En el Gran Premio de Austria de Moto3, donde mucho tiempo después volvió a ganar una carrera Ángel Piqueras y José Antonio Rueda, el líder del Mundial, fue quinto, el protagonismo se lo arrogó el sevillano David Muñoz, que acabó en el podio tras partir de la decimocuarta posición de la parrilla, debido a una maniobra agresiva en la curva nueve a falta de una vuelta para el final. El brenero se metió por dentro y sobrepasó a Quiles y Perrone, que acabaron fuera de la pista. Muñoz se puso, así, segundo, aunque terminó tercero tras ser rebasado por Yamanaka en la última vuelta de una carrera muy táctica y con sus dosis de polémica.
Jorge Martínez Aspar, CEO del CFMoto de Quiles, apuntó directamente a Muñoz. Y sin morderse la lengua. «Si permiten esto, que sea para todos. Nosotros diremos a nuestros pilotos que hagan lo mismo, que está permitido sacar a pilotos de la pista. Lo ha sacado al rojo, fuera de la pista. Y en la última vuelta, también a Furusato. No es correcto. Lo vamos a decir en Dirección de Carrera. Hay que educar a los pilotos desde el principio y parece que a Muñoz no le dejan en casa. Recuerdo a Lorenzo, por ejemplo, que lo dejaron en casa».
En la zona de entrevistas, y en declaraciones también a DAZN, el piloto de Brenes mantenía la calma cuando se le preguntaba por esa maniobra y las palabras de Aspar. «He entrado porque llevaba la velocidad que me permitía ir. Se lo tienen que hacer mirar un poco porque siempre miran al mismo. Máximo también lo hizo a Rueda en Alemania. Si lo hubiera hecho yo, me habrían penalizado, lo tengo bastante claro. Para ellos, es penalizable; si lo hacen ellos, no es penalizable. Estoy en el punto de mira, pero sigo a lo mío, ha sido una carrera magnífica y para quienes me rodean. Siempre hay polémica. Estoy enfocado en mí y no me importan lo que digan los demás; si no, me habrían penalizado. Seguiremos adelante en Hungría y vamos a ver cómo va», se explicaba el sevillano, satisfecho con la tercera posición: «Yo he dado el 200 por 100 y no he tirado la toalla. He intentado sí o sí ganar y me lo han dificultado Yamanaka y Furusato. He intentado arreglarlo como he podido. El tercer puesto me sabe a mucho después de un fin de semana difícil».
Dos grupos
La de Austria fue una carrera muy táctica, con dos grupos bien diferenciados que no entraron en contacto hasta las tres últimas vueltas. A partir de ese momento, el statu quo se alteró y de manera muy sensible, definitiva. Lideró en el arranque Piqueras, con Perrone, Quiles y Yamanaka al acecho. Rueda era décimo al primer paso por meta y Muñoz, que había remontado tres posiciones y tenía buen ritmo, undécimo. Quiles agarró ya la primera posición y con el firme propósito de estirar lo máximo posible la carrera. Lo perseguían, por este orden, Yamanaka, Piqueras y Perrone, conformando el cuarteto que comandaba la prueba. Foggia, quinto, estaba a más de un segundo después de cinco vueltas completadas.
Del grupo perseguidor, el piloto con mayor ritmo era David Muñoz, que marcaba vuelta rápida y se situaba séptimo, con Rueda por detrás, y Foggia y Adrián Fernández por delante. Obviamente, para tener opciones de podio, había que reducir las distancias con esa avanzadilla de cuatro pilotos que contaban con un mullido colchón de más de dos segundos. Muñoz ya era sexto y Rueda, entonces, séptimo. Cuando tiraba Yamanaka de la carrera, la brecha entre los dos grupos se reducía. En apenas una vuelta, de 2,2 a 1,6 segundos. Quiles tomaba el mando de la escapatoria a falta de once giros, casi en el ecuador de la carrera.
Furusato, octavo, firmaba vuelta rápida y la distancia entre las dos grandes unidades se estabilizaba en 1,5 segundos, pero aún quedaba la mitad del metraje y la posibilidad de que ocurriese un terremoto era latente. A Quiles, líder, lo advertían por pisar varias veces fuera de los límites de la pista, pero no paraba de apretar y apretar para consolidar su liderazgo. En la primera curva se fue largo el murciano y eso lo aprovechó Piqueras para colocarse al frente a falta de siete giros. De los cuatro más adelantados, Yamanaka era el más lento mientras Adrián Fernández, quinto, tiraba y tiraba del grupo perseguidor. No se daba por vencido, pero tampoco Muñoz, sexto, en su cara a cara con un rapidísimo Furusato.
Todo cambia al final
Rueda se quedaba en la novena plaza y los escapados ya disfrutaban de menos de un segundo sobre Fernández, que perdía dos puestos en detrimento de Furusato y Muñoz. La batalla era titánica, con los adelantamientos sucediéndose y Perrone, el poleman, alzándose al liderato. A falta de tres vueltas, Furusato y Muñoz se sumaron a la lucha por el podio, especialmente el japonés, que iba a como un tiro y dejó fuera de la ecuación a Yamanaka. Muñoz, quinto, tenía hambre de gloria, como siempre, y le quedaban dos vueltas para subirse al cajón.
En una maniobra agresiva sobre Quiles y Perrone, se alzó el sevillano hasta la segunda posición amenazando a Piqueras en una última vuelta apasionante, con Yamanaka apareciendo por detrás para quedarse con la segunda plaza y desplazar a Muñoz hasta la tercera. Rueda, finalmente, terminó quinto, y así, después de un discreto fin de semana, minimizaba daños y mantenía 71 puntos de ventaja en la clasificación general sobre Piqueras a falta de nueve pruebas para el final del Campeonato. Muñoz ya es tercero, tras su cuarto podio seguido, y se halla a cien puntos de su paisano, como Quiles.
Siempre sosegado, calmado, Rueda realizaba estas valoraciones tras la carrera: «Muy contento por cómo hemos trabajado hoy. Ha habido algunos puntos en que nos ha costado un poco más. Me ha faltado llegar una vuelta antes al primer grupo. Detrás había un poco de locura y no te dejaban llegar bien al grupo delantero, pero así son las carreras y un quinto puesto está bastante bien. Hemos cogido más puntos y, ahora, a pensar en Hungría». Eso será el próximo fin de semana.