Si alguna vez has cocinado una salsa de tomate o preparado un gazpacho y te ha quedado demasiado ácido, probablemente te han sugerido añadir un poco de azúcar.
Este truco es muy común, pero no siempre es el más efectivo ni el más saludable. Existe otro ingrediente, más sencillo y económico, que puede hacer que el tomate pierda su acidez de manera rápida y sin alterar su sabor.
Cuando cocinamos tomate, la acidez natural de esta fruta (sí, el tomate es una fruta) puede resultar abrumadora para el paladar, especialmente si no estamos utilizando tomates muy maduros.
Muchos recurren al azúcar para contrarrestar ese sabor fuerte, pero esto añade calorías innecesarias a tus platillos. Por suerte, hay una alternativa que es igual de eficaz y no cambia el perfil de sabor de tus recetas.
Este ingrediente tiene la capacidad de neutralizar la acidez sin necesidad de recurrir a métodos que alteren significativamente el sabor de tus preparaciones. Además, es algo que probablemente ya tienes en tu despensa, listo para ser utilizado en cualquier momento.
El secreto para reducir la acidez del tomate es el bicarbonato de sodio. Este producto químico, que suele usarse en la cocina para muchas tareas diferentes, actúa como un neutralizador de ácidos.
Basta con agregar una pequeña cantidad, apenas una pizca, a tu salsa de tomate o a cualquier receta que estés preparando. Notarás cómo la acidez disminuye casi al instante, sin necesidad de añadir azúcar o cualquier otro edulcorante. Así que la próxima vez que tus tomates estén demasiado ácidos, ya sabes qué hacer.