Final de etapa en Junts per Catalunya y portazo a Laura Borràs. Quien irrumpió en la política catalana desde el amateurismo para ser una de las voces más altisonantes del procés queda apeada de la sala de mandos de Junts, justo cuando el partido se reivindica como la herramienta útil que le queda al independentismo y en un momento en que su líder, Carles Puigdemont, defiende la necesidad de abrir el espectro para ganar “transversalidad”. En la lucha interna entre Borràs y Jordi Turull, Puigdemont ha fallado a favor del segundo, criado en Convergència y convertido en un veterano de las moquetas del Palau y del Parlament. Borràs ni siquiera aparece en las fotos de la cúpula que, este viernes, ha servido el departamento de prensa de Junts. Se marcha afirmando que “hacer lo correcto no puede ser nunca irrelevante” y dejando un recado: “Recupero la libertad para hacer aportaciones en favor de la independencia”. Está previsto que si asume las riendas de la fundación de Junts, pueda conservar una silla en las reuniones de la ejecutiva del partido.
El congreso de Junts per Catalunya en Calella (Barcelona) va a durar hasta el domingo. Este viernes, en la ceremonia de arranque que ha oficiado el diputado Josep Maria Cruset, no ha tenido que pasar ni un minuto para nombrar a Carles Puigdemont, que será designado presidente del partido pese a que no está previsto que haga acto de presencia en la cita, para evitar el riesgo a ser detenido si entra en Cataluña. La distancia física de Puigdemont no le resta ascendencia sobre la militancia de Junts. Su liderazgo es el pal de paller (el puntal) que sostiene la estructura de la formación y su voluntad guiará las próximas decisiones que tome el partido, lo mismo en el Parlament que en el Congreso de los Diputados, donde los siete diputados que lidera Míriam Nogueras son claves para completar la mayoría que sostiene a Pedro Sánchez.
Pese a que en el congreso político de Calella se ponen estos días a debate tres ponencias que tienen que servir de guion para marcar el rumbo y la organización interna del partido, a corto y medio plazo, el argumento de consenso es el que mezcla el apellido Puigdemont y la efeméride del 1-O. “Somos el partido del president Puigdemont, el partido que defiende aquello que representó el 1 de octubre”, ha manifestado Josep Rull, presidente del Parlament. “No se trata de volver a hacerlo, se trata de terminarlo”, ha resumido Jordi Turull.
Cuando Puigdemont ha decidido regresar al mando de la formación nadie ha rechistado. Laura Borràs, hasta ahora presidenta, ha manifestado en su intervención de este viernes que, de hecho, “ahora se acaba la anomalía que el presidente de Junts sea presidente sin serlo” y ha hecho alusión al hecho de que Puigdemont “vuelve, si es que alguna vez se marchó”. Borràs ha quedado apartada de la cúpula del partido, tras pasarse meses reivindicando que conserva un fuerte tirón dentro del independentismo. Ese supuesto poderío lo tendrá que ejercer, a partir de ahora, desde la fundación de Junts, una entidad que pasa a gestionar Junts tras absorber recientemente a Demòcrates.
Su relevo llega tras pedir la amnistía de su condena de 4 años y medio de cárcel por trocear contratos públicos, y conlleva una derrota personal en la lucha interna que ha mantenido con Jordi Turull, secretario general del partido: “Ni la represión ni este mundo tan oscuro de la política no me ha cambiado”, ha manifestado Borràs en su despedida. Su intervención ha estado repleta de agradecimientos, pero no ha nombrado ni una vez a Jordi Turull quien, durante su discurso, sí ha reconocido la “lucha” y la “determinación” de la expresidenta del Parlament.
Si la previsión se cumple, Turull se quedará en el cargo de secretario general, a la sombra de lo que decida Carles Puigdemont. En las vicepresidencias Puigdemont también tendrá a personas de su máxima confianza y hasta ahora muy alineadas con su estrategia, como Míriam Nogueras o Antoni Castellpa. En Calella, Turull ha pasado balance de su gestión, el partido tiene 6.300 afiliados y 334 alcaldías, pero no gobierna en ninguna de las grandes capitales catalanas y de las cuatro diputaciones provinciales solo controla la de Girona. Ha lanzado duros ataques a Esquerra Republicana, “de qué les ha servido a algunos tener tanto poder?”, ha proclamado, a la vez que ha presentado a Junts como “la esperanza para los catalanes”. En la previa del Real Madrid-Barça de este sábado, Turull, que es seguidor del Espanyol, usó un término futbolístico para definir como afronta Junts su relación con el Gobierno: “Hay partido”.