La tormentosa vida política catalana puede estar a punto de conocer otro episodio difícil de imaginar durante los años del procés y que tampoco se ha registrado desde hace cuatro décadas. Por primera vez, las fuerzas nacionalistas –hoy reconvertidas todas ellas al independentismo– podrían quedarse en minoría en la Cámara catalana al no lograr Esquerra Republicana (ERC), Junts per Catalunya y la CUP el mínimo de 68 escaños sobre 135 que les ha permitido gobernar ininterrumpidamente, aunque bajo diferentes fórmulas, durante los últimos 13 años. El empuje del Partit dels Socialistes (PSC), con el liderazgo de Salvador Illa, junto con un fuerte ascenso del PP, puede dejar a los independentistas sin la mayoría absoluta que les permitiría bloquear cualquier gobierno que no sea de corte secesionista. Los datos internos pueden consultarse en abierto aquí.
El PSC ganará con claridad las elecciones del próximo domingo día 12 con un Junts a la zaga y Esquerra Republicana que se descuelga hasta la tercera posición. Pese a la victoria del socialista Illa –que se consolidaría en primera posición con 40 diputados– los socialistas tampoco tienen garantizado el trofeo de la presidencia de la Generalitat. Pactos a dos o a tres decidirán en un escenario en el que sigue planeando el riesgo del bloqueo y hasta la repetición electoral.
La encuesta de 40dB. para EL PAÍS y la SER, a menos de una semana para las elecciones catalanas, arroja un claro triunfo para los socialistas, que alcanzarían los 40 diputados en un Parlament en el que la mayoría absoluta se sitúa en 68 escaños. Los socialistas siguen en línea ascendente tras el zarandeo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, propinó a la campaña catalana con los cinco días en los que sopesó su dimisión. Con Sánchez consolidado en el puesto, pero con el susto todavía en las carnes de las bases socialistas, su electorado ha dado claras muestras de activación. Las expectativas electorales de Illa suben en dos escaños en apenas dos semanas y sumaría hasta 8 diputados a los 33 que tiene actualmente en el Parlament. Lo haría a costa de su partido socio en el Gobierno de España, Comuns Sumar, que sigue una tendencia a la baja y se deja hasta dos escaños respecto al último sondeo electoral, con lo que podría quedarse con solo cinco.
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La pugna ERC-Junts
En el bloque independentista, Junts sigue una trayectoria similar a Illa, con una tendencia al alza frente a una Esquerra Republicana a la que le está costando capitalizar su acción de gobierno en Cataluña. Así las cosas, Junts, con el hiperliderazgo del expresident Carles Puigdemont, encabezaría el bloque independentista, aunque solo lograría sumar cuatro escaños a los 32 que ahora tiene en el Parlament. Con todo, sus 36 diputados quedarían claramente por encima de su inmediato rival, Esquerra Republicana, que se quedaría con 26, siete menos que en el Parlamento actual.
Este trasvase de votos de ERC a Junts también afecta a la otra fuerza independentista que permitió investir a Pere Aragonès hace tres años, la CUP. Los anticapitalistas sufren asimismo la desafección de su electorado y se quedarían con solo cuatro de los nueve escaños que tienen actualmente. Un dato resume los problemas internos que tiene la CUP: entre sus votantes, el candidato favorito para la presidencia no es su cabeza de cartel, Laia Estrada, sino Carles Puigdemont, con un 39% de apoyos.
Con este resultado los independentistas se quedarían con 66 diputados, a dos de la mayoría absoluta. Sí podrían alcanzar los ansiados 68 si consiguen los escaños que la encuesta les otorga en su franja alta de voto, aunque también podrían quedar en manos de Aliança Catalana un nuevo partido independentista, de corte ultra, que puede entrar en el Parlament con un diputado. Con todo, esta suma puede acabar siendo ficticia, ya que la CUP y ERC han descartado con rotundidad cualquier suma con ellos y Junts también ha dicho que no prevé negociar con esa formación.
