Ángel Escribano (Madrid, 1971), es el presidente de Indra desde mediados de enero de este año. Trabajador incansable y persona muy cercana en las distancias cortas, no duda en aclarar cualquier pregunta que se le haga, aunque solo en lo que se refiere a … la compañía que lidera ahora, no lo que tenga que ver con su empresa familiar: «Es cosa hermano». Ahora quiere centrarse en trabajar con esfuerzo para su actual compañía y hacer de ella un referente en el sector para España.
—Lleva al frente de Indra desde enero, ¿cómo se ideó su desembarco?
—No se ideó. Me enteré por las noticias el sábado 18 de enero por la radio que cesaban a Álvarez Pallete como presidente de Telefónica y que proponían al de Indra para el cargo. Ese mismo día nos reunimos todo el equipo directivo de Escribano y decidimos mandar una carta a la Secretaría del Consejo de Indra presentando mi candidatura, que me gustaría optar al puesto de presidente como segundo mayor accionista y primero de referencia privada en la compañía, y porque tengo la suficiente experiencia como para poder liderar su proyecto estratégico.
—Lleva apenas tres meses en el cargo y la actual Indra parece otra bajo su liderazgo, ¿trabaja sobre las directrices que lanzó su antecesor Marc Murtra en marzo de 2024 o las cambiará dado que la situación actual del sector es distinta a la de hace un año?
—Coincido plenamente con el plan estratégico lanzado por Murtra. De hecho trabajamos sobre él, está totalmente en vigor porque tiene mucho sentido. Es verdad que desde el día en que se lanzó hasta hoy han pasado muchas cosas, hay un nuevo orden mundial sobre Defensa, lo que sin duda acelera todo lo que está previsto en dicho plan. No es que vayamos a ser más ambiciosos en nada concreto, simplemente se trata de que al acelerarse los planes políticos, se aceleran los de las empresas y en nuestro caso se acortan las fechas de cumplimiento.
—¿Hay cifras sobre esa aceleración?
—Las cifras son bastante aclaratorias. Se nos dice y se publica en los medios que hay un presupuesto añadido en Defensa para España de 10.400 millones de euros, y nosotros pensamos, sin tener ningún dato ni ninguna certeza más allá de esa cantidad, de que tiene que haber una parte de la que nosotros podamos participar, lo que significa que gracias a ello se aceleraría nuestro plan estratégico.
—El nuevo presupuesto de la Defensa para España, ¿se ajusta a la realidad?
—La industria del país tiene capacidad para llevarlo a cabo, aunque no todas las empresas están preparadas para ello. Desde mi llegada en enero pasado al frente de Indra, todos los cambios van dirigidos a poder acometer las nuevas cargas de trabajo. Ese es mi máximo objetivo. Nos esforzamos mucho para poner a la compañía en un nivel superior en cuanto a la productividad. Además estamos contratando más personal para estar preparados para lo que venga. Hemos contratado ya más de mil personas de las 2.000 que estaban previstas en el plan estratégico a 2030. En un año hemos contratado más de la mitad de lo que preveíamos.
—Para el anterior presidente, la filial de tecnología Minsait estaba en venta, por aquello de que se quería centrar solo en el área de Defensa y conseguir capital para crecer en ese negocio considerado ‘core’, ¿qué papel tiene bajo su mandato esta filial?
—Minsait no está a la venta, y con esto no quiero decir que no pueda surgir alguna oportunidad en el futuro. Minsait es un pilar dentro de Indra, en la que tenemos un gran número de profesionales muy cualificados, y seguimos trabajando para dotarla de mayores capacidades y enfocarla también a fortalecerla en productos, no solo a servicios. No hay que reinventarla, hay que remodelarla para adecuarla a la actual situación, y no solo desde el punto de vista de la geopolítica, que es importante, sino por los nuevos tiempos en torno al sector de las tecnologías de la información, con la llegada de la inteligencia artificial y otro tipo de aplicaciones.
—Recientemente hemos conocido que Indra tiene en estudio la fusión con la empresa de su familia, EM&E (antiguo grupo Escribano), ¿cómo y cuándo surgió el interés por la operación?
—Tendrán que hablar con el consejero delegado (José Vicente de los Mozos) que junto a su equipo es el que llevará las negociaciones, y con el presidente de Escribano, mi hermano. Yo sinceramente no estoy participando en nada.
