«Hemos agotado un cartucho de vida», confesó una de las dos personas a las que salvó literalmente la vida el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil de Granada. Los agentes los encontraron en una situación límite: perdidos cerca del Mulhacén, de noche, soportando una temperatura de veinte grados bajo cero, que con la tremenda ventisca que había, generaba una sensación térmica de -35. Quedaron al borde de la hipotermia severa, pero siguen vivos.
Ocurrió el pasado viernes 21 de marzo. Los guardias civiles recibieron poco antes de las seis de la tarde un aviso del servicio de emergencias 112 en el que se informaba que un hombre y una mujer que un hombre y una mujer que habían subido el día anterior de Trevélez a Mulhacén, se encontraban en una zona del Collado de la Carihuela y no podían continuar hasta el refugio por culpa de la fuerte ventisca, consecuencia de la borrasca Martinho.
Con la colaboración de una máquina pisanieves de Cetursa, la empresa que gestiona la estación de Sierra Nevada, dos agentes llegaron lo más cerca que pudieron, pero aun así tuvieron que recorrer más de un kilómetro a pie, de noche y luchando contra el viento, hasta que dieron con los desaparecidos.
Descubrieron que ambos ya presentaban síntomas de hipotermia y congelación y apenas podían mantenerse en pie. Su temperatura corporal había bajado hasta los 33 grados y el riesgo era evidente. Los guardias proporcionaron material para poder regresar hasta donde les esperaba la máquina pisanieves, pero el rescate seguía siendo complejo porque, a las condiciones meteorológicas, se le sumó que la zona donde habían intentado resguardarse de la ventisca estaba junto a una pendiente helada, lo que hacía que se tuviesen que desplazar lentamente para evitar despeñarse.
Finalmente, a las doce de la noche, en la frontera con el sábado 22 de marzo, el grupo llegó junto a la máquina pisanieves y de ahí los montañeros fueron trasladados al centro de salud de Pradollano para ser atendidos por los servicios médicos. Tras un primer reconocimiento, se les dio traslado al hospital del PTS, en Granada capital.
Uno de los guardias civiles también tuvo que ser atendido en Pradollano. Durante el rescate le prestó sus guantes a una de las personas rescatadas y sufrió los efectos: estaba perdiendo la sensibilidad en dos falanges, un primer síntoma que avisa de la congelación.
