento compatible con el de los cánidos salvajes. Este proyecto tiene como uno de sus objetivos el estudiar la posibilidad de aplicar esta tecnología para la conservación de especies en peligro de extinción.