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El kiwi es una de las frutas más populares en España, apreciada por su alto contenido en fibra y su alto contenido en vitamina C. Sin embargo, a pesar de su presencia habitual en nuestras mesas, pocos conocen realmente la planta de la que proviene. ¿Sabías que el árbol del kiwi no es un árbol en sentido estricto, sino una enredadera leñosa? Esta curiosidad botánica nos lleva a descubrir más sobre esta planta exótica y cómo cultivarla adecuadamente en nuestro entorno para que se adapte a nuestro clima.
Originaria de China, la planta del kiwi fue introducida en Nueva Zelanda a principios del siglo XX. Donde se popularizó su cultivo. Desde entonces, se ha extendido por diversas regiones del mundo, incluyendo España, donde su consumo ha crecido exponencialmente desde su introducción en la década de 1960.
El verdadero nombre del árbol del kiwi
Aunque comúnmente se le llama, árbol del kiwi, esta denominación no es precisa. La planta que produce el kiwi es una enredadera leñosa conocida científicamente como Actinidia deliciosa. Esta especie pertenece al género Actinidia y es una planta trepadora que puede alcanzar hasta nueve metros de altura. Existen otras especies dentro del mismo género, como Actinidia chinensis, de la que se obtiene el kiwi amarillo.
Guía para cuidar el árbol del kiwi
Para mantener tu Actinida deliciosa sana es recomendable seguir los siguientes pasos:
1. Ubicación
El kiwi requiere un clima templado con temperaturas suaves, evitando las heladas primaverales. La planta es resistente hasta -10ºC, pero temperaturas por debajo de los -2ºC pueden dañar las flores y los frutos en desarrollo. La mejores condiciones para el desarollo de este árbol son los inviernos suaves, veranos cálidos y una gran amplitud térmica entre el día y la noche.
2. Condiciones de plantación
Es importante evitar suelos que retengan demasiada humedad, ya que esto puede provocar problemas de enfermedades. Se recomienda un suelo con un pH ligeramente ácido entre 5,5 y 6,5. Antes de la plantación, es necesario preparar el suelo mediante labores de arado y agregando abono orgánico para mejorar su fertilidad.
3. Riego del árbol del kiwi
Durante el primer año, se debe mantener el suelo húmedo para favorecer el enraizamiento. En los años siguientes, es necesario un riego regular durante la temporada de crecimiento. Se recomienda un sistema de riego por goteo, para que el agua llegue a las raíces sin mojar las hojas.
4. Poda
Se realizan podas de formación en los primeros años para estructurar la planta y fomentar el crecimiento. Posteriormente, se lleva a cabo una poda de mantenimiento una vez al año para eliminar las ramas muertas. También se realiza una poda de producción para promover la capacidad de fructificación y facilitar la recolección. La poda debe realizarse durante la temporada invernal, cuando la planta está en reposo.
5. Fertilización
El kiwi necesita nutrientes como el nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Por eso, tras la plantación y hasta que la planta se desarrolle plenamente, se debe aportar nitrógeno para favorecer el crecimiento. Cuando la planta ha alcanzado la madurez, se realizará un abonado de equilibrio NPK.
6. Polinización
Al ser una especie dioica, hay que poner un porcentaje mínimo de ejemplares con flores masculinas en las zonas de cultivo para que se pueda producir la polinización, por lo general este porcentaje está en torno al 20%. Por otro lado, se puede favorecer la polinización facilitando la implementación de insectos polinizadores.
7. Plagas y enfermedades
El kiwi puede verse afectado por el pulgón, araña roja, ácaros y la botritis. Cada una de estas plagas debe tratarse de acuerdo al grado de afección, con tratamientos químicos convencionales o de carácter biológico.
Aunque su mantenimiento requiere dedicación, los resultados son gratificantes, ya que podremos disfrutar de kiwis frescos y sabrosos directamente de nuestro jardín. Siguiendo esta guía, estarás en el camino correcto para convertirte en un experto en el cultivo de kiwi.
