Tener una inteligencia superior parece una gran ventaja, pero a menudo sólo acarrea soledad, fracaso y frustración. Eso sí, el sufrimiento se atenúa cuando ponen nombre a su diferencia, aunque sea ya de adultos: «Por fin podía ser yo misma y no fingir» Leer
Source link
El renacer tardío (y duro) de los adultos superdotados: "Cuando me lo confirmaron me puse a llorar: ahora ya podía poner en su sitio toda mi vida"
1