Enciendo la radio temprano y lo primero que oigo es el último disparate cometido por gente importante del PSOE: negocios con hidrocarburos de la mano de la dictadura venezolana. Que un ministro y una cuadrilla de amigas, aprovechándose de que los ministros no tienen que inscribirse en los Paradores Nacionales, han destrozado alguna habitación. Que Ábalos, Koldo y su cuadrilla están inmersos en uno o varios procesos judiciales. Que la mujer y el hermano del presidente del Gobierno también están procesados… Y, por último, que una tal Leire Díez, con vivienda en la Vega de Pas, se ha dedicado a reunirse con «gente de mal vivir» por ver si entre todos consiguen parar los pies o destruir a la UCO, que ejerce de policía judicial y cuya primera obligación es investigar a delincuentes bajo las órdenes de un juez instructor.
A propósito de esta pájara (perdón, Margarita Robles), el analista vizcaíno José Antonio Zarzalejos ha escrito en El Confidencial lo siguiente:
«Esta señora, Leire Díez, si se encampana porque no la protegen -que es lo que están haciendo en Ferraz y en la Moncloa- se convierte en una eximia soprano interpretando el aria más dramática para el PSOE. Porque Díez presenta ese perfil choni (segunda acepción del diccionario de la Real Academia) y desinhibido -nada como seguir su cuenta en Instagram- propio de los que se sienten impunes poseídos por la certeza de que Sánchez está sentado en el olimpo a la derecha de los dioses. La pobre es clasificable en la categoría latina de los imbecillitas con mala leche que tanto la pueden derramar en sus servicios a los jefes (Cerdán y Sánchez) como inyectársela en vena a sus patrones, como una cicuta, si deciden no dar la cara por ella. Esta periodista desata el efecto Sansón en menos de lo que canta un gallo».
No soy psicólogo, pero oyendo a la tal Leire, la primera impresión que saqué fue que escuchaba a una persona desquiciada. Pero se nos dice que montó reuniones con empresarios y con cargos policiales en apuros para pedirles información que pudiera comprometer a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, pero que esas reuniones habrían partido de su propia iniciativa. Se nos dice que las generosas ofertas que Díez hacía en esas reuniones, y que implicaban acuerdos favorables con la Fiscalía, la Abogacía del Estado y Hacienda a cambio de material contra la UCO, se sustentaban únicamente en su propia fantasía. Que ella se lo inventaba todo. Si esto fuera así, no habría que preguntarle en nombre de quién hablaba.
«Si Sánchez y su partido han trabajado para garantizar la impunidad de sus socios, tiene lógica que trabajen para garantizar la suya»
Pero lo más probable es que esta señora siguiera las órdenes de Santos Cerdán y/o de Pedro Sánchez, y si Sánchez y su partido han trabajado para garantizar la impunidad de sus socios, tiene toda la lógica que trabajen para garantizar la suya propia.
En fin, que estamos metidos en el fango gubernamental que se niega a responder a cualquier cuestión que le plantee la oposición. Un Gobierno, el de Sánchez, que nunca contesta pero siempre insulta. Una vida política degradada que ha convertido al Parlamento en un recreo de jóvenes maleducados que nadie quiere ver ni oír. Un Gobierno que cuanto antes abandone sus sillones mejor le irá a España. Sea quien sea el que lo sustituya.