Las Fuerzas Armadas de Irán presentaron este sábado dos nuevos sistemas de defensa aérea en medio de las crecientes tensiones por los ataques en Medio Oriente. Las autoridades persas celebraron la puesta en marcha de “Arman” y “Azarakhsh”, ambos de última tecnología y fabricación nacional.
Los aparatos fueron presentados durante una ceremonia en la que participó el ministro de Defensa iraní, Mohamed Resa Ashtiani.
El funcionario explicó que ambos sistemas funcionan sobre vehículos, pueden ser fácilmente transportados y operar en terrenos difíciles, lo que permite aumentar la capacidad defensiva del país, incluso en situaciones complejas. Se trata de dos importantes logros para las autoridades persas, que se sumarán a las capacidades ya existentes de las Fuerzas Armadas nacionales.
Puntualmente, el Arman -también conocido como Tactical Sayyad- “puede detectar 24 objetivos a una distancia de entre 120 y 180 kilómetros y atacar simultáneamente a 12″ de ellos. Es muy ágil, pudiendo responder a amenazas en menos de tres minutos y su radio de cobertura brinda buenas garantías de defensa sobre la República Islámica. Inclusive, cuenta con un sistema de autoprotección de corto alcance en uno de sus silos que lo vuelve inmune a amenazas a baja altitud.
Las piezas se suman al arsenal de las Fuerzas de Defensa y buscan potenciar su capacidad (Tasnim)
Por su parte, Azarakhsh es capaz de “identificar y destruir objetivos” a una distancia más corta, de unos 50 kilómetros, aproximadamente. Así, su despliegue se centra principalmente sobre los centros vitales del país, donde más posibilidades existen de recibir amenazas de drones y vehículos aéreos.
El dispositivo puede operar tanto de día como de noche y está equipado con avanzados sistemas de radar 3D y búsqueda óptima, así como con buscadores avanzados muy ágiles.
La presentación de estas armas por parte de Teherán se da en un momento en el que la tensión en Medio Oriente parecen ir en aumento.
En Gaza, las hostilidades entre los terroristas palestinos y las Fuerzas de Defensa de Israel están lejos de cesar, con los segundos advirtiendo de un avance sobre la ciudad de Rafah, al sur. En tanto, en la frontera norte, el fuego cruzado con el grupo chiíta libanés Hezbollah también se mantiene a diario con una resolución diplomática cada vez más lejos de ser alcanzada. Por último, en el mar Rojo, los hutíes continúan con sus ataques sobre naves extranjeras, interrumpiendo el flujo de los buques y obligando a la respuesta de los aliados occidentales.
La comunidad internacional insiste en sus denuncias de que, detrás de todas estas ofensivas, existe un fuerte respaldo del régimen iraní, que suministra el armamento necesario que, de otra forma, no podrían conseguir.
Teherán se ha distanciado de estas acusaciones y busca mantenerse al margen del conflicto llamando a las partes a evitar una escalada. No obstante, esta semana la Guardia Revolucionaria llevó a cabo un ejercicio con misiles tierra-tierra modelo Emad y Qader, en el que simuló la destrucción de la base aérea israelí de Palmachim, donde se ubican la mayoría de sus cazas F-35.
Los misiles utilizados son de combustible líquido, tienen ojivas explosivas mejoradas y pueden destruir objetos a unos 1.700 kilómetros.
“Este es un nuevo hito que aumenta el alcance de nuestra influencia y poderío naval hasta cualquier punto que se desee porque nuestros buques oceánicos pueden llegar a cualquier parte del mundo”, comentó entonces el responsable del cuerpo militar e ideológico de élite de las Fuerzas Armadas, Hossein Salami.