Hace tiempo que en el periodismo deportivo, por encima de cualquier otra cosa, se frunce el ceo. Se lanzan opiniones a un volumen muy alto y dotando de una solemnidad incomprensible a un entretenimiento magnfico, pero superficial por naturaleza. El futuro de Mbapp, el peinado de Xavi, la entonacin del rbitro del VAR… todo es cuestin de Estado. En ese ambiente, el xito de David Snchez (Barcelona, 1974) es refrescante porque ha llegado a ba
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