Moradores de Gualey afirmaron que ninguna autoridad del Ministerio de Obras Públicas se ha acercado a ellos para tratar el tema del desalojo debajo del puente de la 17 que será intervenido por esa entidad y manifestaron que llevan más de cuatro años en espera de ser reubicados en otro lugar.
Explicaron que algunas familias ya fueron desalojadas y a la mayoría les dieron una bagatela que no les dio ni para para comprar una «mejora» en otro lugar. En el barrio hay confusión e incertidumbre ante el anuncio hecho por el ministro de Obras Públicas de que serían «desmovilizadas» unas 40 familias.
Beatriz Sánchez, vive debajo del puente y dice que ya fueron censados por la Unidad para la Readecuación de Barrios y Entornos(Urbe), pero que extraoficialmente se ha informado que el desalojo está a cargo del Ministerio de Obras Públicas para intervenir el puente.
«No nos han dicho nada, aquí en este pedacito quedan como 10 casas», dijo mientras espera que las autoridades definan su situación.
Altagracia Paulino ya fue desalojada y asegura que solo le dieron 350,000 pesos por su casa, dinero que no le da para comprar en otro lugar. Tuvo que quedarse en casa de uno de sus hijos debajo del puente.
Mientras que Manuel Noboa dijo que los únicos que los han visitado son los técnicos de Urbe, pero que hasta lo que se sabe, no son ellos los responsables del desalojo. Indicó que sus casas las han tapado con los materiales y la tierra de los trabajos que se hacen en la calle Respaldo 17.
Debido a que cerca de sus casas ya no hay muchos vecinos, Altagracia del Rosario clama por una solución a la incertidumbre en que viven. Dijo que el lugar se ha tornado peligroso y en una ocasión la atracaron entrando a su vivienda. Entiende que son parte del proyecto Nuevo Domingo Savio que termina precisamente debajo del puente.
Los improvisados
Como el Ministerio de Obras Públicas le solicitó a Urbe, dada su experiencia en el Nuevo Domingo Savio, que realizará un censo sobre las viviendas que serían desalojadas para rehabilitar el puente de la 17, algunas personas creen que el censo es para continuar la recuperación de la ribera del Ozama y comenzaron a construir casuchas en las orillas del río.
De la noche a la mañana decenas de casitas, en las que no cabe una familia, fueron construidas por si se concretiza un desalojo. La mayoría de las casitas están construidas en hojalatas y están vacías.
No hace ni dos meses que el semillero de casitas, pegadas una de otra, fueron levantadas desde que se supo del censo. Ya es una costumbre que desde que las autoridades realizan un censo en las orillas de los ríos Ozama e Isabela hay gente que comienza a construir para que los incluyan en las indemnizaciones o planes de viviendas.