En medio del caos, más caos. Mientras el PSOE afronta una crisis sin precedentes tras la presunta implicación de su ex número tres con el caso Koldo, las réplicas del terremoto que acecha al partido principal del Gobierno amenazan con resquebrajar Sumar. La corriente mayoritaria de Compromís decide el próximo lunes si su diputada, Àgueda Micó, abandona el grupo que preside en el Congreso Yolanda Díaz. Pero el otro parlamentario de la coalición valencianista, Alberto Ibáñez, se resiste a pasar al mixto, lo que dejaría a un Compromís dividido con consecuencias también en su comunidad. En plena crisis, los dos diputados de Més per Mallorca y Chunta Aragonesista amagan con abandonar también el grupo, lo que dejaría aún más tocado a un espacio que forma parte del Gobierno, pero que acusa ya un desgaste en las urnas. “Si cae una bomba nuclear, da igual en qué refugio de la escalera estés”, reflexiona un dirigente de uno de los partidos que integran el espacio político, muy descontento con el órdago de estas organizaciones.
Después de reunir a su ejecutiva esta tarde, el partido balear ha aplazado la decisión sobre la permanencia de Vicenç Vidal a una asamblea la próxima semana.
En el otro frente, la crisis con Compromís sigue abierta, pero los teléfonos no paraban de sonar este jueves y desde la dirección de Sumar aseguran que se están planteando todo tipo de fórmulas para tratar de retener a Micó, incluyendo la reconfiguración del grupo para que adquiera un funcionamiento confederal. Ambas partes reconocen que el acuerdo estaba encarrilado la semana pasada, y que los de Díaz habían aceptado prácticamente todas las reivindicaciones de los valencianos, pero la revelación del informe de la UCO que vincula a Santos Cerdán con la gestión de mordidas dejó todo en pausa, y el partido ha decidido convocar para el próximo lunes a su Consell Nacional para desplegar una consulta sobre si finalmente rompe con Sumar.
La negativa del grupo, con el que la formación se presentó a las elecciones generales de 2023, a citar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la comisión de investigación sobre la dana en el Congreso desató hace varias semanas una batalla sin precedentes en la coalición valenciana, en la que conviven los partidos Més (con mayor peso) Iniciativa y VerdsEquo. Pero tanto en Sumar como en la formación de Mónica Oltra algunas voces leen esta ruptura en clave valenciana: la estrategia de sector más nacionalista de Compromís de despegarse de una fuerza estatal en un momento en el que los casos de corrupción podrían dañar sus aspiraciones electorales y el sueño del sorpasso a los socialistas en las próximas autonómicas.
Iniciativa, sobre todo después de una reunión celebrada a última hora del miércoles, decidió por unanimidad, según indican fuentes del partido, quedarse. Para ellos, el debate ahora no está en poner el foco en la situación interna con Sumar, sino en centrarse en las medidas contra la corrupción que ha afectado al PSOE, lo que anticipa una posible ruptura de la coalición, de momento en el Congreso. La formación acordó presentar un paquete de medidas anticorrupción a los socialistas y entregarlo también al grupo plurinacional, de cara a reclamar a su socio medidas de transparencia.
Entre las 13 propuestas se encuentra la petición de comparecencia urgente del presidente del Gobierno en un pleno monográfico sobre la lucha contra la corrupción (en principio esta intervención está prevista para el 9 de julio, aunque sus socios le han reclamado que sea antes). También una comisión de investigación sobre el caso Ábalos-Cerdán, “donde el PSOE no tenga mayoría en la mesa”, para depurar responsabilidades políticas y extraer políticas de lucha contra la corrupción; o la creación de un Ministerio de Transparencia y Buen Gobierno que no sea gestionado por los socialistas. Además, proponen renovar la ley de transparencia de 2013, con más recursos, así como la “implementación de los pactos de integridad en la contratación de la obra pública”.
Fugas
Antes de su reunión, fuentes de Més pero Mallorca confirmaban a EL PAÍS por la mañana que habían pedido a Sumar su salida del Gobierno, un escenario que los partidos en el Ejecutivo descartan por ahora. En opinión de los baleares, ha llegado el momento de “desmarcarse del PSOE” y seguir empujando al Gobierno progresista desde fuera. Las mismas fuentes trasladan que están descontentos desde hace tiempo con las dinámicas del grupo, aunque aseguran que seguirán siendo “leales” a él. “Votaremos a favor de las mayorías de progreso, pero creemos que el Gobierno tiene que ser fiscalizado con más contundencia”, argumentan. En plena crisis, Jorge Pueyo, de Chunta Aragonesista, amaga con lo propio. Su dirección se reúne el lunes para abordar este debate.
La salida de hasta tres diputados amenaza la estabilidad de Sumar, muy tocado tras un año extremadamente duro: con el espacio dividido, a la baja en los sondeos y debilitado por las acusaciones de abuso contra el exportavoz Iñigo Errejón. Sin Presupuestos en el Gobierno, la prueba de fuego será la primera votación en el Pleno de la reducción de jornada laboral, que llegará en julio. El proyecto estrella de Trabajo corre el riesgo de ser tumbado nada más iniciar su tramitación por la negativa de Junts a apoyarlo, lo que dejaría herido de muerte al socio minoritario de la coalición.