En el camino del Mallorca hasta la cuarta final de Copa del Rey en su historia se levantan dos piedras miliares. Doshitos, lances donde la moneda vol al aire y sali cara. Uno, el de los pies que el portero gigantn Dominique Greif movi felinamente sobre la lnea para atajar el penalti de Brais Mndez en San Sebastin. Era el descuento de la primera parte de la semifinal y ante el precipicio de lo que suponen los goles psicolgicos. El otro, el del gol en la prrroga de los octavos en Tenerife anotado por uno de los grandullones del vestuario: un tipo canadiense de hechuras pugilsticas y que lleg hace un ao al club bermelln tras una fulgurante irrupcin en Valladolid, con ocho goles en 16 partidos disputados.
Horas antes de la final y a unos das de cumplir 29 aos, Cyle Larin (Ontario, 1995) atiende a EL MUNDO. Parco de palabras, recuerda aquel gol en Tenerife que el equipo celebr como una hombrada y que descorch de nuevo en la isla la ilusin por la competicin fetiche del Mallorca 21 aos despus de que venciera 0-3 al Recreativo de Huelva en su ltima final.
Hijo de madre canadiense y padre jamaicano, Larin forma parte de la hornada de futbolistas que llev a la seleccin nacional de la hoja de arce a disputar su segundo Mundial, en Qatar en 2022. En un pas donde el hockey hielo es el deporte nacional, l tambin se calz los patines: «Empec con el hockey hielo, pero era demasiado caro para la familia». Lo suyo era el ftbol. Segua sus «races» caribeas. «Siempre tuve una pelota en los pies, jugaba en la calle con mis amigos, en el colegio, siempre ftbol…y se me daba bien». Lleg a jugar de portero, pero en cuanto marc un gol, cambi su vocacin.
As lleg a la MLS y fich por el Orlando City, donde lleg a jugar contra su dolo: el ex delantero del Chelsea, Didier Drogba, que militaba en el Montreal Impact. Desde la distancia, dice que Canad tiene buenos jugadores para «jugar al mximo nivel» y que «las infraestructuras estn mejorando» pero admite no ser lo mismo que en Europa, donde los nios tienen «ms facilidades» para el ftbol.
Su primer salto al viejo continente fue a Turqua, donde recal en el Besiktas, club en el que permaneci durante cuatro temporadas. Como ‘guila negra’ logr anotar 23 goles en 45 partidos como mejor registro anual: «Era todo muy diferente a lo que conoca, la cultura, la pasin, el ruido de la aficin…fue una gran experiencia, ganamos trofeos y aprend mucho».
Desde su aterrizaje en el club balear, en el que suma dos goles en Liga, no se han cumplido sus mejores expectativas. Hasta el momento, Larin no ha tenido en Mallorca el acierto que tuvo en Valladolid, donde cuaj una de las mejores actuaciones de un fichaje de invierno, llevando al club pucelano a luchar hasta el final por una permanencia que finalmente no pudo conseguir.
«Hemos remado duro todos juntos»
Sin embargo, en la Copa s ha logrado buenos registros. Con el kosovar Vedat Muriqi como intocable en la punta de lanza del ataque, Larin tiene que desempearse como segundo punta en las variables ms ofensivas de Javier Aguirre. «He podido ayudar con goles importantes en esta Copa, pero por encima de todo ha sido un trabajo en equipo, hemos remado duro todos juntos para llegar hasta aqu», explica el delantero cuando se le pregunta por aquel tanto. Un brillante zarpazo a bote pronto, a la media vuelta en la frontal del rea pequea que acab en la cepa del poste.
«He actuado, fundamentalmente, de 9, pero en mi carrera tambin he estado en la izquierda y en el centro. As jugaba en el Besiktas, movindome ms, tocando la pelota y luego atacando el rea«, explica abriendo el abanico de opciones con el que espera encontrar hueco en un equipo al que le cuesta mucho hacer gol.
Adems, entiende que la Copa es casi una religin en Mallorca. La isla que lleva 21 aos sin disfrutar una final y donde ahora vive feliz con su mujer y sus dos hijos gemelos apreciando «la calma, la calidad de vida y la buena comida». «Sabemos lo que esta Copa del Rey significa para todos», antepone. «Vamos a ir a por ella», confiamos en nosotros», cierra
