El violento ataque de una pandilla la semana pasada en la localidad haitiana de Pont-Sondé dejó 109 muertos y más de 40 heridos, informó este miércoles un funcionario local a la radio.
El vicedelegado del distrito de Saint Marc, Walter Montas, dijo a la radio Magik 9 que existe una «frágil calma» en el sector de Pont-Sondé desde el arribo de refuerzos policiales.
Durante la noche del 3 y las primeras horas del 4 de octubre, miembros de un grupo armado dispararon rifles automáticos contra los habitantes de esta localidad situada a unos 100 kms al noroeste de Puerto Príncipe, donde quemaron decenas de casas y vehículos.
Un informe de la ONU había reportado inicialmente al menos 70 muertes, incluidos mujeres y niños.
El gobierno haitiano condenó la «brutalidad indescriptible» del ataque y anunció el envío de unidades haitianas especializadas contra pandillas y de miembros de la fuerza multinacional liderada por Kenia.
Desde el pasado verano boreal, una misión multinacional de apoyo a la seguridad en Haití comenzó a desplegarse en el país caribeño asolado por la violencia, que desde hace años atraviesa una grave crisis humanitaria, económica y política.
En un comunicado, la policía haitiana dijo el miércoles que desplegó esta misión para «desmantelar todos los focos de pandillas» en la región de Artibonite, particularmente el «Gran Griffe», autor del ataque de la semana pasada.
Este grupo armado, que se especializa en robo de camiones y secuestros extorsivos, es liderado por Luckson Elan, sancionado por Estados Unidos por su participación en graves violaciones de derechos humanos.
Al menos 3,661 personas han sido asesinadas desde enero en Haití, según una cifra de finales de septiembre que citó el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
La ONU pidió «un aumento de la asistencia financiera y logística internacional» para la fuerza multinacional, compuesta principalmente por policías kenianos y que ha luchado por producir resultados concretos desde su llegada.
La ola de violencia y una precaria situación humanitaria han obligado a más de 700,000 personas, la mitad niños, a huir de sus hogares para buscar refugio en otras zonas del país, según las últimas cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).