Es un milagro que siga en pie, se escuchaba ayer, una y otra vez, entre los muros del Frontn Beti Jai. En esa joya arquitectnica de Chamber que sorte esa doble condena: la de caer en el olvido y, tambin, la de descansar en un cotizado rincn de la capital. Este edificio es un smbolo universal de Espaa, no slo de Madrid, subrayaba Fernando Rodrguez, comisario del centro de interpretacin, que se inaugurar durante el tercer trimestre del ao. Servir para entender lo que ocurri all en los 130 aos de historia que cumplir el prximo 29 de mayo. Por fin podemos anunciar que abrir sus puertas al pblico de forma gratuita, anunciaba Marta Rivera de la Cruz, delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid. Desde hoy mismo cualquiera se podr inscribir para realizar visitas guiadas que arrancarn el Jueves Santo y se realizarn durante los fines de semana, con un equipo de mediadores culturales.
Que haya sobrevivido, despus de todas las vicisitudes por las que ha pasado, es casi un milagro, repeta la delegada municipal sobre esa misma cancha de 67 metros de longitud donde, en el ocaso del siglo XIX, los pelotaris estampaban una bola contra la pared, ante el xtasis del pblico. En las entraas del edificio deportivo ms antiguo de Europa en pie.
Fue inaugurado en 1894, a instancias del promotor vasco Jos Arana y siguiendo el proyecto del arquitecto Joaqun Rucoba. All se llegaron a reunir 4.000 personas para vibrar con el evento deportivo y, tambin, para ganarse unas buenas pesetas. Era un frontn comercial y el objetivo era ganar dinero. Ms que competir, el fin prioritario era ofrecer un espectculo para hacer mltiples apuestas. Las apuestas no estaban legisladas y, probablemente, eso supuso el principio de su final, detallaba Rodrguez. Su mantenimiento era costoso y no daba los beneficios previstos. A finales de 1897, el Beti Jai, construido a la carrera por las prisas, se dedic a otros menesteres. En aquel Madrid del amanecer del siglo XX lleg a haber 30 frontones y, a su manera, con el epitafio escrito mil veces, slo sobrevivi l. La pelota en aquel momento era como el ftbol. Los pelotaris eran como los toreros. Pero…
Centro de pruebas, garaje y taller
Tras ms de 100 aos y cerca de 30 millones en rehabilitaciones, el Beti Jai vuelve a estar vestido para salir de nuevo de fiesta. Otro tipo de fiesta, lgicamente. Porque en las pginas de este icnico frontn asoman captulos de lo ms singular. Como los de aquellos das de 1905 en los que el clebre ingeniero Torres Quevedo, responsable del Centro de Ensayos de Aeronatica que all se cre por iniciativa del ministerio, realiz asombrosas pruebas con esa suerte de mando a distancia que fue su telekino. Con 300 personas en la grada, un triciclo se desplaz solo. All mismo se hicieron las primeras pruebas del dirigible, vital en la I Guerra Mundial, despus de cubrir el recinto con un toldo para protegerse de las inclemencias… y de los espas. Tambin ide Torres Quevedo esa suerte de telefrico que permite conectar la orilla canadiense y estadounidense de las Cataratas del Nigara. El invento sigue all.
En el Beti Jai hubo conciertos, exhibiciones hpicas, escuelas militares y hasta peleas de perros y ratas. Tal cual. Fue una fbrica de vehculos de la marca Studebaker, concesionario de Harley Davidson en 1923 y, a partir de 1925, un garaje. Se cerraron las gradas y algunas familias llegaron a vivir all. Aquello qued reflejado en la pelcula Madrid de Basilio Martn Patino (1987). Y desde la dcada de los 90 hasta 2000 bsicamente agoniz. Es un milagro que siga en pie.
«La Capilla Sixtina del deporte de la pelota»
Hay fechas clave en su resurgir, como la declaracin de Bien de Inters Cultural (BIC) por la Comunidad de Madrid, en 2011 (siendo Jos Luis Martnez-Almeida Director General de Patrimonio Histrico de la CAM). O la expropiacin del Ayuntamiento de Madrid cuatro aos despus, cuando aquello era una suerte de jungla en Chamber. Su restauracin concluy en 2019 y, desde el prximo jueves, se abrir al pblico de forma permanente. Y muchos, polticos incluidos, tuercen la mirada hacia la Plataforma Salvemos el Frontn Beti Jai.
Hay que darle las gracias a los vecinos y a ellos, que vieron inters en este espacio, trabajaron y pelearon para que se conservara, argumentaba Marta Rivera. Y Fernando Larumbe, apasionado y experto del juego de la pelota, y pelotari hasta que sufri un accidente, dibujaba una tmida sonrisa de satisfaccin. El Beti Jai es la Capilla Sixtina del deporte de la pelota. Nuestra pelea arranc hace 30 aos, cuando aqu entraban coches y la gente tenda la ropa. Hemos sido muy fieles a nuestro concepto de lo que debe significar este recinto, recalca ilusionado porque, de nuevo, vuelve a ser fiesta.
Con su apertura al pblico, se estima que pasarn por all unas 120.000 personas antes de que concluya este ao. Miles de personas escucharn el eco de sus voces entre los muros, hacindose una idea de lo que pudo ocurrir en aquellos primeros das del frontn, cuando la pelota se estrellaba contra la pared una y otra vez.
Es un milagro que siga en pie.