—Pero convendrá que es una operación delicada porque tiene usted relación familiar con la empresa, ¿están de acuerdo todos los accionistas? ¿Ha habido discrepancias o le han llegado quejas desde otros accionistas como Amber, Sapa o potenciales demandas desde los minoristas?
—Me ha llegado que hay algún accionista opina diferente, pero cuando las cosas tienen sentido común llegan a buen puerto, si está porque tenga que llegar. La realidad es que no estoy participando y evito siempre hablar de esto con nadie, ni de mi equipo ni de fuera. Ahora bien, lo cierto es que es una operación que ya estaba sobre la mesa con Murtra, desde finales del año pasado, como otros proyectos. Ahora trabajamos en compras y alianzas dentro y fuera de España.
‘Operación Escribano’
«Es un proyecto que ya estaba sobre la mesa con Murtra, como otros. Hoy estudiamos compras y alianzas, dentro y fuera de España»
—Hablemos de esa nueva Indra que quiere ser un referente nacional de la Defensa. Por esa determinación ¿surgió la compra de Hispasat?
—La realidad es que yo me encontré la decisión tomada. Es una operación que ya estaba en marcha y que surgió a finales de 2023. Yo es verdad que lideré el consejo donde se tomó la decisión final formal, pero ya estaba hecha y aceptada con el anterior equipo directivo. Por supuesto que no me opuse, ya estaba de acuerdo con la operación antes de llegar y como accionista de la compañía. Creo en las posibilidades de Hispasat y lo que está pasando en el sector nos da la razón y creo que ha sido un éxito la compra, que se cerrará previsiblemente entre septiembre y octubre de este año.
—En ese consejo, ¿no se tuvo que convencer a ningún consejero reacio a la compra?
—Yo no convencí a nadie, el consejo ya contaba con toda la información, ya la habían tratado en un consejo extraordinario en diciembre.
—En la órbita de ese nuevo campeón nacional, ¿ya no tiene cabida Santa Bárbara Sistemas?
—Hicimos una propuesta de compra y no les gustó. Así es que no se llevará a cabo. Santa Bárbara es Santa Bárbara y está muy bien posicionada en España. Tenemos buena relación y alianzas con ella a través de Tess Defence.

Ángel Escribano, durante la entrevista con ABC en las instalaciones de Indra
—Damos por hecho que interesaba Santa Bárbara por su fábrica asturiana de Trubia, donde se montan los famosos vehículos blindados 8×8 ¿Ese vacío se podría cubrir con otra compra?, ¿la fábrica de Duro Felguera que está próxima a esa localización?
—La idea es comprar un activo próximo a donde se montan los vehículos, sí, y la fábrica de Gijón de Duro Felguera es una de las opciones que se está barajando, pero no la única. La zona es la clave, no puedo desvelar nada más porque las operaciones se tuercen cuando se hacen públicas.
—Respecto a ITP Aero, Indra tiene un 9,5% y se habla mucho de que la intención es ampliar más la participación, ¿es así o quizás controlarla al 100%?
—Nos sentimos muy cómodos con la participación actual, en el futuro iremos viendo cómo funciona la compañía. ITP está creciendo fuerte y con una importante cartera en el mercado. Lo está haciendo muy bien.
—¿Se mantendrá con vida el consorcio Tess Defence (en el que participan con Santa Bárbara Sistemas, Escribano y Sapa Placencia) una vez se acabe con el proyecto del 8×8? ¿Está a gusto con todos los socios y con las participaciones que tiene cada cual?
—El proyecto del 8×8 es a muy largo plazo, hablamos de 10/12 años vista y al ritmo que se mueven las cosas, de momento tenemos garantizados al menos otros 5 años por delante de trabajo, si bien pensamos que saldrán nuevos proyectos a futuro.
VCR 8×8 Dragón
«En Indra tenemos todo en plazo, bien y funcionando. Los demás accionistas no estoy seguro de cómo tienen sus cadenas de producción»
—Para que la nueva Indra se convierta en un campeón nacional, ¿van a abrir nuevos mercados, diversificar producto?
—Ahora mismo estamos reforzando la capacidad de trabajo que tiene la compañía fuera de España y estamos muy activos en los programas europeos de defensa.
—¿El camino es consolidarse en España a través de compras y nuevos mercados para a partir de ahí seguir creciendo?
