«Lambán Montañés, Francisco Javier, no vota«. La frase de Mari Mar Blanco, rozando lo rutinario, no levantó sospechas. No cuando el senador socialista y secretario general del PSOE en Aragón se encuentra inmerso en la lucha contra un cáncer que le impide acudir al Senado regularmente y cuyas votaciones suele realizar de manera telemática. No lo hizo este martes y no se trataba de un asunto menor. Porque se debatía el veto a la amnistía y la ausencia de su apoyo en una cuestión tan capital resultó extraña.
El asunto quedó diluido en el fragor de la votación y no se destapó hasta bien entrada la tarde, cuando se desveló la carta que el propio Lambán había enviado esa misma mañana a Juan Espadas, portavoz del PSOE en el Senado. En la misma, el aragonés expresaba su intención de no concurrir al Pleno para no votar en contra del veto de la Cámara Alta a esta ley y traicionar sus creencias. «No puedo votarla a favor, porque incurriría en una insoportable deslealtad conmigo mismo, porque entraría en contradicción flagrante con mis convicciones éticas y políticas y porque estoy convencido que no le prestaría ningún servicio ni a mi país ni a mi partido», exponía Lambán en esa carta.
En la misma, el aragonés explicaba sus razones para tomar esta decisión, señalando que «vulnera la igualdad de todos los españoles ante la ley, pone en quiebra la separación de poderes, clave de la democracia, y en última instancia socava la autoridad moral y política del Estado para hacer frente ahora y en el futuro al independentismo». Palabras gruesas y directas que pillaron por sorpresa a su grupo parlamentario, que este martes mismo inició «una investigación para investigar si se ha infringido el reglamento». «Si es así, se procederá en consecuencia», explicaba una fuente cercana a la dirección del grupo socialista, que no descartaba un castigo para Lambán.
En su misiva, a la que tuvo acceso ABC, el secretario de los socialistas aragoneses reconocía haber pasado un largo periodo de meditación hasta llegar a esa conclusión. «He reflexionado mucho sobre qué hacer en la votación del día de hoy para no añadir más dificultades a las que se ya se enfrentan mis compañeros en las instituciones a cuenta de la ley de amnistía, muy mal aceptada por la sociedad aragonesa y convertida en arma predilecta de la derecha contra ellos«. Palabras que reflejan una gran valentía, pues es el único diputado o senador socialista que se ha mostrado en contra de la ley estrella hasta ahora de la legislatura.
De hecho, la del anterior presidente de Aragón es la primera fisura del socialismo contra una norma que estaba proscrita hasta las elecciones generales del pasado verano. A partir de entonces, la necesidad del apoyo de los separatistas catalanes para la investidura de Sánchez cambió el guion del PSOE y también el parecer de cientos de dirigentes. Donde dije digo… Un cambio de opinión que no se ha producido en algunos socialistas, como el propio Lambán o el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, pero que no había quedado reflejado en ninguna votación en las Cortes. Hasta este martes.
Veto en el Senado
La ausencia de Lambán no tuvo incidencia en la votación estrella del día en el Senado, el veto a la amnistía que salió adelante con los 149 votos a favor de PP, Vox, UPN y la Agrupación Herreña Independiente y 113 en contra. Carpetazo a una tramitación tortuosa que ha agotado los dos meses previstos desde un inicio y que ha servido para que los populares exhibieran el rechazo a la norma de decenas de expertos en Derecho Constitucional y de varios organismos como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o la Comisión de Venecia, a los que solicitó informes sobre la ley.
«En 1977, la amnistía nos ayudó modélicamente a pasar de una dictadura a una democracia. Hoy solo encontramos la ambición de un presidente que haría lo que fuera por seguir habitando en la Moncloa. Lo que antes de julio era inconstitucional ahora es un acto impecable por el cual se felicitan a sí mismos. Lo que ahora escudan en una supuesta convivencia tuvieron que negociarlo a oscuras en una mansión de Waterloo«, señalaba Alicia García, portavoz del PP, para justificar el veto. Enfrente, el PSOE sacaba pecho por una ley que negaban hasta las pasadas elecciones generales. »Desde que el presidente Sánchez asumió el Gobierno, gracias al diálogo y la negociación, la convivencia ha mejorado«, afirmaba Antonio Magdaleno, portavoz socialista en este debate.
Lea la carta completa de Lambán
Estimado Juan:
Desde que formo parte del Grupo, siempre he votado de acuerdo con el mandato de la dirección. Pero la «Proposición de Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña» me emplaza a un planteamiento diferente.
Como Secretario General de los Socialistas Aragoneses, una responsabilidad que quiero ejercer de manera coherente hasta el último día, he reflexionado mucho sobre qué hacer en la votación del día de hoy para no añadir más dificultades a las que se ya se enfrentan mis compañeros en las instituciones a cuenta de la Ley de Amnistía, muy mal aceptada por la sociedad aragonesa y convertida en arma predilecta de la derecha contra ellos, lo cual les obliga al empeño constante de negar al PP la complicidad que espera del PSOE-Aragón para sus fines partidarios.
Pero como español, como aragonés y como socialista, he venido oponiéndome repetidamente a esa ley. Las razones las he expuesto estos meses pasados hasta la saciedad: en mi modesta opinión, vulnera la igualdad de todos los españoles ante la ley; pone en quiebra la separación de poderes, clave de la democracia, y, en última instancia, socava la autoridad moral y política del Estado para hacer frente ahora y en el futuro al independentismo, que no dejará nunca de intentar la vía de la secesión porque forma parte de su razón de ser.
Por todo ello, no puedo votarla a favor, porque incurriría en una insoportable deslealtad conmigo mismo, porque entraría en contradicción flagrante con mis convicciones éticas y políticas y porque estoy convencido que no le prestaría ningún servicio ni a mi país ni a mi partido.
Así pues, tratando de dar con una solución equilibrada, solo he encontrado la de no participar en la votación, pensando en mis compañeros de Aragón y, a la vez, evitando dar mi apoyo por activa o por pasiva a algo que creo honradamente que está agravando el problema de convivencia en el resto del país y perjudicando la salud de la democracia, dicho sea con todo el respeto a la dirección del partido, al grupo parlamentario y a ti en particular.
Por lo demás, no es la primera vez que se altera la unanimidad de voto socialista en relación con la cuestión catalana: ya lo hicieron hace algunos años los diputados del PSC en relación con el «derecho a decidir» con el «procés» ya en marcha.
Compañero Juan: sabes que tienes toda mi consideración y que, como senador autonómico nombrado por las Cortes de Aragón, te ayudaré en todo lo que pueda.
Un fuerte abrazo