«Hablad despacio, está un poco nervioso». Y ahí sale Arda Güler, con la sonrisa tímida de quien se estrena en una zona mixta, rodeado de preguntas y cámaras. Lleva dos temporadas en el Real Madrid, pero para el turco de 20 años este Mundial de clubes está siendo una pequeña revelación dentro y fuera del campo. La llegada de Xabi Alonso parece haberle convertido en el nuevo centro de gravedad del conjunto blanco, sumando una segunda parte consistente ante el Al Hilal, y el club, consciente de la pasión turca que se genera en redes sociales, le abrió en la previa del Pachuca las puertas del foco mediático por primera vez desde la rueda de prensa de su presentación y repitió presencia tras su gol a los mexicanos.
«In english«, pide a los periodistas. Sus respuestas son concretas, cortas y en un acento fácil de entender, manteniendo las manos detrás de la espalda. Posición recta para calmar la tensión. «¿Qué quieres?», bromea en castellano cuando le piden alguna palabra en el idioma. «Con míster todo bien ahora. Vamos a ver«, se ríe por su español. «Mejor centro que banda», analiza, y cuando el periodista insiste por su puesto, mezcla idiomas por el nerviosismo lógico del momento: «Ahora… I don’t know. No sabe, no sabe. Yo quiero sólo jugar. Buen feeling«. Y se va, agradeciendo a los medios el trato en su debut como portavoz del Madrid.
Unas horas después, Alonso le dio la titularidad en el segundo duelo del Mundial, Güler brilló, marcó su primer gol en el torneo, fue el eje del Madrid y volvió a zona mixta más relajado, haciendo un gesto y riéndose al ver de nuevo a los periodistas. «¿In spanish?», bromeó de primeras. «Muy bien pase de Trent, muy bien pase Gonzalo, muy bien entrado… Y muy bien», respondió sobre su gol, también entre risas. «Más contento porque yo en el medio», vuelve a analizar en tímido castellano.
Alaba y Rüdiger, claves
Con estas dos zonas mixtas de Arda Güler se entienden algunas cosas de los dos años que ha vivido en el Madrid. Meses de no jugar, de aguantar, de mejorar físicamente y de momentos en los que parecía no entenderse con Ancelotti: «Veo a un jugador que trabaja, aprende y quiere jugar. Esto es una pequeña parte del tiempo que yo paso con él y él pasa mucho tiempo con otras personas. Esto es una falta de comunicación«, declaró el italiano en febrero de este año, cuando el caso Güler estaba en las portadas.
Esa falta de comunicación se plasmó en el inicio del día a día de Arda, que llegó al club con 18 años, hablando poco inglés y sin idea de español. Se pegó a David Alaba y a Antonio Rüdiger, que hablaban algo de turco al crecer con inmigrantes en Viena y Berlín, y a Thibaut Courtois, que jugó con Arda Turan en el Atlético y sabía algunas palabras, pero le costó.
El remate de Güler que valió el 2-0 ante el Pachuca en Charlotte.
En el vestuario le llaman «Arda Abi» también por otro problema de comunicación. El turco, «un chico muy muy educado», cuentan en Valdebebas, empezó llamando ‘Abi’ a veteranos como Luka Modric, una palabra que en turco significa «hermano mayor», y algunos en el vestuario creían que se usaba para todo el mundo. «Buenos días, Arda Abi», le dicen ahora.
Así que después de dos años, ‘Arda Abi’ ha saltado del banquillo al campo y del vestuario a las zonas mixtas. Asume el foco del Madrid y Xabi Alonso lo agradece: «Es de esos jugadores que debe estar cerca del balón. Cuantos más toques dé, mejor va a jugar. El otro día firmó un gran partido», aseguró el técnico.
«Queda mucho Arda», respondió Güler en sus últimas palabras ante los medios. Un fin de semana que le empuja hacia los focos.