Se puede comprar a plena luz del día, sin necesidad de emboscarse en uno de los callejones de la zona. Basta con pasear a cualquier hora de la mañana por las calles más concurridas, las arterias principales que nutren de cerveza y desenfreno la excesiva Playa de Palma, la colonia turística alemana más importante de Mallorca.
Y allí está: la han estado comercializando con naturalidad algunos de los vendedores ambulantes de origen africano que despliegan el top manta en la calle, entremezclada en una pila multicolor de camisetas de fútbol —casacas del Real Madrid, del Barcelona, de Ronaldinho, de Florian Wirtz o de Toni Kroos—.
De esta forma, como si de un suvenir más se tratara, por 25 euros (siempre regateables) cualquier turista alemán puede enfundarse en sus vacaciones mallorquinas la camiseta con reminiscencias nazis que no podría llevar en Alemania.
Es la camiseta de la polémica, la prenda prohibida. La equipación de la selección alemana con el dorsal 44 a la espalda que fue denunciada en el país germano por la similitud tipográfica de ese número con el emblema nazi de las criminales SS. «Muchos la miran pero lo toman como una broma», se intenta excusar uno de los vendedores. Algunos simplemente dicen no saber lo que simboliza y se incomodan ante la pregunta.
La venta ambulante históricamente ha formado parte del paisaje urbano de esta gran colonia turística alemana, lugar al que cada verano viajan millones de viajeros en busca de playa, sol y fiesta. Se calcula que entre tres y cuatro de cada diez alemanes que viajan a España visitará Mallorca este año. Muchos de ellos pernoctarán en Playa de Palma.
Polémica
La venta ambulante es ilícita y el Ayuntamiento de Palma la persigue con periódicas incautaciones. En la última redada, practicada a finales de mayo, se confiscaron 700 camisetas y 1.200 gafas de sol. Pero en verano siempre reaparece.
Cuando Crónica fotografía las calles y bares de la zona, nadie luce puesta la camiseta de la discordia. Todavía no es el pico de la temporada alta. Pero el producto pirata está a la venta, replicando todos los detalles de la camiseta oficial, incluido (para más inri) el parche en una de las mangas de la UEFA Foundation for Children, que hace gala de su lucha por la «responsabilidad social» y contra la discriminación en su propia página web.
Cuando salió a la venta en 2024, Adidas, la marca oficial que viste a Die Mannschaft (como se conoce a la selección alemana de fútbol), se vio obligada a retirarla y bloquear la comercialización del dorsal 44 tras una denuncia cívica alimentada en las redes sociales.
Alertaban de que, en la tipografía escogida, el número 44 recordaba visualmente a la característica doble ese utilizada por la policía del nacionalsocialismo, las runas armanas con la que se identificaba a los agentes de las SS, la Schutzstaffel, los escuadrones paramilitares de Hitler, culpables de incontables crímenes de guerra y de lesa humanidad.
La polémica y la reacción en Alemania fueron fulminantes. Lo advirtió inicialmente el historiador alemán Michael König, que fue el primero que detectó que ese diseño con esa tipografía era, como poco, muy desafortunado.
Adidas reaccionó sin demora y anunció que bloquearía la personalización de la camiseta con ese dorsal 44 (ningún jugador de la selección lo lleva y era, por tanto, una opción de customización). Explicó que la numeración había sido diseñada por la federación nacional de fútbol alemana pero que, en cualquier caso, ordenaría la retirada para atajar el problema.
La camiseta con el dorsal 44 y el nombre del Führer en un puesto de venta ambulante.
«Nos oponemos de manera activa a la xenofobia, al antisemitismo y al odio en cualquiera de sus formas», expresó entonces enérgicamente a los medios el portavoz de la compañía Oliver Brüggen.
Algunos diarios alemanes, como el Bild, denunciaron el caso y se preguntaron retóricamente cómo era posible que la federación no hubiera reparado antes en ese parecido visual. La federación se pronunció, indicando que había verificado con la UEFA los dorsales del 1 al 26 antes del lanzamiento y que «nadie en el proceso de desarrollo del diseño vio ninguna proximidad al simbolismo del nacionalsocialismo».
Fuese como fuese, matizaron desde los estamentos encargados del fútbol alemán, el mero hecho de que existiera una discusión pública sobre el parecido ya era suficiente para tomar medidas, iniciar un proceso y cambiarla, acabando de raíz con el dorsal de la controversia.
Como en un universo paralelo o un territorio de alma forajida, en la playa más masificada de Mallorca aquella polémica nacional germana parece no haber surtido efecto.
En este inicio de verano, según ha documentado gráficamente este suplemento, la camiseta ha seguido formando parte del catálogo del top manta con el que se encuentran los turistas que empiezan a llenar el playón y sus aledaños, que bullen de bares y biergartens.
La camiseta se puede comprar en las calles más céntricas, donde su versión en color fucsia acapara fácilmente la mirada de los transeúntes.
No sólo se vende con el número de la polémica. Sino que, para no dejar ningún margen a la interpretación, se le ha puesto nombre al número. Sobre el 44 se puede leer en letras serigrafiadas la palabra «Führer», ‘líder’ en alemán, la denominación universal con la que se conoce a Adolf Hitler.