En pleno océano y con su cargamento de cocaína intacto. Una operación conjunta de la Guardia Civil y la Policía Judiciária portuguesa ha permitido interceptar un narcosubmarino cargado con 6,6 toneladas de droga a 500 millas náuticas al sur de las islas Azores y a 680 del suroeste de las Canarias, según han informado este martes las autoridades de ambos países. Es la primera vez que uno de estos semisumergibles ―conocidos en la jerga policial como “embarcaciones de perfil bajo” (LPV, en sus siglas en inglés) ya que nunca se sumergen totalmente porque una parte de la misma siempre está en la superficie― es abordado con éxito tan lejos de la costa sin dar tiempo a que sus tripulantes lo hundan antes de que caiga en manos de la policía. Hasta ahora, las naves de este tipo recuperadas por las fuerzas de seguridad con droga en su interior lo habían sido siempre cerca de las costas, destacan fuentes cercanas a la investigación.
Las pesquisas apuntan a que el narcosubmarino ahora interceptado había partido de un punto cercano a la desembocadura del Amazonas en la costa de Brasil y que navegaba cargado con la cocaína rumbo a la costa atlántica peninsular, presumiblemente en las cercanías de la localidad de Sines, a 58 millas marítimas al sur de Lisboa. Una vez cerca de la costa, las pesquisas apuntan a que los tripulantes iban a trasvasar el alijo a narcolanchas de alta velocidad para que fueran estas las que lo desembarcaran en tierra el cargamento. Posteriormente, este sería distribuido por Europa a través de Andalucía. Hay cinco detenidos: un español, un colombiano y tres brasileños.
La bautizada como Operación Nautilus arrancó gracias al trabajo de inteligencia realizado por el recientemente creado Grupo Central Antidrogas de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y el Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico (CRAIN) también de instituto armado. El primero recopila todo tipo de datos sobre organizaciones criminales que utilizan cualquier tipo de embarcación para la introducción de cocaína en España, mientras que el segundo, con sede en Andalucía, analiza la información sobre organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico que operan en el sur de España. La información recopilada por la Guardia Civil en colaboración de la Agencia Nacional del Crimen británica (NCA, en sus siglas en inglés) y la Agencia Antidroga de EE UU (Drug Enforcement Administration, DEA) fue traslada a la Policía Judiciaria de Portugal ante el convencimiento de que el destino final del narcosubmarino eran las costas de este país.
Las autoridades de Lisboa pusieron entonces en marcha un operativo con la participación de la Marina y la Fuerza Aérea lusa que finalmente permitió interceptar el pasado lunes la embarcación en pleno Océano Atlántico. Tanto el narcosubmarino con la droga como los cinco detenidos han llegado escoltados esta martes a la isla de San Miguel, en el archipiélago de las Azores.
Los narcosubmarinos se han convertido en un medio de transporte cada vez más utilizado para el traslado de grandes alijos de droga desde Sudamérica a Europa “por su gran capacidad de carga, autonomía para navegar grandes distancias y facilidad para ocultarse en el mar”, destaca la Guardia Civil en una nota. Desde 1993, se han apresado a ambos lados del Atlántico más de 300 embarcaciones de este tipo. Además, los tripulantes pueden hundirlos con facilidad dejando entrar el agua si son sorprendidos por la policía, lo que dificulta e, incluso, imposibilita la recuperación de la droga como prueba de la comisión del delito.
El pasado junio, los cuatro tripulantes de uno de estos semisumergibles provocaron el naufragio de una de estos semisumergibl cuando esta a punto de ser abordado por el buque Furmal, del Servicio de Vigilancia Aduanera a 280 millas náuticas de Cádiz y 150 del Cabo de San Vicente. Los agentes solo pudieron rescatar a los ocupantes. El narcosubmarino y su carga se perdieron y, dada la profundidad de la zona del mar en la que se hundió, se descartó intentar recuperarlos.
