El cierre de mercado elevó la euforia en el Betis. La resaca de la derrota ante el Athletic apenas duró unas horas, después de que el efecto de los fichajes de Antony y Amrabat disparase el optimismo. El mensaje de ambición lanzado por … los dirigentes, con el decidido apoyo a las apuestas de la dirección deportiva, coloca al Betis en un prisma distinto. «Uno sueña con poder estar en la Champions», aseguró el presidente, Ángel Haro, apuntando a esa meta para la que los dirigentes se sienten preparados.
Jugadores como Antony suponen un salto de nivel. Su compromiso, además, lo ha convertido en un ídolo del beticismo. Cientos de aficionados se acercaron a la calle Betis para la nueva puesta de largo del brasileño como verdiblanco, esta vez en propiedad. «Es la primera vez que he vivido esto», admitió el brasileño, tras ese caluroso recibimiento de la noche del lunes y que continuó horas después. «Mi primera opción era Betis o Betis. Estuve 40 días en un hotel y todos sabían las ganas que tenía de venir», dijo Antony, que incluso desveló una anécdota con su esposa, que había llegado a Sevilla unos días antes de que se cerrase su incorporación. «Me dijo: yo no sé si vas a volver, pero yo ya estoy aquí», confesó el extremo para admitir que la decisión familiar era la de regresar a la capital hispalense.
Ese mensaje del brasileño fue clave para que los dirigentes dieran el paso adelante. «Los jugadores suelen jugar donde quieren», señaló Haro como una clave de esa ardua negociación con el Manchester United. Tras la negativa a una nueva cesión, la comisión deportiva bética analizó los números al detalle y se decidió seguir con la contratación. «Entre una cesión y el traspaso no supera el 20% de incremento», señaló Haro para justificar «una inversión y no una hipoteca» con el brasileño.
La realidad es que al Betis Antony le costará unos 9,5 millones de euros en su primera temporada, entre el salario reducido del brasileño y la amortización de los 22 millones de euros que se abonarán al United. Esa cantidad iría en aumento durante el contrato de cinco temporadas de Antony, pero tampoco suponiendo un problema para la economía del club. Además, el hecho de que el 50% que todavía pueda recibir el United sea de la plusvalía de una futura venta reduce los riesgos para el Betis. «Es una oportunidad de mercado y asumible para el club para tener un jugador de talla mundial. Decidimos abordar la operación de compra dentro de unos parámetros», indicó Haro.
Además de ese trabajo de los dirigentes, con el CEO, Ramón Alarcón, al frente de las negociaciones, buena parte de la operación también estuvo bajo la dirección de Manu Fajardo y su mano derecha, Álvaro Ladrón de Guevara. Ambos se trasladaron a Mánchester para vivir minuto a minuto la negociación y estar encima de todos esos detalles que acaban convenciendo a los futbolistas. «Antony no era feliz en Mánchester y no se adaptó. El Betis se desvive por y para el jugador y su familia», aseguró el director deportivo, que mantiene una estrecha relación con el brasileño y sus agentes, con los que ha mantenido contacto permanente durante todo el verano.
Las lágrimas de Antony
Sonriente y escoltado por la seguridad del club entró Antony en Abades. Esa felicidad que recuperó en enero con su fichaje por el Betis volvió a su rostro. «El Betis para mí es sentimiento. Creo que cada día que pasa me doy más cuenta que es la mejor decisión de mi vida», señaló el extremo, que se echó a llorar cuando recordó sus días en Mánchester y sus conversaciones familiares. «Cuando mi familia supo que ya iba a viajar, pues estuve llorando, porque lo que he pasado en Manchester… sólo yo sé lo difícil que fue, pero es parte de la vida y sabía que este momento iba a llegar. Son cosas del pasado y ahora estoy con todos vosotros. Es un sueño», afirmó Antony, que incluso tuvo que detener su discurso ante la mirada de su padre, que se encontraba en la primera fila de asientos.

Antony, emocionado, en un momento de su comparecencia
Descartado desde el inicio de la pretemporada por el United, Antony mantuvo su palabra para sólo escuchar la oferta del Betis, aunque no lo pasó bien en estos últimos días en los que la negociación pasó por momentos complicados. «Hubo un momento en que todo se rompió», admitió Haro, después de que el United colocase un último fleco a la operación. «Sí que pensé que podría no hacerse, era difícil, se estaba trabajando mucho. Pero ahí hablo de la fe, yo tenía mucha fe porque venían cosas buenas y por eso esperé hasta el último día», afirmó Antony, que ya el domingo sí empezó a estar convencido de que su vuelta al Betis sería una realidad.
La alegría de Antony también fue la de Manuel Pellegrini y su cuerpo técnico. «Me han transmitido satisfacción y agradecimiento por el esfuerzo del club», dijo Fajardo, que también trasladó un mensaje de vuelta. «Todas las plantillas son mejorables, pero estamos muy satisfechos y ahora el cuerpo técnico tiene la responsabilidad de sacar el máximo rendimiento», apuntó el director deportivo, que ha trabajado para que el Betis pueda dar un salto en sus objetivos. «Lo meritorio es que en un año que vamos a hacer gastos importantes como el estadio, seguimos montando plantillas importantes. Ahora toca sacar el máximo rendimiento y tenemos el cuerpo técnico apropiado para eso. El objetivo es estar lo más alto posible en todas las competiciones», añadió el presidente como colofón a una mañana de alegría en el Betis. Con Antony, el beticismo ha recuperado a uno de sus ídolos y el club confía en que sea el punto de partida para aspirar a objetivos más ambiciosos.