La negativa del Ayuntamiento de Sevilla a autorizar el recorrido previsto para la procesión magna del 8 de diciembre por el Paseo Colón, basándose para ello en tres informes negativos de Bomberos, Policía Local y Movilidad, ha puesto en jaque el que está llamado a ser el acto central del Congreso Internacional de Religiosidad Popular que organizará la Archidiócesis de Sevilla a finales de este año. El rechazo a la propuesta inicial ha abierto ahora el debate sobre cuál debe ser el itinerario definitivo que se plantee como alternativa al primitivo, de modo que se cumplan así con todos los condicionantes en materia de seguridad.
La primera reacción ha sido la del delegado de Fiestas Mayores, Manuel Alés, que ha trasladado al Consejo de Cofradías su disposición para crear una mesa de trabajo en la que se defina cuál es la mejor alternativa para el recorrido de la Magna, sin que ponga en riesgo las deficiencias advertidas en los tres informes municipales. Un espacio de diálogo en el que estarían representados el Ayuntamiento de Sevilla, el propio Consejo de Cofradías y el Arzobispado y en la que se debatirían todas las opciones antes de presentar una propuesta definitiva que satisfaga a todas las partes. La intención del gobierno municipal es que este foro se convoca de manera inmediata, según ha manifestado el propio Alés.
En un principio, tal y como informó hace algunas semanas el Arzobispado, la intención de los organizadores del Congreso era que el recorrido de la procesión magna transitara por Puerta de Palos, Plaza Virgen de los Reyes, Fray Ceferino González, Plaza del Triunfo, Santo Tomás, Avenida de la Constitución, Puerta de Jerez, Avenida de Roma, Paseo de las Delicias, Paseo de Colón. El itinerario oficial concluiría a la altura del Puente de Triana y en él se instalarían alrededor de 30.000 sillas. Estos aspectos, como el resto de detalles de la procesión, están ahora en el aire, a la espera de que se alcance un acuerdo entre la Iglesia y el Ayuntamiento.