El huracán Helene ha dejado una senda de muerte y de destrucción a su paso por el sureste de EE.UU. Al menos 41 personas habían sido confirmadas fallecidas por el efecto de la tormenta, que entró en territorio continental de EE.UU. en la medianoche del jueves al viernes cerca de Perry, una pequeña localidad de la costa de Florida, en la región del golfo de México.
Helene tocó tierra como un poderoso huracán de categoría cuatro, la segunda más alta. Por fortuna, esa es una zona poco poblada, el llamado ‘Big Bend’, la curva de costa que conecta el EE.UU. continental con la península de Florida. El huracán destrozó todo lo que encontró a su paso: dejó barrios enteros de Perry reducidos a escombros, hizo saltar por los aires árboles y postes del tendido eléctrico y desató inundaciones.
Pocas horas después de tocar tierra, la fuerza de los vientos de Helene se degradaron hasta convertirse en una depresión tropical, pero su peligrosidad no desapareció. Todo lo contrario: la tormenta trajo precipitaciones violentas y fuertes vientos a toda la región del sureste, lo que provocó fuertes inundaciones y destrozos generalizados.
Hasta la tarde del viernes, las autoridades habían contabilizado 17 muertos en Carolina del Sur, 15 en Georgia, siete en Florida y dos en Carolina del Norte, donde se temía que la situación empeorase por la noche, con el paso de la tormenta en su camino hacia el norte.
4,5 millones de hogares sin luz
Los fallecidos se concentraron en estos estados, pero el impacto se sintió en un territorio mucho más amplio, con efectos en una franja de unos 1.300 kilómetros. Por la tarde del viernes, 4,5 millones de personas se habían quedado sin acceso a electricidad en diez estados: Florida, Georgia, Indiana, Ohio, Kentucky, Carolina del Sur, Alabama, Carolina del Norte, Tennessee, Virginia y Virginia Occidental.
La tragedia provocada por Helene podría haber sido peor: la trayectoria de la tormenta viró y no entró de lleno por Atlanta (Georgia), la mayor ciudad de la región. Eso no evitó una factura humana considerable que las autoridades espera que crezca todavía con el paso de las horas, además de una factura económica enorme: un análisis de Moody’s Analytics estima que Helene dejará desperfectos por valor de entre 15.000 y 26.000 millones de dólares, además de entre 5.000 y 8.000 millones de pérdida de producción económica.
La tormenta provocó angustia en muchas comunidades. Los 7.000 habitantes de Newport (Tennessee) tuvieron que evacuar la localidad a toda velocidad por un aviso de que una presa cercana estaba a punto de colapsar por la presión del agua acumulada. En otro punto de ese estado, en Erwin, unas sesenta personas quedaron atrapadas durante horas en la azotea de un hospital, cercadas por las inundaciones.