La patronal catalana Foment del Treball ha querido hacer oír su voz este martes en pleno debate sobre el modelo de financiación autonómica y sobre el encaje que habrá que encontrar a la propuesta de financiación singular pactada entre PSC y ERC que permitió la investidura de Salvador Illa. Un día después de la primera reunión entre el flamante presidente de la Generalitat y el presidente de la patronal, Josep Sánchez Llibre, la patronal ha emitido un comunicado en el que afirma que es “innegable” la “sistemática mala financiación” de Cataluña y de otras comunidades. Los empresarios defienden que la propuesta de republicanos y socialistas puede conducir a una mejora de la financiación no solo para Cataluña, sino para el conjunto de las comunidades autónomas si se remodela el sistema, cuya última actualización data de 2009. Pero para lograrlo, pide dejar atrás el ruido, “aparcando posiciones previas e irrenunciables” y propone establecer un mecanismo de transición evaluable y con fecha límite.
La entidad que representa a las grandes empresas de Cataluña ha querido esperar a que se conformase el gobierno de Illa y a tener un primer encuentro con el president antes de hacer pública su postura sobre la propuesta de financiación singular. Tras la reunión, el presidente aseguró en una entrevista en TV3 que la propuesta de financiación singular “ha llegado para quedarse”.
La defensa de esta opción por parte de la patronal, sin embargo, no entraña sorpresa, ya que Foment fue una de las principales entidades que, a principios del pasado mes de marzo, pidieron a las administraciones un nuevo sistema de financiación para garantizar el progreso económico de Cataluña. Poco después, y con las elecciones catalanas a la vista, el entonces president Pere Aragonès anunció su propuesta de financiación singular, que este verano ha servido de base para el acuerdo con el PSC que ha permitido la investidura de Illa. Asimismo, Foment lleva años denunciando el déficit de inversión en Cataluña y el lastre del déficit fiscal.
En el documento de este martes, la patronal catalana lamenta que la propuesta de financiación singular y el debate que se ha abierto “ha desencadenado una dinámica que tiende a simplificar una realidad compleja y una propuesta aún por desarrollar”. No obstante, esta realidad, según Foment, tiene un hecho “innegable”: las “carencias financieras [que] no permiten garantizar servicios públicos básicos de calidad ni disponer de las infraestructuras necesarias”. En este sentido, la patronal se refiere al déficit de inversión en infraestructuras, que para el periodo de 2009 a 2023 cifra en 42.500 millones de euros, y al déficit fiscal, que en su opinión “muestra una sistemática infrafinanciación de la Generalitat” ya sea calculándolo por el método del flujo monetario como por el de la carga-beneficio.
Foment considera que que el acuerdo entre PSC y ERC viene a poner el foco sobre un modelo de financiación autonómica, diseñado en 2009 para una vigencia de cinco años, “que parece agotado y no fomenta la transparencia ni la corresponsabilidad fiscal”. Los tres fondos de ajuste y compensación de este modelo —el fondo de suficiencia y los fondos de competitividad y cooperación—, que debía tener un carácter transitorio, se han consolidado al no haber realizado ningún cambio, y hoy, según la patronal “son origen de graves ineficiencias”. Foment recuerda que este modelo, quince años después de su diseño y diez desde que se debería haber rediseñado, no ha sido evaluado pertinentemente. La patronal cree que es el momento de afrontar la reforma del modelo, y recuerda que Cataluña ya lideró los cambios en 1996 —cuando gobernaba el PP— y en 2009 —cuando gobernaba el PSOE—, “con unas propuestas que, aunque sorprendieron inicialmente, terminaron siendo aceptadas por el conjunto de las comunidades”.
En la reforma del modelo de financiación, para la que Foment cree que serán necesarios mecanismos de transición y ritmos distintos pero también un compromiso de evaluación y rendición de cuentas, hay tres aspectos que según la patronal se tienen que tener en cuenta. El primero, que el modelo tiene que ser dinámico para que se adapte a un entorno de cambios. El segundo, que los tres elementos clave del modelo —ordinalidad, nivelación y equidad vertical— tienen que cumplir el propósito de garantizar los servicios públicos esenciales de calidad a todos los ciudadanos españoles. Y el tercero, que el modelo tiene que garantizar “la autonomía financiera y la corresponsabilidad tributaria”, que será, según Foment, la que cada comunidad necesite según sus preferencias de autogobierno.
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La patronal avisa de que para lograr esta reforma hay que dejar atrás “las amenazas y las urgencias”, y apunta que mientras no se complete el nuevo modelo es necesario establecer un mecanismo de transición. Este, según Foment, tiene que tener entre sus prioridades la reducción del nivel de endeudamiento de las comunidades, “compensando la parte de la deuda autonómica causada por la infrafinanciación” del modelo actual. También tiene que permitir “la modificiación y revisión de la estructura, dotación y funcionalidad de los requerimientos para el acceso a los fondos de financiación de compensación interterritorial”. Y por último, la revisión del sistema actual de retenciones y entregas que realiza el Gobierno.
La patronal defiende que la propuesta de ERC y PSC puede llevar a “la justa mejora” de la financiación de Cataluña y a la “conformación de un modelo sostenible, suficiente y solidario para todas las comunidades”, pero apunta que llegar a buen puerto “dependerá de cómo se desarrolle” y de la lealtad política e institucional de las partes.
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