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Hasta el 2 de noviembre, el Ministerio de Salud Pública registra en su boletín epidemiológico semanal un total de 140 muertes maternas en este año 2024, de las cuales, 76 corresponden a madres dominicanas (54 %) y 64 a nacionales haitianas (46 %).
En comparación a igual periodo en 2023, se registran 34 defunciones menos, cuando el año pasado se contabilizaban 174 fallecimientos.
Sobre las muertes infantiles, el boletín registra 1,788 fallecimientos y 1,466 en el caso de los recién nacidos (muertes neonatales).
Esta situación resulta preocupante para el representante en el país del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Carlos Carrera, quien, en visita a Diario Libre, estuvo acompañado por la doctora Sara Menéndez, oficial de Salud de la entidad.
«Investigaciones que hicimos y las evidencias nos informa que existe una falta de adherencia, el personal de salud no cumple los protocolos nacionales y ahí empiezas a tener problemas en la calidad», afirmó Menéndez, colaboradora de Unicef desde hace 35 años.
«Casi el 80 % de las muertes maternas y neonatales son prevenibles, ese ciclo de riesgo se puede romper con una atención calificada y de calidad», agregó.
La galena reconoció que las estadísticas demuestran que ha habido un aumento de parturientas haitianas y que suelen llegar tarde a las emergencias, «ahora, las muertes maternas son más en dominicanas».
Para Carrera, resulta sorprendente que, a pesar de que las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que dicen que solo entre un 5 y un 15 % de los partos sean por cesáreas, en República Dominicana «a nivel privado más del 90 % de los partos son cesáreas«.
«La cesárea cuando es necesaria salva vidas, pero cuando es innecesaria, aumenta los riesgos los riesgos de prematuridad e infecciones», aseguró el economista que ha apoyado a más de 20 países en América Latina, Asia y África a diseñar políticas y estrategias de salud y nutrición materno infantil.
Ambos coincidieron que en existe una paradoja, ya que el 98 % de los nacimientos en el país se hacen en un centro hospitalario, acompañado de un personal de salud entrenado, por lo que los índices de mortalidad, tanto materna como infantil, deberían ser menores.
«Hay una gran cantidad de médicos en el país, quizás hay pocas enfermeras. Tanto las haitianas como las dominicanas merecen calidad en los servicios de salud. Las muertes maternas a nivel nacional es un problema que afecta a dominicanas como haitianas», destacó Menéndez.
Otro aspecto mencionado es no tenemos un expediente electrónico para darle seguimiento a la historia clínica de los pacientes.
«No es un problema de falta de equipos, de falta de insumos, es un problema de gestión», dijo la doctora.
Uniones tempranas
Aunque en 2021 se aprobó la ley que prohíbe el matrimonio infantil en el país, el representante de Unicef aseveró que las uniones tempranas siguen siendo una realidad, especialmente en zonas rurales.
«Una de cada tres niñas está en algún tipo de unión o matrimonio, la mayoría con hombres mayores, hasta ocho y diez años mayores que ellas y sabemos que una de cada cinco en las zonas rurales. Una de cada cinco niñas inicia su maternidad antes de los 18 años o ya ha sido mamá», resaltó Carrera.
«Es un fenómeno que realmente trunca el desarrollo pleno de estas niñas, hay mucho mayor probabilidad de que abandonen la educación, están mucho más expuestas a los abusos de la violencia, tienen menos probabilidad de alcanzar buenos ingresos en su vida adulta, tienen muchos más obstáculos», aseguró.
En cuanto a soluciones, Carrera opina que «es un fenómeno muy complejo» por todas las aristas sociales y económicas que envuelve.
Como respuesta, Unicef ha conformado «Clubes de chicas«, donde a 2,000 jovencitas de comunidades vulnerables se les brindan sesiones con los psicólogos para fortalecerles la autoestima y educarlas sobre maternidad y uniones tempranas.
«La violencia no puede ser la forma en que nos relacionamos con los niños»Representante de Unicef
Primera infancia
Entre los 0 y 2 años se desarrolla del 80 a 90 % de la capacidad cerebral del ser humano y sus conexiones neuronales.
