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Cuando un asunto que debería pertenecer a una parcela estrictamente musical da el salto a la crónica social es que muchas cosas se han hecho mal. Esto es lo que ha ocurrido básicamente con el supuesto regreso de Amaia Montero a La Oreja de Van Gogh, un extraño viaje entre el caos y la confusión que solo ha ido arrojando más y más incógnitas en estos meses de vértigo. Según ha podido saber ABC, hasta su discográfica está desconcertada.
Fue en octubre del pasado año cuando La Oreja de Van Gogh comunicaba el despido de Leire Martínez 17 años después de sustituir a Amaia Montero, quien abandonó el grupo para iniciar su carrera en solitario. Y seis meses después lo que se ha comprobado es que aquella explosión fue de todo menos controlada. Porque en este tiempo la cronología habla de un frío burofax de despedida de la cantante, el dejarse querer de Amaia Montero por el grupo en las redes, su cabreo público por los rumores de regreso, la grabación de un disco en solitario del que ahora nadie sabe nada, su cabreo con su amiga Cayetana Guillén Cuervo por irse de la boca y anunciar que vuelve… Un vértigo infinito. Y a todo esto, no hay una confirmación oficial de la noticia por parte de los supuestos protagonistas únicos, que son -o deberían ser- la cantante vasca y el grupo. Mientras tanto, los trabajadores de Sony Music, la discográfica tanto de Amaia Montero como de La Oreja de Van Gogh, aguardan «noticias sin saber nada concreto y con orden de mantener el silencio y la discreción«, según fuentes internas de la compañía consultadas por ABC.
El inicio del conflicto ya fue malo. La Oreja de Van Gogh despachaba el despido de Leire Martínez con un frío comunicado -dicen que hecho con IA- en el que decía: «No hemos conseguido acercar nuestras diferentes maneras de vivir el grupo». Y esto llegaba cuando a la cantante de Rentería ya le pitaban los oídos con los rumores del supuesto regreso de Amaia Montero al grupo en el que comenzó. La vocalista original del grupo ya había protagonizado una mediática reaparición al cantar una canción en un concierto de Karol G en el Santiago Bernabéu y su nombre se situó en el foco.
Sucesos descontrolados
Lo que ocurrió hasta final de año fue descontrolado. Leire Martínez mostraba su imagen de dolor en diferentes entrevistas con los medios mientras ganaba adeptos y Amaia Montero jugaba a la ambigüedad. Un día se dejaba querer por su posible vuelta a La Oreja de Van Gogh y al día siguiente aparecía en los medios indignada.
«Este tema no tiene nada que ver conmigo. No digo nada porque nadie me ha dado vela en este entierro, ni la quiero. Se lo inventan y esto me está empezando a afectar. Esto es una locura. ¡Esto es una vehemencia (sic)! ¿He dicho yo o algún componente del grupo ha dicho que yo vaya a volver a La Oreja?», comentó en una entrevista en el programa ‘TardeAR’ en relación a los rumores de regreso a su su antiguo grupo.
Lo que seguía era el anuncio de que Amaia Montero regresaba a la canción en 2025, pero lo haría con un disco en solitario. Ella tenía nuevas canciones y comenzaba a grabar mientras la casa de discos Sony se frotaba las manos con toda la publicidad obtenida del conflicto. Pero con la llegada de la primavera la bomba ha estallado. Y lo ha hecho de la misma forma estrafalaria en que se ha desarrollado todo.
Cayetana Guillén Cuervo: no seguir
Fue en boca de la actriz Cayetana Guillén Cuervo, amiga de Amaia Montero y a la postre otra de las víctimas colaterales de toda esta embarullada historia. «Lo sé desde hace mucho, pero me pidió que no se lo dijera a nadie», dijo en un alarde de extrema indiscreción para abrir la caja de los truenos. Dos días después se vio obligada a emitir un comunicado -pues a estos extremos se ha llegado- para pedir disculpas por unas palabras realizadas «desde la emoción, el amor y la admiración», pero el daño ya estaba hecho y Amaia Montero la dejaba de seguir en redes.
Todo el mundo del espectáculo y las redes hablaban de ellos. Por ejemplo, Leire Martínez: «Todo se acabaría antes si se hablara claro del tema», opinó la antigua trabajadora de La Oreja de Van Gogh con extrema sensatez en una entrevista con PTV Sevilla. Y luego estaban las redes. Si se observan las reacciones, la gente parecía estar ya muy hasta el gorro de un asunto tan lleno de caos, contradicciones, silencios e indiscreciones. «Una verdadera amistad no se rompe por un comentario malinterpretado, y una persona emocionalmente estable no reacciona con castigos sociales tan rápidos. Eso, más que fuerza, muestra inseguridad, reacción impulsiva incluso vengativa. Ese tipo de amistades no suma solo resta, Cayetana», decía una seguidora de la examiga de Amaia Montero.
¿Y quién graba qué?
Y mientras Amaia Montero y La Oreja de Van Gogh se deciden (o no) a confirmar que han vuelto a unir sus caminos, otra cuestión estrictamente musical permanece sin resolver. ¿Qué pasa con el disco en solitario que estaba haciendo Amaia Montero y que ahora parece haberse quedado en el camino? Porque hay un detalle tan curioso como estrambótico: Amaia Montero, como vocalista en solitario, comparte la misma casa de discos que La Oreja de Van Gogh.
Así habla Sony del grupo en estos momentos en su página web sobre sus logros: «Son reconocimientos que acreditan a La Oreja de Van Gogh como un artista capital en la escena pop española y latinoamericana, con una carrera avalada por incontables números 1 y más 50 discos de platino y oro. Todo ello a golpe de grandes giras internacionales y gracias al poder de sus canciones, pero sin perder ni un ápice de aquel espíritu inicial del local de ensayo». La compañía de discos, al menos a ojos externos, tampoco parece ajena al caos. Si algo se sabe, y ya es mucho saber, «es al más alto nivel», confiesan a ABC. Un caos a la medida de Amaia Montero y La Oreja de Van Gogh.