Al comenzar los debates presidenciales, es importante destacar algunos contrastes entre el presidente Joe Biden y el ex-presidente y candidato republicano, Donald Trump, en materia de inmigración.
Muchas de las medidas tomadas por Biden han generado descontento entre grupos pro inmigrantes y sectores progresistas. Lo que considero ha sido aprovechado por Trump, el cual planea implementar nuevas medidas que incluye redadas y deportaciones masivas, pero a la vez promete opciones de residencia a los estudiantes universitarios.
La realidad también es que a Biden una reforma migratoria se le ha hecho imposible debido a que la Cámara de Representantes es mayoría republicana. Aunque el Senado es mayoría demócrata, se requieren 60 votos para avanzar con un proyecto de ley. Además un solo senador puede obstruir un proyecto de ley mediante el filibusterismo.
Biden por ello se ha valido de una orden ejecutiva para que ciertos cónyuges e hijos indocumentados de ciudadanos estadounidenses puedan legalizarse, lo cual era parte de proyecto ley. Biden también ha designado o extendido el TPS a cerca de 700,000 nacionales de 16 países, incluidos latinoamericanos y caribeños. La problemática que se ha presentado con algunos de los programas humanitarios es que han afectado los bolsillos de terceros, lo cual también ha generado descontento en el pueblo estadounidense.
La realidad es que ambos candidatos están utilizando en sus campañas como parte de su discurso el tema migratorio. Biden lo ha realizado desde una perspectiva socialista y Trump con miras a beneficiar a individuos que ya han aportado económicamente al país a través del pago de sus estudios en universidades de estados unidos, cuyos montos que pueden oscilar entre las 5 y 6 cifras. No sabemos qué ocurrirá el 5 de noviembre, pero sí sabemos que hay claras distinciones entre ambas figuras en inmigración y en otros asuntos vitales para el país. La interrogante es qué decidirán los votantes.