«Por eso es importantísimo que tengan las mejores condiciones posibles de afecto y cuidado, pero también de estimulación, alimentación, educación y salud. La violencia no puede ser la forma en que nos relacionamos con los niños«, expresó Carrera.
Entiende que la función de los gobiernos recae en «dar a los papás, mamás, a los profesores y a todos los que tratamos con los niños, las herramientas, las técnicas y las estrategias correctas».
«La familia es el primer garante y proveedor de los derechos de la niñez», dijo a propósito de que noviembre es el Mes de la Familia.
Salud Mental
Carrera ve «un avance muy positivo» en cuanto a la desestigmatización y naturalidad con la que hoy día de habla de salud mental.
Pidió trabajar con los jóvenes porque fenómenos como las redes sociales «generan ansiedad, angustia, presión e ideas poco realistas de cómo deben ser», sumando a la presión de los pares y el bullying en el ámbito escolar.
«Las personas que han sufrido violencia y abusos durante su infancia tienen una mucho más alta propensión a tener problemas de salud mental, de suicidio, más problemas cardiovasculares, más problemas respiratorios, más probabilidad de cometer crímenes y peores probabilidades de tener buenos ingresos», añadió.
El cambio climático afecta a los infantes
Carrera, economista de formación, con un máster (Doctorandus) en Estudios de Desarrollo del Instituto de Estudios Sociales de La Haya, en Holanda, externó su preocupación por la poca dimensión que se le ha dado al impacto en los niños, fruto del calentamiento global, cambios en la temperatura y la avalancha de fenómenos atmosféricos que cada vez arrecian con más fuerza.
«Desde Unicef vemos esta crisis de cambio climático como una crisis de derechos de la niñez», afirmó su representante.
Reprochó que en los debates sobre cambio climático y en las Conferencias de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas que se realizan cada año, «los niños han estado fuera, no se ha hablado de los niños«.
A su entender, «los niños son realmente los que ya están sufriendo y van a sufrir más las consecuencias en términos de exposición a enfermedades, de problemas de acceso a alimentos, acceso a servicios como educación y salud«.
Recordó que, como isla, República Dominicana está expuesta a fenómenos que se están agudizando con el cambio climático, como los huracanes, inundaciones, sequías, también tormentas, elevación del nivel del mar y desalinización de acuíferos.
En tanto, Menéndez dijo que Unicef cuenta con un plan de contingencia, listo para activarse en caso de que suceda alguna emergencia y apoyar a las entidades gubernamentales que así lo requieran.
«La mejor y única forma de trasformar las sociedades es invertir en los niños de manera decidida», enfatizó Carrera.
De cara al futuro, otro aspecto tocado por los representantes de Unicef es el de la Inteligencia Artificial (IA).
«Hay que aceptar que la inteligencia artificial va a ser parte de nuestro día a día», dijo con gran convencimiento.
Cada 20 de noviembre se conmemora el «Día Mundial de la Infancia», fecha que se adoptó porque ese día, pero en 1989, la Asamblea de las Naciones Unidas firmó la Convención sobre los Derechos del Niño, que ya arriba a su 35 aniversario.
«La Convención sobre los Derechos del Niño es uno de los puntos álgidos de la historia del mundo porque es un cambio de paradigma en la forma de pensar, en la forma de ver a los niños, no como un objeto pasivo que requiere protección, sino como una persona plena, bajo la tutela y guía de personas adultas para desarrollarse y los Estados con la obligación de proteger sus derechos», expresó Carrera.
«Tiene muchas consecuencias en todo, en las políticas públicas, en la forma en que educamos a los niños, cómo interactuamos con ellos. Nos enseñó a ver al niño en sus 360 grados: educación, salud, nutrición, violencia, protección social», explicó sobre la importancia del documento.
Aseguró que la Convención entregó «el derecho de ser universal para todos (los niños), independientemente de cualquier otra consideración».
«Este mundo es mucho mejor para los niños que el que era hace 35 años», puntualizó.