El pleno de las Cortes Valencianas ha aprobado este jueves la llamada Ley de Concordia, que deroga la anterior Ley de la Memoria Democrática de 2017, con los votos a favor del PP (40) y Vox (13) y en contra de PSPV-PSOE (31) y Compromís (15). Los diputados y cargos del PP y Vox, partidos que sustentan al Gobierno de la Generalitat, han mostrado sintonía tanto política como personal durante la sesión de votación de la ley de la que ha hecho bandera la formación de extrema derecha. La norma equipara las víctimas desde 1931 hasta la actualidad, incluyendo a las del terrorismo etarra, sin condenar el franquismo ni distinguir a las miles de personas asesinadas que acabaron en fosas comunes o en paradero desconocido durante la represión de la dictadura, tras la Guerra Civil.
El PP y Vox han votado en bloque tanto la proposición de ley como en las distintas enmiendas. En el transcurso de la sesión, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, del PP, ha dedicado gestos de complicidad al vicepresidente y consejero de Cultura, Vicente Barrera, de Vox, al mismo tiempo que Abacal anunciaba la ruptura de los gobiernos de coalición con el PP en cinco autonomías por el reparto de menores migrantes. Varios cargos valencianos de Vox han reconocido en los pasillos de las Cortes que la relación con el PP en la Comunidad Valenciana es “muy buena” y han lamentado la posibilidad de salir del Consell. Han admitido, además, que todo “depende de Madrid”, es decir, de la decisión definitiva que adopte la dirección nacional de Vox. En declaraciones a la televisión autonómica À Punt antes del pleno, Barrera ha afirmado: “Haré lo que diga mi partido y punto”.
Fuentes del PP nacional apuntan que la ruptura es un peligro muy real en Castilla y León y Extremadura, donde las relaciones entre los dos partidos son muy tensas. Tampoco son especialmente fluidas en Murcia ni en Baleares (donde el PP recibe apoyo parlamentario de los de Vox). En Aragón, el PP y Vox acaban de aprobar un plan de Concordia, también sin alusiones al franquismo.
La relación entre las dos formaciones de la derecha se ha colado en un pleno especial, que ha contado también con la presencia de familiares de los represaliados del franquismo. Como Josefa Peiró, de 85, cuyo padre fue fusilado tras la Guerra Civil en Paterna por “republicano”. “Es un día muy triste porque esto es como renovar las llagas. Mi padre y mi madre, que por fin descansaron juntos tras recuperar los restos en 2020, no se merecen esto”, comentaba tras la votación. A su lado, Carmen Gómez, presidenta de la Asociación de Familiares de Víctimas del Franquismo de la Fosa Común 112 de Paterna, donde fueron fusilados su padre y su abuelo, manifestaba su “inmensa tristeza y rabia, porque lo que no pueden hacer es blanquear el franquismo, Es un día muy triste, un paso atrás muy doloroso”.
Tras la votación, los diputados socialista han exhibido un cartel con el lema Veritat, justícia, reparació, y los de Compromís una serie de libros sobre la represión franquista, como la novela gráfica El abismo del olvido, de Paco Roca. La secretaria general del PSPV-PSOE y ministra de Ciencia, Diana Morant, ha criticado especialmente el “blanqueamiento del franquismo” de dos partidos entre los que no se puede distinguir y ha incidido en la voluntad del Gobierno de recurrir la ley, “un atropello a los derechos de las víctimas franquistas”, al Tribunal Constitucional.
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Para el PP y Vox la ley de Concordia supone “la reconciliación frente al odio” y restaura “por igual los derechos de todas las víctimas independientemente de qué manos y dónde fueron asesinadas”; para los partidos de la oposición, PSPV-PSOE y Compromís, la norma es un “panfleto franquista” que “iguala dictadura y democracia”. El último debate de la proposición de ley tuvo lugar ayer, miércoles, y volvió a enfrentar dos visiones históricas contrapuestas.
En el debate, la diputada del PP Marisa Gay pidió que se conozca “toda la historia sin confrontación sectaria” y ha puesto la educación “como eje de todo”e insistió en que los trabajos de exhumación y otras actuaciones recogidas en la estatal Ley de Memoria Democrática continuarán con la nueva norma, mientras que David Muñoz (Vox) defendido que en la II República “no se evitaron los desmanes y el terrorismo” y acusó a la izquierda de “totalitarios y fascistas” por no aceptar las opiniones discrepantes.
La socialista Mercedes Caballero lamentó que “mientras la voz del pueblo francés se alza contra la extrema derecha, aquí siguen alimentando a la bestia”. “La etapa de Carlos Mazón pasará a la historia por su negacionismo y por ponerle alfombra roja a los amigos de Le Pen”. La portavoz adjunta de Compromís Isaura Navarro tachó la ley de “panfleto franquista que lo único que contiene es la derogación de una ley cargada de derechos” y afirmó que “con una memoria inventada de puro delirio no hay democracia”. Ambos partidos recurrirán la Ley de Concordia de PP y Vox ante “cualquier instancia” judicial, tanto estatal como internacional.
En el debate del miércoles, siguieron la sesión las nietas de tres represaliados por el franquismo: el director de la revista satírica La Traca, Vicent Miquel Carceller, fusilado por republicano en 1940 y enterrado en la llamada “fosa de la cultura” de Paterna; el conocido como “el padre del guerrillero”, Teófilo Alcorisa, al que mataron porque no encontraron a su hijo, y el prestigioso médico y político Juan Bautista Peset Aleixandre, también asesinado en el llamado paredón de España de Paterna, donde murieron 2.238 personas tras la Guerra Civil.