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El gran disruptor, los monstruos, la vieja Europa y el nuevo Estados Unidos. Éste sería el reparto de la película de terror para unos y de tragicomedia para otros que se está desarrollando esta semana en las localizaciones de Múnich y Washington. El final es imprevisible -aunque ahora mismo todo apunta a drama- porque todo depende de si en realidad hay un plan o no y si se está siguiendo un guion. He aquí el elenco de una trama que, si no fuera porque es real, estaríamos gozando de ella al estar repleta de adrenalina y acción.
EL DISRUPTOR
«Conocí a Donald Trump en su primera Presidencia. Era un negociador agresivo con sus interlocutores. Prefería a los países y para nada a la Unión Europea, pues le costaba entender lo que era: ¿una organización internacional, una ONU de Europa? El Trump 2.0 ya sabe lo que es la UE, pero sigue sin gustarle». Así se expresaba el martes en Madrid un reputado líder europeo que jugó un papel clave en su país y recientemente también en Bruselas. Sus palabras son determinantes para descifrar lo que está aconteciendo estas últimas jornadas. Trump es ahora más fuerte que en su primer mandato y el club de Bruselas sigue teniendo un poder limitado. Está claro quién es David y quién Goliat. Y aunque la UE quería jugar con el magnate al palo y a la zanahoria e incluso tenía preparados diversos escenarios para lo que podía acontecer tras su regreso a la Casa Blanca, a día de hoy cada vez hay más consciencia de que Trump no tiene un programa definido y, frente a ello, poco hay que hacer y preparar.
LOS ‘MONSTRUOS’
«El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos». La célebre cita se menciona más que nunca en este arranque de 2025. Claramente, los autócratas de todo el orbe están explotando y aprovechando el caos de Trump: desde el desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) -que beneficiará al chino Xi Jinping en su arte medido del soft power (poder blando)- hasta las concesiones a Rusia antes de empezar siquiera a negociar (con un Vladimir Putin frotándose las manos al comprobar rápidamente como ex espía lo fácil que es manipular a un presidente americano con un ego desmedido).
LA VIEJA EUROPA
Más allá de la Administración estadounidense, que ha sido sometida a una gran purga y está bajo el control de otro magnate disruptor (Elon Musk), la gran víctima del imparable show de Trump es el Viejo Continente. Paralizados en un primer momento por los zarpazos que ya no venían sólo del oso ruso, sino del supuesto amigo americano, los líderes europeos empezaron este viernes a reaccionar. En concreto (más allá de los combativos habituales: los países bálticos y Polonia), alzó la voz el hasta ahora desaparecido eje franco-alemán. El presidente galo, Emmanuel Macron, apuntó que la paz en Ucrania no puede ser una «capitulación»; la germana Ursula von der Leyen activó la máquina de guerra europea inspirándose en la cláusula Covid para invertir «cientos de miles de millones» en Defensa, y el presidente de su país, Frank-Walter Steinmeier, no se mordió la lengua a pesar de los límites institucionales de su cargo: «La nueva Administración estadounidense tiene una visión del mundo muy diferente a la nuestra, una visión que no tiene en cuenta las normas establecidas y no redunda en interés de la comunidad internacional».
EL NUEVO EEUU
«¿A qué porcentaje de la población estadounidense no ha acosado sexualmente Donald Trump?». El tuit es de octubre de 2016, se descubrió en 2018 y se borró posteriormente. Su autor es J. D. Vance, actual vicepresidente de Estados Unidos en la Administración… Trump. Un ejemplo más del juego que practican los nuevos reyes de la nueva América.
El desembarco de EEUU encarnado en Vance esta semana en Múnich es bien dispar al que protagonizaron los americanos en Normandía en 1944. Vance arremetió contra los valores europeos y tuvo un encuentro con el partido de ultraderecha alemana AfD, que ha llegado a tener un cabeza de lista a las elecciones europeas que clamaba «Nunca diré que todos los que llevaban un uniforme de las SS eran automáticamente criminales» o un candidato ganador en Turingia que calificaba a Hitler de «gran estadista».
Vance se ha dedicado a leer la cartilla a los europeos con el dedito de la mano en alto. Sólo hay que ver las imágenes que está dejando la Conferencia de Seguridad. Los rostros de los que reciben las lecciones del que hasta hace nada era un senador en Ohio lo dicen todo. Busquen en las fotos el rostro incrédulo de Volodimir Zelenski o los ojos bien abiertos de su número dos, Andrii Yermak.
El tablero geopolítico sufre un seísmo y sus fichas vuelan por los aires. Bienvenidos al nuevo desorden mundial.
