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Puerto Deportivo
Ocio marítimo. Getxo ya tenía el que se conoce como Puerto Viejo, en la localidad de Algorta, donde antaño vivían los marineros. De toda la vida acoge cada fin de semana a quienes gustan de cogerse una bebida y un pintxo, sentarse en las escaleras que llevan al pueblo y conversar con quien te toque al lado, además de con tus amigos, mientras enfrente el paisaje abruma. Pero desde antes de que llegara el siglo XXI esta mini ciudad pegada a la ría bilbaína, la entrada por donde llegan todos los barcos, tiene en el Puerto Deportivo un lugar donde perfectamente se puede pasar la jornada completa, con niños o sin niños, solo o en compañía. Tan sólo con sentarse en sus terrazas y mirar los mástiles uno ya se relaja, pero las actividades pueden ser múltiples según los gustos: paseos en barco por el Abra, la entrada a la ría bilbaína, deportes marítimos, restaurantes de todo tipo, con regusto vasco o extranjero, seis salas de cine donde terminar el día de asueto y un larguísimo paseo con el mar a cada lado hasta llegar al faro. De fondo, el monte Serantes, que bien puede subirse otro día.
De pintxos
Por Las Arenas. Getxo es un municipio formado por varias localidades y en Las Arenas podría hacerse un maratón de pintxos, desde un extremo hasta llegar al otro, donde espera el único Patrimonio Histórico de la Unesco que hay en el País Vasco: el conocido como Puente Colgante, que, en realidad, se llama Puente Vizcaya. No es una bilbainada afirmar que es el puente colgante transbordador más antiguo del mundo y uno de los ocho puentes colgantes que aún se conservan en todo el orbe. Volvamos a los pintxos… Posible ruta: pintxuleta con patatas en El bar de Rafa -habrá que reservar o ir con tiempo-; hasta 50 variedades de pintxos en el bar Irrintzi, calientes, fríos, raciones, sándwiches… Taquito de atún con vinagreta en La Dehesa, donde también hay, como es de esperar, ibéricos inmejorables. Al lado, formando un triángulo donde se reúne lo mejor de Getxo, el Gurea y su repertorio gastronómico; el Bar Amistad, que también encanta a todos; o pintxo de tortilla de patata (con cebolla o sin cebolla) en el Pianamul, situado en la Plaza de las Escuelas, donde los padres degustan y los hijos juegan. En cuestión de café, el más rico está en el Cosmos. Si es domingo y tiene donde llevar las viandas, visita ineludible sería La Batea, vivero donde todo está bueno pero yo siempre me decanto por los caracolillos porque son el aperitivo perfecto.
Paseos
La gran actividad. A los getxotarras les encanta pasear sus espacios, seguramente porque invitan a ello y son hermosos. Se puede cruzar de Las Arenas hasta Algorta, pasando por el Puerto Viejo y el Puerto Deportivo, mientras el mar acompaña a la izquierda y, de frente, se aparecen los castillos y mansiones en los que vivió y vive la burguesía vasca, aunque algunos ya se han convertido en hoteles de cinco estrellas, como el de Arriluce, recientemente inaugurado. Luego vienen las playas, la tranquila de Ereaga, junto a otro hotel, el Igeretxe y frente al mítico restaurante Tamarises. Pero si quiere algo más rústico, más natural, la mejor opción es irse directamente a la playa de Azkorri, de difícil acceso pero la más limpia de las cuatro que hay en Getxo. Allí hay dunas y acantilados, arena oscura y hasta la posibilidad de practicar actividades deportivas, especialmente el surf.
Getxo Sound.
O la movida getxotarra. Fue algo verdaderamente histórico lo que hace más de 30 años comenzó a gestarse en este municipio. Ayudados por el Aula de Cultura del Ayuntamiento, surgieron numerosos grupos con distintos estilos musicales, desde el rock hasta el indie, que poblaron de conciertos la zona durante años. Algo más desdibujado ahora, pero aún latente, Getxo sigue siendo un lugar interesado en la música. Un festival completamente consolidado en la actualidad es el Internacional de Jazz de Getxo, que el próximo junio celebrará su edición número 47. Pero si pasa por la zona antes de esa fecha, resulta interesante acercarse al Café Zampa Dylan. El dueño se llama (le llaman) Zampa y es un fanático de Bob Dylan que ha tenido varios bares en Getxo también en las últimas décadas. Ahora lo da todo desde la calle Las Mercedes de Las Arenas y, a menudo, organiza jam sessions y conciertos pese a que el espacio no sea el más amplio del mundo. Además, también tiene buenos pintxos. En su caso, sandwichitos rectangulares de distintos gustos.