Simón Brand llevaba años contemplando y padeciendo el lento declive de la industria del cine en Hollywood. Finalmente, en abril de 2024, el director de la película Paraíso Travel decidió variar de forma radical su estrategia. Abrió una productora en su Bogotá natal, Clover, y ahora se mueve entre Nueva York, Miami y Colombia. «Hace tiempo que el modelo de negocio en Los Ángeles es insostenible», asegura. «No hay rodajes porque no hay incentivos fiscales y los precios en California están por las nubes. Por lo que pago por un día de rodaje en Los Ángeles puedo rodar tres o cuatro en Colombia. Que a nadie le extrañe que cada vez haya menos trabajo en Hollywood».
El suyo no es un caso aislado. Son multitud en el mundo del cine los que han decidido tirar la toalla, salir de California o incluso buscarse otro trabajo ante la magnitud de la crisis. Los casos se suceden: directores de fotografía en busca de algo estable en otro campo, guionistas que ahora escriben desde Georgia porque es mucho más barato que vivir en Los Ángeles o actores que han optado por regresar a su país de origen.
Son las secuelas de la tormenta perfecta, la que lleva años descargando sobre la meca del cine, que este domingo celebra la gala de los Oscar. Primero arreció la guerra del streaming y el cambio de paradigma que ha planteado. Después, el efecto demoledor de la pandemia que paralizó por completo los rodajes. Un año más tarde llegó el siguiente golpe a la yugular: una huelga combinada de guionistas y actores de la que todavía no se ha recuperado el sector casi dos años después.
El resultado de todo eso es un desplome en el número de rodajes, especialmente en Los Ángeles, el epicentro de la industria. Y no solo de películas y series de televisión, sino de anuncios, fuente principal de ingresos de buena parte del gremio. Los días de rodajes autorizados para distintas producciones en la segunda ciudad del país pasó de 36.792 en 2022 a los 23.480 de 2024, un declive del 36%, según datos de FilmLA, la oficina gubernamental que regula los rodajes en el condado de Los Ángeles.
Más preocupante aún es la falta de reacción tras los seis meses de huelga. Paul Audley, presidente de FilmLA, dice que esperaban un rebote, pero que en su lugar se han encontrado con un declive del 5% en el tercer trimestre de 2024 comparado con el mismo periodo del año anterior. Semejante sequía se ha traducido en una considerable destrucción de empleos. Según datos del Departamento de Trabajo, se han perdido un 15% de puestos de producción de largometrajes y sonido desde mayo de 2023, cuando comenzó la huelga.
Hay una indiscutible sensación de tristeza y decadencia en el ambiente, con el añadido de la devastación de los incendios a principios de este año que acabaron con la vida de 29 personas y destruyeron más de 18.000 estructuras en Pacific Palisades y Altadena. «No es una sensación. Es así», ratifica con contundencia Mario Tardón, actor español afincado en Los Ángeles desde hace 8 años. «El número de producciones que se están rodando aquí ha bajado un 40%, más o menos. Todo el tema de los rodajes está medio muerto en Hollywood«, concluye.
Tardón lo atribuye al empuje de otros Estados como Nuevo México, Georgia o Texas, que «se intentan apropiar de lo poco que se rueda en California», con campañas de promoción como la de Matthew McConaughey y Woody Harrelson, recreando sus papeles en la primera temporada de True Detective, para atraer más proyectos a su Texas natal. También hace referencia «a la internacionalización del contenido». El espectador americano cada vez está más abierto a consumir series y películas de otros países. «Se está rodando muchísimo fuera y es una señal clara de hacia dónde va la industria«, explica.
Este intérprete asturiano lamenta haber perdido pujanza por el extraño viraje del sector: «Yo me vine a Los Ángeles para abrirme hueco y ahora compito con amigos míos que están en Madrid, porque pueden mandar una prueba desde allí y les sale más barato que alguien vuele desde España que pagar a un actor del sindicato que reside aquí. Esa ventaja ya la he perdido».
Parte de las esperanzas de recuperación están depositadas en la promesa del gobernador de California, Gavin Newsom, que en octubre del año pasado propuso la ampliación del Programa de Crédito Fiscal para Cine y Televisión de 330 a 750 millones de dólares por año. «La expansión de este programa ayudará a mantener las producciones en casa, generar miles de empleos bien remunerados y fortalecer el vínculo vital entre nuestras comunidades y la emblemática industria cinematográfica y televisiva del Estado», señaló el mandatario.
