Resuenan los tambores de guerra en las lejanas tierras hebreas. Este viernes, el teniente general Eyal Zamir, Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), aprobó el nuevo plan para las próximas operaciones militares en Gaza. Ese con el que … el ejército semita pretende, según informó el país en un comunicado, erradicar a Hamás, liberar a los rehenes de su país y recuperar los restos de sus fallecidos. El golpe se plantea duro, pues Israel cuenta con un arsenal envidiable para un país ubicado en Oriente Medio: tanques, aviones… Y un fusil de asalto nacional que, según explica a ABC el investigador y analista militar José Luis Hernández Garvi, es envidiable: el Tavor. «Es letal», señala el experto.
El desarrollo de la industria armamentística israelí arrancó de la necesidad y de interrogantes ante un futuro incierto. A nivel de infantería, y tras la Segunda Guerra Mundial, el estado judío contaba en sus arsenales con una amplia panoplia de fusiles. Entre ellos, los famosos M1 Garand, esos que el general George Patton había definido como «las mejores armas jamás concebidas» ya durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero el paso de los años obligó a jubilarlos, lo mismo que sucedió con los G3, AK-47, FN-FAL y M-16 que habían adquirido como parche a Europa y Asia. Desde entonces, el objetivo fue diseñar un arma versátil, adaptada al entorno urbano y a los espacios cerrados típicos de la zona, y que acabara con la necesidad de contar con una infinidad de municiones de diferente tipo.
Nace el arma definitiva
Así, allá por los años noventa, arrancó la creación de un fusil de asalto forjado en el mismo estado judío. La empresa encargada del proyecto fue la actual IMI (‘Israel Military Industries’) y, según cuenta la leyenda, lo hizo con un diseño plasmado por primera vez en una servilleta. Fuera o no así, la compañía colaboró de forma estrecha con las FDI para, como se explica en su página web, llegar a una solución perfecta para el combatiente: «Debido a los cambios dinámicos que ocurren en el campo de batalla, las amenazas del terrorismo global y las demandantes situaciones de combate, surgió la necesidad de un arma versátil, novedosa y de tecnología altamente avanzada».
El resultado tras ocho años de investigaciones fue el alumbramiento y entrega, en 1998, del fusil de asalto TAR-21 (Tavor Assault Rifle). Un nombre que evoca el monte Tabor, ubicado en la baja Galilea, y el siglo para el que fue ideado: el XXI. En la actualidad, este arma, así como sus sucesivas evoluciones y modelos, está considerada como una de las más fiables del mundo por su resistencia a las condiciones adversas.
A su vez, su sistema ‘bullpup’ –en el que cargador se inserta detrás del disparador– ofrece una considerable longitud del cañón sin sacrificar un tamaño compacto y manejable. Características que lo convierten en una herramienta idónea para entornos urbanos; zonas en las que el M-16, de mayor tamaño, es un engorro para el soldado.
Las FDI y la IMI se han deshecho siempre en elogios hacia esta familia de fusiles de asalto y hacia sus características internas. Según recoge la compañía, el Tavor utiliza un sistema de cerrojo rotatorio que ha sido probado ya en fusiles como el M-16. A su vez, explica que el cuerpo del arma está elaborado en polímero de alta resistencia y que sirve como una suerte de exoesqueleto para sostener todas las partes internas. De lo que más se enorgullecen es de haber instalado un selector de fuego para zurdos y diestros, así como de haber sacado al mercado una infinidad de versiones; desde el X-95 –más pequeño y manejable si cabe–, hasta el modelo 7, que puede montar una munición de mayor calibre –7,62 mm.– que la de la OTAN –5,56 mm.–.
En todo caso, analistas como José Luis Hernández Garvi llaman a la calma en este sentido. Aunque admite que la familia TAR es popular, señala que las FDI todavía no han jubilado la totalidad de sus armas norteamericanas. «No todas las unidades cuentan con él. En las fotografías se puede ver a muchos soldados equipados con los M-16 norteamericanos, los de cañón largo, y los M-4. Incluso cuentan con algún que otro IMI Galil, un arma diseñada a finales de los años sesenta», sentencia el experto. También afirma que disponen del fusil de asalto MZ-4P, más compacto. «Es el mismo que ha adquirido la Guardia Civil en los últimos tiempos», completa.
El pasado 2024, las FDI informaron de que estaban inmersas en un proceso de renovación de las versiones más antiguas del Tavor, aunque todavía se desconoce si apostarán por una revolución integral del arma, una modificación o, incluso, la migración a una plataforma norteamericana.