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La pastina es, en esencia, una pequeña joya de la cocina italiana. Su nombre significa literalmente pasta pequeña y agrupa formatos diminutos como stelline (estrellitas), orzo (parecido al arroz), acini di pepe o pequeños tubos llamados ditalini. En Italia, la pastina no es solo un tipo de pasta sino un elemento esencial en sopas reconfortantes y cremosas.
En España, donde no es tan conocida, ha ganado popularidad por su versatilidad y por el sabor que aporta a los caldos. Además, la preparación resulta muy sencilla, y se ajusta perfectamente al estilo de vida moderno. Es de esa clase de platos que nos abraza durante los días fríos o cuando necesitamos una comida ligera pero reconfortante.

Pastina italiana
Utiliza queso parmesano o grana padano
- 200 gramos de pastina
- cuatro dientes de ajo
- 50 gramos de mantequilla
- una pizca de sal
- una rama de apio
- 300 mililitros de caldo
- un huevo
- una pizca de pimienta negra molida
- cinco zanahorias
- una hoja de laurel
- 500 gramos de queso parmesano o grana padano
- una cebolla
- un puñado de perejil fresco
- un chorro de aceite de oliva
A continuación, los pasos exactos para preparar una pastina perfecta:
- Primero, pela y corta en trozos el apio, la zanahoria y la cebolla. Pela los dientes de ajo enteros. Y en una cacerola con un fondo de aceite de oliva rehoga estas verduras junto con el laurel y el perejil hasta que estén tiernas.
- Después, añade agua hasta cubrir dos dedos por encima de las verduras y cocina hasta que estén tiernas. Retira el laurel y el perejil, y tritura todo junto con el caldo de cocción. Tiene que quedar una crema homogénea. Entonces, incorpora el caldo y lleva la mezcla a ebullición para unificar los sabores.
- Incorpora la pastina a la crema caliente y cocina durante siete minutos, hasta que la pasta quede al dente. Luego, retira del fuego y añade la mantequilla y el queso rallado. Gaz lo mismo con el huevo crudo y remueve rápidamente para obtener una textura cremosa sin cuajar. Se sirve caliente con un extra de parmesano, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y perejil picado.
Origen de la pastina
La pastina tiene una larga tradición en Italia. Su tamaño diminuto, normalmente de unos dos milimetros, la hace ideal para caldos y papillas, especialmente para niños y enfermos. Se cree que, originalmente, este formato surgió como comida reconfortante y fácil de digerir, con denominaciones populares como penicilina italiana dados sus efectos. Las variedades más comunes incluyen stelline, orzo, ditalini o acini di pepe, cada una con su estilo particular. Sin embargo, todas comparten la finalidad de integrarse perfectamente en caldos y purés.
Trucos para una pastina perfecta
Algunos trucos para preparar una pastina como la de los mejores restaurantes de Italia son:
- Elegir un buen caldo: ya sea casero o de calidad, esta base potenciará el sabor final del plato.
- Triturar bien las verduras: preparar una crema homogénea sin grumos para que la textura sea suave y envolvente.
- Respeta el tiempo de cocción: consulta el paquete de pastina y cúmplelo. Busca que la pasta quede al dente y no se pase.
- Añade el huevo al final, fuera del fuego: garantiza una textura sedosa sin trozos cuajados.
- Equilibra los complementos finales: usa mantequilla, queso, aceite y perejil con moderación para realzar sabores sin sobrecargar.
La pastina es uno de esos platos que conjugan simplicidad y sabor. Su historia, ligada a sopas infantiles y remedios caseros, le da un aura íntima y familiar. Al llegar a España, ha encontrado adeptos por su capacidad para adaptarse a ingredientes locales, haciendo de este clásico italiano una receta versátil, económica y deliciosa.