—Claro, primero vamos a intentar poner orden en casa, ver todo lo que hay en España y cómo coger ese tamaño, que es lo que más se critica. Pero creo que tiene todo el sentido lo que estamos haciendo, desde Indra se están estudiando muchas posibilidades de muchas empresas españolas para crear esa base tecnológica y capacidades.
—¿El objetivo sería la compra de pymes?
—Pymes como tal no. Hay empresas que nos parecen interesantes, otras que seguirán siendo partners nuestras y otras que uniéndolas a las capacidades de Indra podemos sumar nuevas capacidades. Por eso hay en estudio varias operaciones y varias empresas que tiene mucho sentido que se sumen al catálogo de productos de Indra. Y además, alianzas estratégicas que estamos valorando con otras compañías.
—¿Tiene Indra capacidad para hacer varias compras e integrar varias empresas?
—Indra es una empresa sólida, con una posición increíblemente buena financieramente hablando, terminó con una caja positiva el año pasado cercana a los cien millones de euros. Es una empresa sólida, sin deuda, que puede hacer muchas operaciones. En el ADN de la compañía no está hacer operaciones por hacer, está hacer operaciones que tengan que ver con la repotenciación de nuestro valor actual y nos apliquen un diferencial que actualmente no tenemos. Comprar por comprar no lo veo interesante. Ahora, comprar capacidades que hacen que podamos sacar una ventaja en el mercado a otros competidores, sí es el camino que yo quiero imprimir.
—¿Cómo es su relación con Estados Unidos? ¿Les inquieta la política de Donald Trump?
—No. La relación es extraordinaria.
—¿Y las relaciones con el resto de socios europeos?
—Muy buenas. Hemos reforzado nuestro equipo en Bruselas y quiero dar mucha más velocidad a los proyectos comunes. No lamentarnos de que no nos hayan llamado sino ser nosotros los que llamemos.
Relación con Israel
«Lo que haremos es respetar la postura que tenga nuestro país»
—¿Cuál es su relación con la industria de defensa de Israel?
—Ahí tengo poco que decir, la situación en Israel dependerá de lo que se diga, no tenemos mucho que añadir. Lo que sí vamos a hacer es respetar la postura que tenga nuestro país.
—Es una decisión política, ¿pero es viable sacar adelante programas en los que hasta ahora se contaba con tecnología israelí?
—Habrá que hacerlo. Nosotros aquí a lo que suceda.
—En cuanto al vehículo 8×8, ¿qué ha pasado en Tess Defence para que el proyecto haya tenido tantas dificultades para salir adelante?
—Siendo un éxito industrial, lo más achacable puede haber sido el plazo. Pero el gran reto industrial ha sido poner a cuatro empresas a producir un producto más un montón de subcontratistas. Y por primera vez construir un sistema completo de un vehículo tan avanzado.
—Y ahora, una vez que ha arrancado el proyecto, ¿se van a cumplir los plazos previstos y van a poder estar los vehículos operativos?
—Por parte de Indra, nosotros tenemos la firme convicción de que ya tenemos todo en plazo, bien y funcionando. Los demás accionistas no estoy seguro de cómo tienen sus cadenas de producción pero todo pinta bien.
—¿Cómo es su relación con el dueño de Amber (Joseph Oughourlian, el cuarto mayor accionista de Indra con un 7,24% del capital)?
—Muy cordial. No hay ningún tipo de problema, es colaborador y entusiasta del sector. De hecho, acaba de publicarse que Amber Capital está a favor de la operación.
—¿Sabe si tiene alguna ambición de subir su participación?
—Tiene autorización para subir al 9,9%, Indra es una empresa estratégica que no se puede pasar de ese porcentaje. En ese sentido estamos tranquilos.
—¿Tendrá esta labor su reflejo en los accionistas ampliando dividendos?
—Ojalá eso sea lo que suceda. Por supuesto que nos encantaría subirlos, es buena señal, a quién no le gusta compartir con sus accionistas la parte de su éxito. Por eso trabajamos y por eso estamos concentrados en hacerlo bien. No lo hacemos mal pero hay que mejorar. Hay un dato importante en las acciones, cuando yo cogí la compañía estaban en 15,85 euros y ahora mismo estamos en los 27,3. Eso significa que el mercado se toma muy bien lo que está pasando en el sector y los movimientos que estamos haciendo. El viento sopla a nuestro favor pero hay que abrir las velas.