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Con la llegada del buen tiempo, la protección solar se convierte en una rutina indispensable. Sin embargo, cada vez hay más opciones en el mercado, y entre las más populares están los protectores solares con color. ¿Pero realmente protegen igual que los tradicionales? ¿Son aptos para todas las pieles? La Dra. Verónica Sánchez García, dermatóloga en Enea Alicante, aclara que tanto los protectores con como sin color pueden ser efectivos si se usan correctamente.
Diferencias en la composición del producto
Una de las principales distinciones entre un fotoprotector con color y uno sin color reside en su composición. «Los protectores con color incluyen pigmentos como el óxido de hierro o el dióxido de titanio, que además de proporcionar un tono uniforme al rostro, actúan como filtros físicos contra la luz visible», explica la Dra. Sánchez García. Esta capacidad de proteger frente a la luz visible —especialmente relevante en casos de melasma o hiperpigmentación— convierte a estas fórmulas en una opción interesante. Sin embargo, esta ventaja tiene un precio. «Al incorporar pigmentos, la textura del producto suele ser más densa, lo que puede dificultar su absorción y generar incomodidad en pieles grasas o con tendencia acneica», añade la especialista. Por el contrario, los protectores sin color se enfocan en filtros UV —ya sean químicos o minerales— y su formulación suele ser más ligera, ideal para pieles sensibles o reactivas.

Ingredientes que podrían irritar
La inclusión de color también introduce algunos riesgos adicionales. «Los pigmentos minerales como el óxido de hierro, aunque seguros, pueden acumularse en los poros si la piel es propensa al acné», advierte la doctora. Además, las fórmulas pigmentadas suelen requerir más conservantes y estabilizantes, lo que incrementa la posibilidad de reacciones en pieles reactivas. Asimismo, para mantener la fijación del color, se recurre a texturas más densas con siliconas o aceites, elementos que podrían llegar a obstruir los folículos pilosos. Por ello, en pieles propensas al acné o dermatitis, la elección del protector debe realizarse con especial cuidado.
La verdad sobre el SPF 50
Otro punto crucial es la diferencia entre SPF 30 y SPF 50. «Un SPF 50 bloquea aproximadamente el 98% de los rayos UVB, mientras que el SPF 30 bloquea alrededor del 96.7%. Aunque la diferencia parece pequeña, puede ser significativa en pieles claras, con antecedentes de cáncer de piel o en tratamientos dermatológicos que exigen una máxima fotoprotección», sostiene la Dra. Sánchez García. No obstante, esa protección solo es efectiva si se aplica la cantidad adecuada —unos 2 mg/cm² de piel—, lo que equivale a una cucharadita para rostro y cuello. Además, la duración teórica de la protección (500 minutos para SPF 50, frente a 300 con SPF 30) se ve reducida por factores como el sudor, el roce o el agua. Por eso, reaplicar cada dos horas sigue siendo una regla de oro, independientemente del SPF.

Errores comunes con protectores con color
Según la Dra. Sánchez García, hay varios errores habituales al usar protectores solares con color que pueden comprometer su eficacia. «El más frecuente es aplicar menos cantidad para evitar el temido efecto ‘máscara’, lo que reduce significativamente la protección real», advierte. Otro fallo común es mezclar productos de distintas marcas —como bases con SPF y protectores solares— lo que puede alterar la estabilidad de los filtros solares. También es habitual omitir ciertas zonas, como el cuello o el escote, por miedo a manchar la ropa. Esto deja áreas vulnerables a la exposición solar, especialmente en los meses de calor, cuando estas zonas suelen estar más expuestas.
¿Se aplican con la misma frecuencia?
En la práctica, los protectores solares con color se reaplican menos. «Estudios observacionales indican que se aplican hasta un 40% menos en comparación con los sin color, ya que muchas personas temen alterar su maquillaje», señala la especialista. Esto puede suponer una menor protección a lo largo del día. En cambio, los protectores sin color permiten reaplicaciones más sencillas sin comprometer el aspecto estético.