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Cada vez es menos común el acto de escribir a mano sobre un papel. En colegios, universidades y puestos de trabajo todo los documentos o apuntes se realizan a través de un ordenador. Actualmente, se teclea más y se escribe menos. Puede parecer que esto carece de importancia, pero está demostrado que el hecho de plasmar las palabras en una pantalla de ordenador en vez de sobre un folio provoca que esa información acabe más o menos asimilada en el cerebro.
En el artículo titulado Handwriting but not typewriting leads to widespread brain connectivity: a high-density EEG study with implications for the classroom, realizado por el Laboratorio de Neurociencia del Desarrollo perteneciente al Departamento de Psicología de la Universidad noruega de Ciencias y Tecnología y publicado el 26 de enero de 2024, se expone un experimento donde se pretende estudiar el efecto de escribir a mano en el cerebro de jóvenes adultos.
Con los datos de 36 personas, la mayoría estudiantes en la Universidad de Noruega (NTNU), se llegó a la conclusión de que, basándose en los resultados, «siempre que se incluyen movimientos de escritura a mano como estrategia de aprendizaje, el cerebro se estimula más, lo que resulta en la formación de una red neuronal con una conectividad más compleja».
Condiciones óptimas para el aprendizaje
En este artículo realizado por F. R. (Ruud) van der Weel y Audrey van der Meer, ambos profesores en la NTNU, también se afirma, basándose en el análisis de conectividad llevado a cabo con datos de un electroencefalograma (un estilo de estudio que mide la actividad eléctrica en el cerebro mediante pequeños discos de metal denominados electrodos), que «al escribir a mano, los patrones de conectividad cerebral son mucho más elaborados que al escribir en un teclado, como lo demuestran los patrones generalizados de coherencia theta/alfa entre los centros y nodos de la red en las regiones parietales y centrales del cerebro».
Esto significa que escribir a mano promueve el aprendizaje, ya que esos resultados en la investigación afirma que cuando se incluyen los movimientos característicos de la escritura a mano se estimula una mayor parte del cerebro, lo que produce a su vez, la formación de una conectividad de red neuronal más compleja y esto no ocurre con los movimientos típicos del tecleado en un ordenador. Por ello, el uso del bolígrafo proporciona al cerebro unas condiciones óptimas para el aprendizaje y para una mayor retención de la información en la memoria.
Rapidez y esfuerzo
Basándose en los resultados de este estudio, los autores del mismo creen que aunque sea necesario mantener la escritura a mano en la enseñanza porque es algo crucial, tampoco se puede dar de lado el mundo digital. Queda demostrado que los patrones de conectividad neuronal subyacente en cada una de las practicas de escritura son diferentes, aunque esto no significa que la escritura en el teclado sea perjudicial.
Al contrario, la escritura en un ordenador promueve una mayor rapidez a la hora de realizar el trabajo requerido. En el artículo apunta que escribir en teclado «requiere movimientos mecánicos y repetitivos que cambian la atención por la velocidad». El trabajo se realiza en menos tiempo, pero la asimilación de información es menor. Los niños en etapa de aprendizaje deben dominar ambas y dependiendo de la tarea que tengan que realizar elegir entre una u otra. Deberán decidir si lo que están realizando debe ser rápido o debe ser hecho con más atención.
«Tiene que ser escrito a boli, no vale teclear»
En España, la médico psiquiatra Marian Rojas Estapé defiende una tesis parecida. Esta médico psiquiatra cuenta con más de un millón de seguidores en redes sociales y comparte videos de las charlas que imparte alrededor del mundo. Graduada en la universidad de Navarra, Marian se centra sobre todo en temas relativos al estrés y su gestión, las llamadas «persona vitamina» o la gestión de las pantallas.
En uno de sus muchos videos trata el tema de la escritura en papel, donde afirma que «cuando uno escribe, un enlentece su pensamiento, uno desconecta del ritmo frenético. Tiene que ser escrito a boli, no vale teclear. Porque no estimulamos las mismas zonas (del cerebro) cuando tecleamos que cuando escribimos».
También en la misma charla hace referencia al hecho de escribir en un entorno educativo, una clase, como el estudio antes mencionado. Marian Rojas reafirma que «Por eso tomar apuntes es sanísimo, porque toda la información que te llega, tu cerebro decide con qué se queda y con cómo lo escribe. Y ese trazo activa unas zonas del cerebro magníficas para la memoria, para la concentración y sobre todo para ralentizar el ritmo de vida frenético que llevamos».
Ventajas y efectos
De nuevo, la experta llega a la misma conclusión de que escribir a mano tiene unas ventajas mayores a la hora de aprender y memorizar. No quiere decir que la escritura en el teclado sea perjudicial ni mucho menos, pero el uso de un bolígrafo ayuda al cerebro a asimilar de manera más clara y longeva la información al igual que escapar del estilo de vida frenético actual.
Escribir a mano o a ordenador supone una diferencia mayor a la que se cree. No es solo que la información escrita se interiorice más o menos, también nuestro cerebro funciona de una manera muy distintas. La actividad involucra unas áreas más grandes del cerebro debido a la diferencia de movimeito que se realiza en una u otra manera de escribir. escribir a mano supone uno movimientos mas intrincado, en cambio presionar las teclas de un ordenador es un movimiento más simple. Esto no significa que una suponga algo bueno o malo, simplemente las ventajas de ambas prácticas son distintas.
Escribir a mano ayuda a la mejor compresión de aquello que se escribe, y el tecleado en el ordenador supone el futuro al que se dirige la escritura la cual provoca una mayor rapidez en la actividad. Pero en el ámbito educativo, como se ha explicado, tiene más ventajas el hecho de escribir a mano, porque esos movimientos motores suponen unas conexiones neuronales mucho más beneficiosa a la hora de procesar la información.
