A principios de septiembre regresó a Telecinco la 19ª edición del ‘reality’ más mítico de la televisión tras siete años de ausencia. Y lo hacía con la aspiración de devolverle su esencia, la de los anónimos. 105 días después del comienzo de la vida en directo en la casa de Guadalix de la Sierra, ‘Gran Hermano’ coronó a su nuevo ganador. Juan se impuso en el duelo a Óscar Landa; eso sí, proclamándose por venganza más que por méritos propios.
Tras las expulsiones consecutivas de Daniela y Maica a las puertas de la final, el equipo de las ‘fresis’ se extinguió por completo de la famosa casa, dejando a sus fans sin favorito.
Pero a pesar de todo, para evitar la victoria del equipo azul y arrebatar un maletín que parecía destinado a Óscar Landa, centraron sus votos en el de Lanzarote, un concursante que apenas se ha mojado, ha pasado totalmente desapercibido y solo será recordado por sus bailes. De hecho, unos pocos días antes los propios espectadores que le regalaban el triunfo por revancha lo declaraban culpable de ser un ‘mueble’ en la famosa gala de los juicios sobre los finalistas.
Y así se volvió a corroborar durante la final, una noche en la que todo volvió a girar en torno a los ‘Ruscar’, Óscar y su gran ‘partenaire’ Ruvens, dos participantes que se han echado el concurso a las espaldas, para bien y para mal. Dos figuras arrolladoras que han sido capaces de brillar tanto individualmente como aliándose y conformando el dúo más icónico e inseparable de la edición.
La madre de Juan se abalanza sobre la hermana de Óscar
Antes de conocerse la decisión de la audiencia, los finalistas apagaron las luces de la casa. Aunque Guadalix permanecerá cerrada por poco tiempo, puesto que el 2 enero volverá a abrirse para recibir a los habitantes de ‘Gran Hermano Dúo’, entre ellos, el fichaje de Maica. Precisamente el excesivo bombo a la nueva edición del concurso eclipsó una gala ya de por sí deslucida por el comportamiento intolerable de la madre de Juan, que tuvo que ser frenada por Jorge Javier Vázquez al abalanzarse sobre la hermana de Óscar. Además, por primera vez en la historia de ‘Gran Hermano’ anónimos, no se anunció el ganador en la casa, sino en plató.
Una vez allí, los candidatos al cheque se reencontraron con sus familiares y sus ex compañeros y se enfrentaron a las entrevistas donde repasaron los momentos más destacados de su paso por el concurso de telerrealidad.
Con un 21% del apoyo del público, Ruvens era proclamado tercer finalista, dejando el duelo definitivo entre Óscar y Juan. Una medalla de bronce que al manchego le sabía a victoria después de pasar de ser el concursante más odiado a volver en la repesca y lograr expulsar a Maica.
Al obtener poco más de la mitad los votos a su favor, el de Lanzarote se llevaba la victoria y un premio de 150.000 euros, es decir, la mitad. Cabe recordar que fue expulsado por la audiencia y volvió a la casa gracias a que su compañero Adrián lo repescó previo pago de esa cifra del cheque. Ya lo dijo Ruvens. «Este no será el ‘GH’ de Juan, aunque lo gane».