Con ocasión del quinto aniversario del estado de alarma por covid y ante la perspectiva de una guerra europea contra Rusia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OTAN (Organización del Atlántico Norte), en colaboración público-privada con las grandes farmacéuticas (Pfizer, AstraZeneca, Bayer) y con el complejo militar-industrial (Lockheed Martin, Northrop Grumman, Rheinmetall), emitimos el siguiente documento:
«Instrucciones a la ciudadanía redactadas por el comité de expertos sanitario-geopolítico, en el probable caso de que vuelva el covid o llegue una nueva pandemia, solapándose a la vez con el aún más probable caso de que estalle una Tercera Guerra Mundial»
1.- Sea usted racional y sensato: obedezca ciegamente y sin cuestionarlas las siguientes instrucciones. Habrá quien le diga que nuestras industrias de armas y fármacos basan su negocio en fomentar la guerra y las enfermedades. ¡No lo crea! Tenga usted pensamiento crítico e ignore todas las críticas. Aquí velamos por usted; no haga caso a los discursos conspiranoicos y negacionistas.
2.– Permanezca atento a las nuevas órdenes que irán llegando diariamente y no desconfíe si son contradictorias entre ellas. Un día le pedimos que se quede encerrado durante meses en su casa de 30 metros cuadrados y ahora le pediremos que se marche a combatir a 4.000 kilómetros de aquí, pero todo tiene un porqué. Créanos. Si le decimos que el covid vino por culpa del cruce entre un pangolín y un murciélago, créalo. Si le decimos que la guerra es culpa del cruce entre rusos, iraníes y norcoreanos, créalo. ¿Cuándo le hemos mentido?
3.– Incluso en la guerra, la salud es su principal obligación. Haber llegado a un conflicto mundial nuclear no es culpa de nadie, ¡no hay nada que las élites globales hayamos podido hacer para prevenirlo!, pero usted SÍ es responsable de protegerse y protegernos ante posibles contagios pandémicos. No sea imprudente.
«Increpe y delate a todo aquel que no cumpla con las medidas sanitarias y a aquellos que estén intentando huir del reclutamiento»
4.- Todas nuestras políticas, bien sean de vacunación o de reclutamiento, son completamente voluntarias. Quienes elijan no hacerlo, serán perseguidos en medios de comunicación y redes sociales, señalados públicamente entre sus conciudadanos y privados de sus derechos, desde acudir a establecimientos públicos hasta viajar. Por el contrario, quien libremente mantenga al día su cartilla de vacunaciones y su hoja de servicio, obtendrá un pasaporte covid y un pasaporte Ucrania que le permitirá viajar en los años siguientes sin ninguna limitación a los frentes de Oriente Medio, Taiwán y sucesivos (si tiene usted la suerte de llegar hasta entonces).
5.– Para los que queden excluidos del proceso de reclutamiento: ¡quedarse en casa es también una importante misión! Apóstese en su ventana y observe, increpe y delate a todo aquel que no cumpla con las medidas sanitarias y, sobre todo, a aquellos que estén intentando huir del reclutamiento. Piense que ellos son unos egoístas y que por culpa exclusiva de ellos estamos en esta pandemia y en esta guerra; que por culpa exclusiva de ellos están muriendo los familiares y amigos de usted.
6.- Para quien vaya al frente: entre sus materiales de guerra recibirá productos sanitarios como guantes y una PCR. Hay también una pistola-termómetro para tomar la temperatura a sus compañeros y a usted mismo a la altura de la sien: no la confunda con la pistola reglamentaria. En su mochila hay también mascarillas. En caso de ser víctima de un ataque Nuclear-Biológico-Químico, la mascarilla debe permanecer puesta por debajo de la máscara antigás. Que las llamativas luces de un hongo atómico no le distraigan del verdadero peligro microscópico de virus y bacterias.
7.– Por mucho que estemos ante una guerra moderna, abundan los casos de combate cuerpo a cuerpo en que los soldados tendrán que matarse con cuchillos e incluso a culatazos, pisándose y si hace falta mordiéndose hasta desangrarse. Evite exponerse a este tipo de contactos de corta distancia: el peligro de contagio se dispara exponencialmente.
