“No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio, y ese es el suicidio”, escribió Albert Camus en su ensayo El Mito de Sísifo publicado en 1942. El Premio Nobel de literatura 1958 confesaría años más tarde, que los escenarios de teatro fueron para él “verdaderas universidades” y uno de los lugares en donde se sintió más feliz. Casi 70 años después, la compañía de teatro Les Heyvan —formada por siete jóvenes de Barcelona de entre 18 y 25 años— ha retomado el tema del escritor argelino, y ha decidido plantarlo en las tablas de los escenarios de teatro de la mano de Iceberg. La obra, que ganó el Premio Estrena’t al territori 2023, estará disponible el próximo 23 de abril en el Teatro Tantarantana de la capital catalana y se podrá ver hasta el 11 de mayo.
Pese a su juventud, las intérpretes Laura Torrades, Luana Rocha, Carmen Domínguez, Alba Perramon, Mariona Muñoz, Sofia Grigorieva y Marta Pastallé, hacen teatro juntas desde hace más de ocho años. Empezaron en el patio del comedor de la escuela, como una actividad extracurricular, bajo la dirección de Carla Abulí. Fueron desarrollando su pasión por las artes escénicas con actuaciones para sus compañeros de aula y familiares, hasta que finalmente decidieron que era hora de escribir el guion de una obra. “Era un grupo de chicas con mucho talento y hace dos años empezamos a sacar ideas entre todas. Ahí fueron saliendo varios temas y escribimos el guion de Iceberg”, explica Abulí, quien ahora se desempeña como directora de la compañía fundada hace dos años.
Les Heyvan empezó con presentaciones frente a sus propios compañeros de aula, pero el punto de inflexión llegó hace cuatro años, cuando asistieron a una obra de teatro hecha por unas jóvenes chilenas que reivindicaban e incorporaban temas políticos. Desde ese momento tuvieron claro que la compañía tendría el propósito de denunciar los problemas que estaban afectando a su generación. “Sentíamos que el teatro estaba un poco antiguo, que no estaba hecho para jóvenes como nosotras y quisimos hacer algo para que la gente se enganche”, explica Luana, una de las integrantes de la compañía.
Cada una aportó ideas desde sus propias experiencias y en 2023 decidieron participar en el programa de promoción teatral Estrena’t al Territori, que otorga un galardón a una pieza hecha por compañías de teatro emergentes de Cataluña. “Cuando recibimos la llamada de que habíamos ganado el premio no lo podíamos creer”. El galardón supuso un empujón importante para que el grupo pasara de ser una compañía amateur a una profesional. Tras el reconocimiento, escenarios como la sala Trono de Tarragona, la sala planeta de Girona o el Festival RBLS de Barcelona les abrieron las puertas. Cuando recibieron el galardón, algunas de las jóvenes tenían solo 15 años. “Siempre hemos hecho teatro juntas y de golpe hacemos teatro profesional”, afirma una de ellas.

Las autoras optaron por “una narrativa muy moderna y poco convencional que mezcla: texto, danza contemporánea, música tecno y proyecciones”, para romper con las formalidades del teatro tradicional. Además del suicidio, se tratan temas relacionados con la salud mental, los trastornos alimenticios, el machismo, las redes sociales, la presión estética, la violencia sexual o la pederastia. El proceso creativo de la obra no ha supuesto un camino tranquilo para sus autoras. “Hay algunas escenas, sobre todo las de abuso sexual, que son muy difíciles de interpretar”, explican Laura y Luana. Para ambas fue muy duro interpretar frente a sus padres escenas que representan una violación o un abuso sexual, “pero al final hay un proceso de mecanización”, explican. La compañía planea continuar trabajando la temática del suicidio. “Hay la creencia de que si se habla del suicidio hay un efecto rebote, pero creemos que es importante contar y sacar estos problemas a la luz”, opina la directora.
La obra está dividida por “escenas” y “bloques temáticos” en los que los personajes salen al escenario con un vestuario neutro para representar “una especie de avatares de la sociedad en la que vivimos”. En uno de los bloques se puede ver un reloj con un conteo regresivo que denuncia que cada 11 minutos se suicida una persona en el mundo. Una de las escenas más impactantes muestra a las jóvenes bailando alrededor de un pene de cartón gigante, mientras insultan a figuras como Rubiales, Piqué o Dani Alves. “Varias integrantes han vivido momentos difíciles y el suicidio es solo la punta del Iceberg”, apunta Abulí, quien ejerce la dirección desde la fundación del grupo junto con Andrea Labena y Genís Lama. Completan el equipo Marina Orriols y Noa Bieto como parte del equipo artístico.
Desde su estreno, Iceberg ha tenido reacciones muy diversas por parte del público. Una parte de los asistentes se muestran visiblemente emocionados, mientras que otra manifiesta cierto rechazo a la forma de actuar y presentar temas duros en el escenario. “Nos ha pasado de tener jóvenes que lloran mucho durante la función, pero también padres que nos dicen que van a volver a ver la obra con sus hijas e hijos, en definitiva tratamos problemas generacionales”, explica Abulí, que ha llegado a ver varias personas mayores entre el público. En las distintas representaciones también notaron cierto rechazo, especialmente de chicos jóvenes. “Muchos jóvenes que podrían haberse sentido amenazados”, a su modo de ver.