El Ministerio del Interior quiere rebajar a 0,2 gramos por litro de sangre la tasa máxima de alcohol permitida para todos los conductores, según fuentes del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska. La medida se incluirá en un real decreto de reforma del reglamento general de circulación y tendría que ser convalidada por el Congreso. Actualmente, la tasa máxima general para los conductores se encuentra en 0,5 gramos por litro de sangre, por lo que la iniciativa supondría rebajarla en más de la mitad. En el caso de los conductores noveles y profesionales, la tasa máxima está ahora en 0,3.
El ministro Grande-Marlaska ha avanzado este jueves en un desayuno informativo organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum que muchas asociaciones de víctimas ―como Stop accidentes― y el Consejo Nacional de Seguridad Vial le han planteado “la necesidad” de que se modifiquen y bajen los niveles máximos de alcohol durante las conversaciones para la reforma del reglamento de circulación, una reforma especialmente concebida para proteger a los usuarios más vulnerables, como peatones, ciclistas y motoristas. “Lo estamos trabajando seriamente. Es una discusión para la que la sociedad está madura y es un compromiso del ministerio abordar este debate porque nos parece muy importante el alcohol en la conducción”, ha subrayado el titular de Interior.
Si la modificación prospera, ningún conductor podrá superar los 0,2 gramos de alcohol por litro de sangre (o, midiéndolo de otra manera, 0,1 miligramos de alcohol por litro de aire espirado). Ese 0,20 se puede alcanzar, tanto para hombres como para mujeres de entre 70 y 90 kilos de peso, con un tercio de cerveza (5º), 100 ml de vino o cava (12º) o una copa de 70 ml de vermú (17º), según un cálculo del Real Automóvil Club de España (RACE).
Durante su intervención, Grande-Marlaska no ha aportado detalles de cómo se llevaría a cabo, pero fuentes de su departamento han explicado que esa demanda se concretará mediante una modificación del artículo 20 del reglamento, que establece las tasas de alcohol en sangre y aire espirado. “La realidad es que en más de la mitad de los siniestros aparece el alcohol o la droga como determinante”, ha añadido el ministro. “En este ámbito, son las asociaciones de víctimas de violencia vial, después de haber sufrido, de haber padecido, las que generan el mayor interés [en cuanto a] sus comentarios y apreciaciones”, ha añadido.
La reforma del reglamento de circulación, en manos de la Dirección General de Tráfico, se encuentra en trámite. Durante este proceso, en el que ha sido sometido a audiencia pública, Tráfico ha detectado un consenso elevado en las peticiones para rebajar las tasas de alcohol permitidas durante la conducción. Entre las organizaciones que han reclamado la rebaja están, además de la propia DGT, el departamento de Tráfico del Gobierno vasco, la Asociación Española de la Carretera, la fundación Mapfre, la Fundación Española para la Seguridad Vial, la Asociación para educar en seguridad vial y evitar lesiones por movilidad en España (Aesleme) o la Asociación Española de Prevención de accidentes de tráfico.
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El texto de la reforma se encuentra en fase de informes en el Observatorio de Seguridad Vial, que hará una propuesta de articulación de cómo quedaría el nuevo artículo 20. También se trabaja en una comparativa con experiencias europeas, en función de cada país, sus tasas de alcoholemia y sus índices de siniestralidad, señalan fuentes del Ministerio del Interior. Una vez que esté ultimado, el Gobierno debe aprobarlo en Consejo de Ministros y llevarlo a los grupos políticos del Congreso.
Para impulsar esta medida, el Ministerio del Interior se ha fijado en otros países de referencia en políticas de seguridad vial, como Suecia y Noruega, que tienen la tasa de alcohol de 0,2, una tasa que también está vigente en Polonia y Estonia. En otros países, como Rumanía, República Checa, Hungría o Eslovaquia, la tasa se encuentra en 0,0 para todos los conductores.
La medida va en línea con la última campaña institucional de la Dirección General de Tráfico, presentada a comienzos de verano, cuyo eslogan es “solo cero alcohol tiene cero consecuencias”. Esta campaña fue ideada para alertar y concienciar de que son muchos los conductores que, aun no siendo denunciados por no superar la tasa máxima permitida, se ponen al volante de un vehículo habiendo ingerido alcohol, lo que reduce sus reflejos y capacidad de reacción ante cualquier imprevisto.
El alcohol sigue siendo el segundo factor concurrente de los siniestros mortales: está presente en el 26% de los fallecidos en accidentes de tráfico, según datos difundidos este miércoles por la Dirección General de Tráfico, con motivo de la última una campaña especial de vigilancia y control de alcohol y drogas. En esta actuación, desarrollada entre el 19 y el 25 de agosto, la Guardia Civil detectó 3.801 conductores bajo los efectos de estas sustancias, 543 cada día.
En 2023 se realizaron 6,7 millones de controles de alcoholemia en el ámbito de la agrupación de tráfico de la Guardia Civil, alrededor de 912.000 controles más que en 2022 y la mayor cifra de los últimos diez años, según se recoge en la memoria de la Fiscalía. Estos datos no incluyen a las comunidades en las que las competencias de tráfico están transferidas, como Cataluña, País Vasco. En Navarra, donde comenzaron a gestionar las carreteras el pasado julio, habrá un periodo —inferior a cinco años— durante el que Policía Foral y Guardia Civil seguirán ejerciendo conjuntamente las labores. Al igual que al Ministerio Público, que alertó en su memoria del “creciente y preocupante auge” del binomio drogas-conducción, el ministro ha asegurado que preocupa “muchísimo” incrementar estos controles.
En cuanto a la siniestralidad vial, Grande-Marlaska, ha reconocido que se empezó el año “muy mal”, con incremento de las víctimas mortales en las carreteras de un 16% en el primer trimestre. Esa situación hizo que el Gobierno pusiera en marcha un plan de choque en abril. “A día de hoy, tenemos un incremento de un 4% con respecto a 2023″, ha manifestado. Desde el 1 de enero y hasta el pasado 1 de septiembre, se han contabilizado 783 fallecidos en las carreteras españolas, 33 más que en el mismo periodo del año pasado, según datos de la DGT. El plan de Interior incluía la presencia de más agentes de tráfico y un incremento de radares de tramo. “No es para recaudar, es para garantizar que se cumplen las normas, y cuando se cumplen las normas se salvan vidas”, ha subrayado el ministro.