«Un virus tipo covid podría sobrevivir durante un día en la mezcla de lodo y fluidos humanos que habrá en la trinchera»
8.– La distancia de seguridad recomendada para las trincheras es de un metro como mínimo entre recluta y recluta. Esto le permitirá una doble funcionalidad que le resultará muy provechosa: por un lado, no contagiará ni será contagiado al toser o estornudar, por otro lado, si es alcanzado por fuego de mortero, explotará solamente usted, mientras que sus compañeros podrán seguir combatiendo: todos ganamos.
9.– Recordará usted que, en tiempos del covid, publicamos una tabla detallando cuánto tiempo puede el virus sobrevivir en diferentes superficies habituales en la vida civil: ropa, cristales o paredes. Aquí va la actualización para la vida militar y las superficies que le van a rodear. Un virus tipo covid podría sobrevivir durante un día en la mezcla de lodo y fluidos humanos que habrá en la trinchera. Hasta dos días en sus pozos negros y orinales colectivos. Hasta tres días en las gotículas de salpicaduras de sangre y vísceras que recibirá. Y hasta cuatro días en los cadáveres en descomposición con los que tenga que convivir. Especial horror serán los cuerpos muertos de niños pequeños: son supercontagiadores.
10.– Las políticas de confinamientos y toques de queda se aplicarán según la curva de contagios. Se puede llegar a restringir la movilidad entre ciudades, provincias y comunidades autónomas del frente de guerra. En tal caso, si desea desplazarse a pie, en tanque o en avión para tirotear o bombardear una posición fuera de su límite, tendrá que solicitar un salvoconducto de paso a las autoridades competentes de la población que desee usted arrasar. Piense en ellos.
11.– Si quiere toser o estornudar, procure hacerlo en la parte interior de su codo derecho. En caso de que haya sido amputado a causa de las constantes explosiones, recurra al codo izquierdo. Si también carece de él por una situación de desmembramiento múltiple, lo preferible es toser o estornudar en dirección a su pecho. La salud debe ser lo primero.
«Tendrá que costearse su incineración, con fines de desinfección»
12.– Es muy probable que sea usted hecho prisionero. En tal caso, debe recordar que se trata de una guerra total, por lo que no podemos garantizarle ningún tipo de derecho a no ser torturado, violado ni ejecutado. Sin embargo, tiene usted el derecho fundamental e inalienable de exigir que cualquiera de esas prácticas que se realicen contra usted se llevan a cabo en horarios separados, para evitar aglomeraciones de riesgo: una franja horaria para los más mayores, otra para los que tengan hijos, otra para los que tengan perro, etc.
13.– En caso de su defunción, o de la de sus seres queridos, lamentablemente no será posible acudir a velatorios ni a despedirse del cadáver, por motivos sanitarios. Además, tendrá que costearse su incineración, con fines de desinfección. La buena noticia es que normalmente los cadáveres se quedan en tierra de nadie en el campo de batalla, irrecuperables por siempre para sus familias, por lo que seguramente no haya ocasión de perderse muchos funerales. Y aun en caso de recuperarse los restos, la incineración (completa o parcial) normalmente ya ha corrido a cargo de Rusia, lo que supondrá un ahorro para el bolsillo de nuestros autónomos y pequeños empresarios.
14.– Cumpla con estas instrucciones con la esperanza de que nosotros no le fallaremos. Cuando pase penurias, hambre o frío, piense que nosotros también nos estamos apretando el cinturón: pagaremos un impuesto especial del 1% sobre nuestras ganancias millonarias. Cuando tenga usted que estar confinado en un agujero en el frente o en una celda enemiga, piense que aquí nadie se libra: nosotros también estaremos cerrados a cal y canto en algún búnker antinuclear, con muy poca cobertura y con los armarios y garajes justos. Aquí todos arrimamos el hombro. Recuerde: saldremos mejores. Nosotros seguro. Y ustedes esperemos que también. Si es que salen.