Gloria Calderón Kellett, actriz, productora y creadora de series como One Day at a Time y With Love, celebra el hecho de que Newsom haya escuchado al movimiento Stay in LA para mantener los rodajes en Los Ángeles. «Me mudé a esta ciudad porque esto es Hollywood y quiero que lo siga siendo, pero si seguimos así esta industria se muere. Corremos el riesgo de ser el próximo Detroit si no le damos la vuelta a la situación«, afirma a EL MUNDO durante la alfombra roja de La Cena, un evento para homenajear el talento latino en cine y televisión en Los Ángeles. «Antes veías la magia de las distintas producciones rodándose aquí al mismo tiempo y ahora veo mucho lote vacío. Quiero que esa magia vuelva».
La iniciativa Stay in LA, con nombres como Keanu Reeves o Alison Brie detrás, reclama, entre otras cosas, que los estudios y los servicios de streaming se comprometan a producir un 10% de sus proyectos en Los Ángeles durante los tres próximos años y que se eliminen las restricciones a los incentivos fiscales durante el mismo periodo de tiempo. «Nos aterroriza que la ciudad que tanto amamos pueda perder su recurso más vital: su gente«, afirma el comunicado de su página web.
Se refieren a la legión que genera 115.000 millones de dólares al año para la economía local, con un total de 681.000 puestos de trabajo, de acuerdo a la Corporación de Desarrollo Económico del condado de Los Ángeles, parte de un ecosistema del que se nutren restaurantes, tiendas de flores, transportistas y un ejército de pequeños negocios que también están sintiendo el golpe.
Sin embargo, el problema no está solo en Los Ángeles. A nivel mundial, el número de producciones de cine y televisión que arrancaron en 2024 todavía está un 11% por debajo de 2022. Entonces se rodaron 16.012 episodios de contenido para la pequeña pantalla, un número que se redujo a 13.300 en 2023 y a 11.069 en 2024, según datos de Luminate.
Pese a lo delicado del momento, Álvar Carretero, productor y publicista jefe de Joshua Jason Public Relations, no cree que Hollywood esté en peligro de extinción. «Es cierto que han bajado los rodajes en Los Ángeles, pero la meca del cine va mucho más allá de eso», explica. «Aquí están las grandes galas de premios, los estudios, las plataformas de streaming, los sindicatos de actores y directores. El día que se vayan los que toman las decisiones se perderá el estatus de meca del cine, pero eso no va a pasar ni mañana ni pasado«.
Carretero, que emigró de Burgos hace 13 años y es un consumado experto en garantizar premios Oscar y Globos de Oro a las películas que representa —como Belfast o El chico y la Garza, de Hayao Miyazaki—, cree que la mística de Los Ángeles es insustituible, «por cultura cinematográfica, por turismo, por historia y por tradición». «La industria necesita un punto de referencia y ese sigue siendo Los Ángeles. Ciudades como Miami han intentado arrebatarle ese estatus y no han podido», remarca. Le preocupa, eso sí, el efecto que puedan tener los recientes incendios en las esferas medias y altas de la industria. «Puede que haya gente que se plantee marcharse porque lo han perdido todo«, detalla. «Pero esto sigue siendo un gran hub poblacional donde hay mucho talento que no necesita dinero y que no se va a ninguna parte».
Le respalda en su planteamiento una leyenda de la gran pantalla, el eterno Edward James Olmos. «Hollywood va a seguir aquí durante mucho tiempo. Ya lleva cien años y le auguro unos cuantos más por delante», sostiene a este diario. «A los grandes estudios les está yendo muy bien, cada vez mejor. Están consiguiendo crear más contenido que nunca de España, de México, de todo el mundo, comprando como locos. El único motivo por el que la gente se va de California a otros Estados son los incentivos fiscales, que no existen, y los que hay son muy difíciles de conseguir. Pero la industria como tal está firme. Solo cambia el lugar donde se hacen las producciones».
Paul Dergarabedian, analista de Comscore, ve brotes verdes en 2025, como el hecho de que se vayan a estrenar más películas en Norteamérica que el año pasado, de 94 a 110 en al menos 2.000 salas de todo el país. «El epicentro se puede ver afectado en términos de producciones, pero la industria se está recuperando de toda esta tormenta», ratifica.
Sin embargo, Simón Brand recuerda con cierta nostalgia los tiempos previos a la pandemia en los que las plataformas invertían fuertes sumas de dinero en contenido, en una guerra por alimentar las parrillas que poco a poco se fue apagando y llevando a recortes dolorosos para el gremio. «Después llegó el Covid y todo se vino abajo. Luego la pandemia, que nos dejó muy tocados, y ahora los incendios. Es un escenario insostenible para una ciudad que era el principal hub de producción mundial y que claramente ya no lo es desde hace mucho tiempo».
