La Policía Local de Oviedo considera que hay “indicios suficientes de criminalidad” en la ya denominada casa de los horrores, donde dos niños de ocho años y uno de diez han estado encerrados junto a sus padres desde la sexta ola de la pandemia en 2021, rodeados de basura y sin escolarizar, según ha señalado este miércoles el comisario principal, Francisco Javier Lozano. El juez ha decretado prisión para los dos padres tras tomarles declaración, según fuentes próximas a la investigación.
En una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por el concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado, el jefe de la policía de Oviedo ha señalado por la mañana que los progenitores han pasado a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de la ciudad, después han entrado en prisión. Los detenidos son un alemán de 53 años y una mujer de 48 con doble nacionalidad, alemana y estadounidense, que desde octubre de 2021 tenían alquilado un chalé en una zona rural de Oviedo.
Una evidente falta de higiene en la vivienda; condiciones precarias de salubridad y una “sorprendente cantidad” de medicamentos almacenados son los factores destacados por el comisario en una comparecencia con pocas especificaciones. Los agentes pudieron acceder a la vivienda con el permiso del titular de esta y realizaron una inspección ocular del espacio en presencia del matrimonio. Es entonces cuando determinaron que existe una situación de riesgo para la integridad de los menores.
Según ha explicado Lozano, de manera inmediata los menores tuvieron asistencia sanitaria y, con el acompañamiento de la madre, se procedió a su traslado “pacífico”, con la “mayor tranquilidad y exquisito cuidado”, para una valoración médica. Será, ha apuntado, el análisis clínico forense el que determine cuál era la situación de los niños.
El caso sorprendió a los agentes, “pues se trata de algo único e histórico en la capital del Principado”. Se encontraron, según ha detallado Lozano, con una casa en la que había gran acumulación de basura y almacenamiento de medicamentos, que aún están por cuantificar, y con unos niños “desatendidos” y en condiciones de insalubridad.
“¿Qué pudo llevar a esta situación?; ¿las mascarillas que llevan padres y niños pueden ser solo algo anecdótico?; ¿qué motivó la llegada a Oviedo y este modelo de vida? Todas estas preguntas las tendrá que responder la investigación. El resto serían elucubraciones”, señaló el comisario principal de la Policía Local, quien confirmó que la operación comenzó con una denuncia particular en el Ayuntamiento.
Los menores se encuentran bajo la tutela de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar en un centro de menores de Oviedo, donde están acogidos provisionalmente mientras se valora su situación. La consejera de Derechos Sociales y Bienestar del Principado de Asturias, Marta del Arco, ha confirmado que la Dirección General de Infancia y Familias ha asumido la custodia de los tres menores en régimen de acogimiento residencial en un centro dependiente de la Consejería, donde, según Del Arco, “se les está garantizando su mayor bienestar”. La consejera ha subrayado que es muy pronto para valorar el alcance de las secuelas, ya que se encuentran en “un proceso de valoración inicial en los ámbitos físico, psicológico, social y relacional, para determinar las posibles consecuencias de la situación vivida”.
La investigación comenzó el pasado 14 de abril tras la llamada de una vecina, que alertó al servicio de Familia e Infancia del Ayuntamiento de Oviedo porque estaba casi segura de que en la casa vivían niños, ya que a veces escuchaba voces y los había visto por las ventanas, aunque nunca salían al jardín. Tras varios días de vigilancia, la Policía comprobó que la puerta de la casa, en la que solo aparece censado el hombre, solo se abría para recoger los pedidos de comida de los supermercados.
Los policías comenzaron a sospechar porque las entregas de comida eran demasiado grandes para el consumo de una sola persona. Tras una reunión con la Fiscalía de Menores, se decretó una orden para acceder a la vivienda, algo que se produjo el lunes, poco antes del apagón. Acudieron siete miembros de la Policía Local ovetense, personal de los Servicios Sociales del Principado y una traductora de alemán, todos ellos coordinados por la letrada del menor del Principado de Asturias.
Según declaraciones de varios de los agentes que participaron en la operación, los niños llevaban pañales, dormían en cunas y un camastro sin patas. Sus últimos zapatos se habían comprado en 2019 y los pequeños convivían también con un gato en muy malas condiciones de higiene y salud. Las ventanas de la vivienda estaban cerradas y no corría el aire.
