Ignacio Garriga, secretario general y vicepresidente de Vox, cobra un sobresueldo de 3.700 euros mensuales del Grupo Parlamentario ultra en el Parlamento catalán, según las cuentas correspondientes a 2023 que dicha formación acaba de presentar en la Cámara catalana y a las que ha tenido acceso EL PAÍS. Este sobresueldo es independiente del salario de 88.973,60 euros anuales, además de 16.032,44 en concepto de dietas, que Garriga recibe como diputado autonómico y de la retribución que percibe como alto cargo del partido. En total, el número dos de Vox cobra tres sueldos cada mes, dos con fondos públicos y un tercero, el del partido, semipúblico, ya que más del 80% de su financiación procede del Estado.
Garriga no ha declarado el sobresueldo que le paga su grupo parlamentario en la “declaración de actividades y cargos públicos” que ha presentado al Parlament y figura en la web de la institución. Sí ha reconocido cobrar como secretario general del partido, pero sin concretar su cuantía. En cambio, otros tres diputados de Vox sí han reconocido en sus declaraciones oficiales cobrar con cargo al grupo parlamentario ultra. Se trata de su portavoz, Joan Garriga Doménech, primo de Ignacio Garriga, quien reconoce realizar “facturación como autónomo, incluido el grupo parlamentario”; y de otros dos, Sergio Macián y Manuel Acosta, quienes declaran llevar a cabo “tareas de dirección del grupo parlamentario, cargo remunerado”.
El hecho de que Garriga cobraba un sobresueldo no declarado con cargo a la Cámara catalana ya se sospechaba a la vista de las cuentas de su grupo correspondientes a los años 2021 y 2022. Después de que la exdiputada autonómica de Vox por Tarragona Isabel Lázaro denunciara cobros indebidos ante la Oficina Antifraude de Cataluña, el Parlament pidió explicaciones a Vox sobre facturas pagadas a Garriga por importe de 38.496,59 euros en esos dos años, así como sobre otros 864,55 euros en pagos por conceptos como la cuota del AMPA del colegio donde estudian los hijos del secretario general de Vox, gastos de peluquería, tintorería o supermercado.
Garriga dijo ser víctima de “una campaña de noticias falsas” que atentan contra su “honorabilidad y la de Vox” y solo reconoció “errores” en las cuentas de su grupo por “menos de 400 euros”, que aseguró haber subsanado y devuelto. No entró, sin embargo, a valorar las facturas que cargó a su propio grupo por la prestación de “servicios profesionales”. El Parlament le pidió explicaciones sobre el tipo de servicios externos que prestaba a Vox, ya que la profesión del número dos del partido es la de odontólogo.
En las cuentas de 2021 y 2022 se recogían múltiples pagos a Garriga por cantidades variables, aunque en varios meses se repetía la cifra de 1.538,46 euros brutos, con una retención de 538,46 en concepto de IRPF. Sin embargo, en las cuentas de 2023, no conocidas hasta ahora, queda claro que se trata de un sobresueldo, ya que el secretario general percibe el día 2 de cada mes una cantidad fija: 3.700 euros, con 703 euros (19%) de retención. Los pagos mensuales por este importe, superiores en un 140% a la cantidad anterior, se iniciaron en septiembre de 2022 y se han prolongado al menos hasta octubre de 2023. En las cuentas de Vox no figura ningún pago en julio del año pasado, pero, en cambio, Garriga percibió doble paga en septiembre. El sobresueldo desaparece en noviembre, para reaparecer en diciembre, por un importe algo inferior: 2.997 euros.
A raíz de las irregularidades detectadas en la contabilidad de Vox por la Oidora de Cuentas, que ejerce la función de interventora general en la Cámara catalana, la Mesa del Parlament acordó extremar las medidas de control de las cuentas de los grupos parlamentarios, que a partir de ahora se someterán a auditorías y no solo a meros exámenes formales. En la contabilidad de Vox correspondiente a 2023, presentada tras estallar el escándalo, es muy difícil rastrear la existencia de pagos irregulares, ya que los conceptos son muy genéricos: gastos de viaje, manutención o gastos varios son las rúbricas con las que se presentan la mayoría de ellos. Lo que sí se constata es el pago de sobresueldos a los principales responsables del grupo. Además del caso de Ignacio Garriga también se recogen, a partir de octubre del año pasado, pagos fijos al portavoz del grupo, Juan Garriga Doménech. En este caso, el importe es menor (1.063 euros) y el concepto el mismo: “prestación de servicios”.
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La retribución total de Garriga sigue sin conocerse. Además de su sueldo como diputado autonómico y del sobresueldo que recibe del grupo parlamentario, según revelan sus cuentas, en su declaración de actividades y cargos públicos que figura en la web del Parlament reconoce que también cobra una retribución como secretario general del partido, pero no detalla la cuantía de la misma.
Las cuentas oficiales de Vox correspondientes a 2023 revelan que la partida destinada a retribuir a la dirección nacional del partido asciende a 646.522 euros, un 25% más que el año anterior, pero no concreta cuánto recibe cada uno de sus miembros, una carencia de información que le ha recriminado el Tribunal de Cuentas.
De la contabilidad del grupo parlamentario de Vox correspondiente al año pasado se deduce que este recibió 971.493,24 euros de subvención pública, frente a 1.032.815,27 del 2022, ya que perdió un diputado, que se dio de baja en la formación; y que tuvo que someterse a un fuerte ajuste, ya que pasó de un déficit de 246.168,49 euros a un ahorro de 18.922,53.
Un tercio de la subvención que recibe el grupo para su funcionamiento se destina a pagar servicios externos (319.115,79 euros) y una cantidad similar acaba en manos de la dirección nacional del partido en Madrid (315.000 euros). Como la mayoría de los que tiene Vox en asambleas autonómicas y municipios de toda España, el grupo del Parlamento catalán tiene un convenio con el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) por el que le transfiere una cantidad fija anual a cambio de la prestación de determinados servicios, como asesoramiento financiero y jurídico, asesoramiento estratégico, posicionamiento político o estrategia de comunicación. Se da la circunstancia de que Garriga, como secretario general y vicepresidente nacional de Vox, forma parte del aparato central del partido al que el grupo parlamentario catalán paga para que le preste apoyo, lo que no impide que cobre también a título personal como proveedor externo de servicios.