Que Israel haya lanzado una ofensiva a gran escala sobre Irán sin el apoyo de Estados Unidos y durante las negociaciones de un acuerdo nuclear entre Teherán y Washington da medida de muchas cosas y, entre ellas, de cómo Trump no le tiene cogida la medida a la política internacional ni mucho menos controla el desarrollo de los hechos como quiso hacer creer al mundo. Uno de los imposibles que prometía el presidente norteamericano era la paz mundial poco menos que instantánea bajo su mandato. Bien al contrario, las dos grandes guerras por las que sufría el panorama internacional, como son la invasión rusa de Ucrania y la operación de Israel en Gaza, lejos de extinguirse, no hacen más que recrudecerse. Ahora se suma la ofensiva israelí sobre Irán bajo el mandato de terminar con la capacidad de aquel país para conseguir una bomba nuclear que se produce a sus espaldas, sin su apoyo y abriendo una gran incógnita sobre la paz en Oriente Medio y las capacidades del presidente republicano para controlar siquiera a sus aliados.
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