Con un día soleado, Pedro Sánchez llegó este martes al Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares donde se iban a celebrar los Premios Cervantes 2024 con antelación, vestido con un chaqué negro, pantalón gris y corbata azul. Eso sí, lo hizo entre abucheos y al grito de «¡Siniestro, fuera de España!» o «¡Sinvergüenza! ¿Qué le debes a Marruecos?». A su lado, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con un dos piezas azul eléctrico.
Poco antes de las 12.00 hicieron su aparición los Reyes Don Felipe y Doña Letizia -el monarca luciendo como es habitual el toisón de oro y su esposa con un original vestido de entretiempo en tonos neutros-, sonrientes, que fueron recibidos tanto por el líder del Ejecutivo español como por la presidenta regional.
Hasta aquí todo bien. Pero hubo algo que no pasó desapercibido: la mala postura de Sánchez al recibir a Sus Majestades Los Reyes de España en la ceremonia de entrega de este prestigioso galardón de literatura, que este año ha sido concedido a Luis Mateo Díez.
El líder socialista recibió a Felipe VI se pie, justo a la derecha de Ayuso, con las dos manos metidas en los bolsillos del pantalón e inclinado hacia atrás, mientras se balanceba ligeramente. Un gesto calificado por muchos, incluido el público, como «falta de respeto, educación y protocolo», han escrito muchos usuarios en redes sociales como TikTok.
El «inconfundible» universo de Luis Mateo Díez
La entrega del Premio Cervantes 2024 ha tenido lugar en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá y a la conclusión se ha celebrado el tradicional encuentro entre los invitados, donde se producen corrillos entre los asistentes. Además de los políticos, también han estado presentes personalidades de la cultura como el director de la RAE, Santiago Muñoz-Machado, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, o el académico Víctor García de la Concha.
La ceremonia ha transcurrido similar a anteriores años, siendo el ministro de Cultura, Ernest Urtasun -quien se estrenaba en un Cervantes con este cargo-, el que ha abierto la ronda de intervenciones. Urtasun ha profesado su «gran» admiración hacia Luis Mateo Díez y ha destacado el universo «inconfundible» y «personalísimo» de su obra en el que «brillan lo cervantino y lo universal de la tradición oral».
Tras la entrega por parte del Rey de la medalla y la escultura, ha llegado el turno de Díez, quien ha hecho un discurso en el que ha reconocido que ha vivido «entregado» a sus personajes, porque son ellos los que le «salvan».