Home » Cuestión de paladar

Cuestión de paladar

by Marko Florentino
0 comments


Suele llamarme la atención la disparidad reinante en los comentarios que leo en las redes sobre los restaurantes. Siempre hay quien deplora precisamente lo que otro elogia: uno considera muy amable y eficaz el servicio, el siguiente tacha a los camareros de lentos y antipáticos; tras el que ha disfrutado con los aperitivos viene uno que los encontró escasos y vulgares; las salsas que deleitaron a una familia empacharon de modo insoportable a otra igualmente respetable, etc. Se diría que los clientes han ido a establecimientos distintos, pero la verdad es que todos fueron al mismo y quizá el mismo día. Es verdad que para gustos están los colores y que hay personas más exigentes o de mejor conformar que otras. Pero ¿no debería haber algún patrón objetivo para establecer aunque fuese aproximadamente lo que merece elogios y lo que debe ser censurado? Paso a comentarles un caso en el que se diría que podemos juzgar con datos indiscutibles.

Hace pocos días fue clausurado en el barrio de Usera un restaurante chino que llevaba diez años en funcionamiento. Por lo visto hubo algunas denuncias por indisposiciones después de comer en él, lo que motivó una inspección de la policía. Lo que encontraron superó las peores expectativas: más de trescientos kilos de carne en mal estado, refrigeradores estropeados, litros y litros de grasa en barriles abiertos, todo sucio y oxidado, tiras de carne colgando de tendederos de ropa, trampas para ratas con su rata incorporada, cucarachas a cascoporro… Había varias palomas desplumadas, a las que se ejecutaba a patadas (¡!) y luego se hacía pasar por patos para servirlos a la pekinesa. Recuerdo al momento el viejo chiste colegial del que fue al restaurante y pidió pato salvaje. «De eso no tenemos, señor -repuso el camarero- pero si quiere puedo cabrearle un pollo». En fin, lo del local chino de Usera no es cosa de risa. El dueño ha sido detenido acusado de atentado a la salud pública, estafa al público y no sé cuantas cosas más. Pero no es de ese chino -cochino más bien- y su infecto local de lo que les quería hablar.

«Está claro que en este caso —como en otros parecidos— los engañados son cómplices de los estafadores con su ignorante buena fe»

Lo que me importa es que un comedor de tan repugnantes condiciones debería poner a todo el mundo de acuerdo en su rechazo. Ah, pues no señor, nada de eso. Hubo desde luego gente que denunció en las redes sabores raros, incluso indisposiciones, y atestiguaron haber visto suciedad y alguna cucaracha errante. Pero no fueron todos, ni siquiera la mayoría. Según cuentan los vecinos, el restaurante tenía buena fama y los fines de semana venían autobuses llenos de comensales que abarrotaban la sala. Y los comentarios que dejaban en la red eran de lo más cariñoso: «Auténtica comida china… todo muy rico… excelente relación calidad precio… servicio muy amable… seguro que volveremos… plenamente recomendable». Por lo visto, todos los clientes que no acababan en el hospital se declaraban plenamente satisfechos. El regusto a cucaracha de algunos platos lo consideraban un toque indiscutiblemente oriental (después de todo, siempre nos hablaron de las torturas chinas). Cualquiera que se guiase por las opiniones de los usuarios podría haberlo tomado por uno de los mejores locales de su género en Madrid.

banner

¿Cómo se explica ese beneplácito que llevaba a algunas familias a comer todas las semanas en esa cueva de envenenadores? ¿Falta de paladar? ¿Se dejaban influir por los comentarios que leían en la red y por la multitud que llenaba las mesas? Sinceramente, se hace difícil de entender, pero está claro que en este caso —como en otros parecidos— los engañados son cómplices de los estafadores con su ignorante buena fe. En seguida se me vienen a la cabeza los cientos de miles que votan a Pedro Sánchez y sus pseudosocialistas, a pesar de todo lo que ya sabemos de Ábalos, Koldo, Begoña, el fraudulento hermano, el fiscal vendido al enemigo, las alianzas con lo peorcito de cada casa política, la desigualdad ante la ley que descaradamente la consagra, etc, etc. La gente que vota a Sánchez (iba a decir «que votaba» pero no quiero perecer por optimista) no ignora todas esas cucarachas que corretean por el régimen, pero las desconoce olímpicamente o las achaca a los enemigos de la derecha. ¿Se puede ser tan bobo? Pues por lo visto sin problemas. Al menos hasta que se te revuelven definitivamente las tripas, te pones a vomitar como si fueses a echarlas por la boca y acabas en urgencias. Supongo que entonces por fin te enteras de la bazofia que estabas comiendo tan contentito.



Source link

You may also like

Leave a Comment

NEWS CONEXION puts at your disposal the widest variety of global information with the main media and international information networks that publish all universal events: news, scientific, financial, technological, sports, academic, cultural, artistic, radio TV. In addition, civic citizen journalism, connections for social inclusion, international tourism, agriculture; and beyond what your imagination wants to know

RESIENT

FEATURED

                                                                                                                                                                        2024 Copyright All Right Reserved.  @markoflorentino