La tarde del 24 de enero un terremoto sacudió los banquillos de la Copa África. Tres seleccionadores dejaron sus puestos con apenas unas horas de diferencia tras los malos resultados de sus combinados nacioales en el campeonato africano. Tom Saintfiet dimitió como técnico de Gambia después de cosechar tres derrotas en tres partidos y Ghana destituyó a Chris Hughton por no conseguir clasificarse a la siguiente fase tras sus dos empates y una derrota.
Sin embargo, más chocante fue la destitución de Jean-Louis Gasset de Costa de Marfil por «resultados insuficientes». Un eufemismo de la Federación Marfileña de Fútbol para terminar el contrato de su técnico por no conseguir clasificar a la selección a octavos de final salvo que ocurriera un milagro.
Lo que es increíble es que el milagro ocurrió. Pese a que los Elefantes, como se conoce a la selección de Costa de Marfil, perdieron dos de tres partidos e la fase de grupos, 0-1 ante Nigeria y 0-4 ante Guinea Ecuatorial, eran terceros con los tres puntos obtenidos por su pírrica victoria por 1-0 ante Guinea Bissau. Necesitaban una carambola que se basaba en que Marruecos ganara a Zambia y Mozambique y Ghana empatasen. Algo que ocurrió cuando ya moría el partido, los goles mozambiqueños llegaron en el 90 y en el 94, el último de Reinildo, para poner el 2-2 en el marcador final.
Total, que Costa de Marfil pasa a octavos sin seleccionador y la Federación se pone a buscar desesperadamente candidatos para afrontar la eliminatoria que sería, ni más ni menos, que ante los máximos favoritos y actuales campeones, Senegal. Ante la urgencia y la desesperación por no conseguir encontrar a nadie en medio de un torneo organizado por ellos mismos, llegan a pedir a Francia una cesión puntual de Hervé Renard, actual entrenador de la selección francesa femenina y con gran experiencia en el fútbol africano. Francia, claro, no lo permite.
Emergencia
Finalmente, no consiguen a nadie y en el banquillo se sienta el que fuera el ayudante de Gasset, Emerse Fae. Con un hombre sin experiencia en los banquillos, que calificó de «accidente» la fase de grupos de su equipo, Costa de Marfil afrontaba un duelo a cara de perro contra Senegal. Empezaban perdiendo en un partido dominado por los senegaleses hasta que en el 73 emerge la figura del ex del Barça, Kessie. El futbolista, que empezó en el banquillo, cambia la dinámica del partido y lleva el duelo a la prórroga tras transformar un penalti cuando los 90 minutos de juego ya expiraban.
Los 30 minutos siguientes hay un toma y daca entre ambos conjuntos hasta que llegan a los penaltis. Una lotería en la que podía pasar cualquier cosa hasta que Kessie quiso que ocurriera lo que él decidiera. Marcó el definitivo y llevó a cuartos de final a una selección que llegó a estar herida de muerte, pero que revivió como el ave fénix. «Le dije a mis jugadores que no se rindieran y yo tampoco lo hice», comentó Fae después del choque.
Así que Costa de Marfil se enfrentará a Mali este sábado en unos cuartos de final que permiten soñar a los Elefantes y anfitriones de esta Copa África. «Cuando juegas en casa con el aliento del público es maravilloso y eso te da un plus de energía», explicaba Fae en el postpartido. Y es que con Senegal fuera y con la reciente eliminación de Marruecos, la otra gran favorita para este torneo, por qué no soñar con alzarse con un título que los marfileños no ganan desde 2015 con aquella magnífica generación de los Kolo y Yaya Touré, Gervinho y compañía. Por cierto, como entrenador estaba, precisamente, Hervé Renard.
«No nos debemos sobreexcitar», frenaba la euforia el actual seleccionador ante el cuadro que se les ha puesto a los marfileños. Fae tiene 40 años y como jugador desarrolló su carrera en Francia, Nantes y Niza, y en Inglaterra, Reading. Como entrenador su única experiencia en los banquillos fue en la quinta categoría francesa al frente del Clermont Foot 63. ¿Podrá esta Cenicienta triunfar en su banquillo de marfil, que no de cristal? Este sábado, el siguiente paso.