El cambio que más salta a la vista en Triana en las últimas décadas es la gran cantidad de gente y, particularmente, de turistas que hay por todas partes, superando a los propios vecinos. José Luis Ruiz Ortega, doctor por la Universidad de Sevilla … que cuenta con varias publicaciones en las que analiza desde el punto de vista de la geografía urbana el viejo arrabal, es claro al respecto: «Basta darse una vuelta por el barrio para ver que hay mucha bulla, muchos bares llenos y mucha dificultad para tomarte una cerveza ya no sólo en el casco histórico, sino también en zonas como Santa Cecilia o López de Gomara».
La situación es idéntica con los pisos turísticos, que ya no se limitan a la Triana comprendida del río a Pagés del Corro, sino que cada vez abarcan más áreas del distrito extendiéndose hacia el oeste de forma paralela al abandono de los trianeros: «El local que se queda libre en Castilla, Pureza o Alfarería, que anteriormente pudo ser un comercio que le daba una vida especial al barrio, lo compran los promotores de apartamentos turísticos para convertirlo en uno. Está todo el barrio lleno, incluso en zonas como El Tardón o Santa Cecilia».
El Tardón es uno de esos muchos puntos donde la población es muy anciana y los habitantes tradicionales van desapareciendo en favor de los pisos turísticos. «Y así estamos. Hemos convertido el barrio en una especie de súper hotel a los extenso o de resort de medio pelo. Aquí es el turismo lo que predomina», asevera Ruiz Ortega.
«Colonizados por el turismo»
Todo ello se traduce en una pérdida de personalidad: «La personalidad del vecindario tradicional se viene perdiendo desde los años setenta, cuando se expulsó a muchísimas familias por la ruina del caserío tradicional y los corrales, y tuvieron que marcharse al Polígono San Pablo o el Polígono Sur. En los ochenta, ya en democracia, hubo una revitalización del interés por lo que había sido Triana, pero aquello se ha vuelto a perder sobre todo porque la generación de nuestros hijos se ha tenido que ir fuera por el precio de los pisos . Ahora mismo estamos absolutamente colonizados por el turismo».
Como ya se ha mencionado, el actual no es el primer éxodo de los trianeros, que también han acogido a lo largo de la historia a personas llegadas de todos los lugares, integrándolos en su cultura: «Triana siempre ha sido un sitio de acogida. La población trianera en gran parte siempre ha venido de fuera». Entre ellos, quienes llegaron «para poblar la barriada del Carmen, el Barrio León, Santa Cecilia, etc. Muchos de ellos se convirtieron en trianeros que asumieron la cultura o la forma de vivir trianera» como si hubieran nacido en el barrio.
El problema es que «esos ya han fallecido o están muy mayores, y sus hijos son los que se han visto otra vez expulsados del barrio, esta vez porque los precios de la vivienda son prohibitivos para ellos». Su lugar lo están ocupando los efímeros visitantes que llegan buscando conocer una Triana que cada vez es más un mito que una realidad..