En la derecha destaca el gran crecimiento del Partido Popular, que volvería a las cotas que tenía ante del procés y lograría 13 escaños, 10 más que en la actualidad. La parte negativa para el PP es que sigue sin noquear a su gran rival en la derecha, Vox, que mantendría 10 de los 11 escaños que tiene en la actualidad y da señales de buen estado de forma. Lo que sí consigue el PP es comerse por completo a Ciudadanos, que desaparecería del Parlament haciendo gala de una penosa trayectoria que le habría llevado a la intemperie parlamentaria apenas siete años después de lograr el primer puesto en la Cámara catalana.
El sondeo muestra la capacidad tanto de Illa como de Puigdemont de pasar el rastrillo para arañar votos en la periferia de sus respectivos espacios electorales. En dos semanas, el PSC logra aumentar en ocho puntos la fidelización de sus votantes de las últimas elecciones. Lo hace a costa de quedarse con hasta el 27% de los electores de los comunes de Jéssica Albiach, la referente de Yolanda Díaz en Cataluña. Illa, en una semana marcada por la emocionalidad del anuncio de Pedro Sánchez, también logra arañar unos pocos votos entre antiguos votantes de Ciudadanos y hasta del PP. Puigdemont, que es quien más logra fidelizar a sus votantes de 2021, crece a costa de Esquerra Republicana y de la CUP.
Sobre las preferencias acerca de quién debería liderar la Generalitat también hay novedades. Ahora Carles Puigdemont encabeza la lista (21,5% de apoyos) seguido muy de cerca por Salvador Illa (21,0%). Puigdemont ha subido dos puntos en menos de dos semanas mientras que Illa lo ha hecho en 1,5. El president y candidato de ERC, Pere Aragonès, también suma una cierta tendencia al alza, pero muy rezagado, con un 10.4% de apoyos.
Preferencia de pactos
En lo referente a las preferencias de pactos, la novedad respecto a la última encuesta es que ahora la opción preferida es la de una coalición liderada por el PSC y ERC (27,5%), aunque casi empatada con la de la opción del frente independentista (27,4%). En comparación con el anterior sondeo bajan los partidarios de la coalición secesionista, especialmente por el menor apoyo que le brindan a esta opción los votantes de Junts, pero también los de ERC, siempre enfrascados en sus batallas sin cuartel.
Así las cosas, la suma de los partidos independentistas tradicionales –ERC, Junts y la CUP– arroja un total de 66 diputados en la franja intermedia de voto de cada uno de los grupos, a dos de la mayoría absoluta. Han perdido un diputado respecto a la última encuesta y ocho si se compara con el resultado de 2021. La otra coalición que ya ha gobernado la Generalitat, la del tripartito de izquierdas –PSC, Comuns Sumar y Esquerra– logra reunir 71 diputados, uno menos que en el anterior sondeo y tres menos que lo que consiguieron hace tres años. Más allá de las matemáticas hay que tener en cuenta que Esquerra ha dicho que no piensa hacer presidente al socialista Illa y que en el flanco independentista las relaciones entre los dos grandes partidos están hechas trizas, lo que complica cualquier pacto y hace asomar la amenaza de bloqueo tras el 12-M y hasta de repetición electoral.
Todos los datos referidos a Junts apuntan a una mayor movilización de su electorado. Los votantes de este partido son los que mejor valoran a su cabeza de cartel. El 88% de ellos considera que Puigdemont es buen o muy buen candidato. Ello contrasta con el 62% de votantes socialistas que dicen lo mismo de Salvador Illa. Y del 57% que lo afirman de Pere Aragonès.
Lo mismo ocurre cuando se pregunta a los votantes si piensan acudir a las urnas el próximo domingo. El 78,6% de los de Junts están convencidos de que sí irán, cifra que baja hasta el 70% en el caso de ERC y del 64,7% para los socialistas. Con todo, la variación en las últimas semanas ha sido mucho mayor en el caso de los socialistas, que se han activado por encima de sus rivales (+6,8 puntos).
