Júpiter y Venus superbrillantes bajo la lluvia de las Gemínidas

Este fin de semana, tras el atardecer, tenemos a Júpiter por el este y a Venus por el oeste, ambos sumamente brillantes. Júpiter estará en conjunción con la Luna en la noche del sábado 14. También son visibles en diciembre Saturno, Marte y Mercurio. La lluvia de estrellas de las Gemínidas alcanza su máximo en estos días.

La Luna y Júpiter sobre el cinturón de Venus

Este fin de semana tenemos la oportunidad de observar una bonita conjunción de la Luna muy crecida (el plenilunio es el día 15) con el gigante Júpiter. La escena tiene lugar en la constelación de Taurus; si observamos poco después de la puesta de sol, hay que situarse mirando al este. Como los dos astros están ahora muy brillantes esta conjunción podrá verse incluso en los cielos contaminados de las ciudades.

Unos 20 minutos después de que se haya acostado el Sol, la sombra de la Tierra, una banda de color gris sobre el horizonte, se ve rodeada por un resplandor rosáceo: es el llamado cinturón de Venus. Naturalmente el cinturón de Venus no tiene nada que ver con el planeta que lleva el mismo nombre, este fenómeno está originado por la retrodispersión de la luz solar en la atmósfera terrestre. En estos momentos, esa banda rosácea proporciona un fondo magnífico para observar la conjunción de Selene con el rey de los planetas.

Y es que Júpiter se encuentra ahora superbrillante, pues pasó por su oposición el día 7 de diciembre. Esto significa que Júpiter, la Tierra y el Sol se encuentran estos días, sobre una misma línea recta. En esta configuración, el planeta gigante se encuentra lo más cerca posible de nuestro planeta, pero, así y todo, su distancia supera los 600 millones de kilómetros. La Tierra y Júpiter pueden ser vistos como dos corredores que avanzan por sus calles respectivas (sus órbitas). El día 7, nuestro planeta, que venía detrás de Júpiter, se ha situado a su altura y lo ha adelantado. Es un fenómeno que se repite cada 13 meses.

En esta configuración, el planeta gigante se levanta según se acuesta el Sol y atraviesa la bóveda celeste para acostarse al amanecer. En la mitad de la noche se encuentra a unos 50 grados de elevación en condiciones inmejorables para su observación desde España. En términos astronómicos: su magnitud es ahora de -2,8 y su diámetro aparente mide 48 segundos de arco (unas 40 veces menos que el de la luna llena).

Cuando observemos esta conjunción tras la puesta de sol, podemos aprovechar para admirar el magnífico brillo de Venus, planeta que será visible entonces por el oeste. Venus se encuentra ahora a 130 millones de kilómetros de la Tierra, es decir, un poco más cercano que el Sol (que se encuentra a 150 millones de kilómetros) y unas 4,6 veces más cercano que Júpiter. La diferencia de tamaños de los dos planetas (el volumen de Júpiter es 1500 veces mayor que el de Venus) combinada con la diferencia en sus distancias, hace que el brillo de Venus sea 4 veces mayor que el de Júpiter.

Saturno, Marte y Mercurio

Los días 17 y 18 de diciembre, será Marte quien forme una conjunción con la Luna. De hecho, las posiciones aparentes de los dos astros se aproximarán tanto que llegará a producirse la ocultación del planeta rojo tras nuestro satélite el miércoles 18. Sin embargo, esta ocultación no será fácilmente observable, pues tendrá lugar ya de día, unas dos horas después del amanecer. La inmersión tras el disco lunar sucederá a las 10:44, hora peninsular y de Baleares.

Saturno sigue siendo visible durante la primera mitad de la noche, se le puede avistar alto sobre el horizonte sur tras el atardecer, aunque con un brillo muy modesto (110 veces menor que el de Venus). Finalmente, el pequeño Mercurio se dejará ver en los amaneceres de la segunda quincena del mes.

Gemínidas con luna

Las Gemínidas, una de las lluvias de meteoros de las más copiosas del año, alcanzan su máximo durante la noche del 13 al 14 de diciembre, con la Luna muy crecida ya que, como hemos señalado, el plenilunio tiene lugar el día 15. Convendrá observar esta lluvia de estrellas unos días antes o unos días después de su máximo, pues pueden verse meteoros desde el 4 al 17 del mes. Las Gemínidas reciben su nombre de la posición de su radiante, en la constelación de Géminis (y más concretamente, cerca de la estrella Cástor). Una peculiaridad de esta lluvia de estrellas es que su progenitor es un asteroide, el llamado Faetón, muy probablemente un cometa ya extinto.

Recordemos que para observar las estrellas fugaces no se necesita ningún instrumento, ni binoculares, ni telescopio. Eso sí, es importante buscar un lugar libre de contaminación lumínica y tener paciencia.

Ya nos encontramos muy próximos del solsticio de invierno, son las noches más largas del año. Cuando la atmósfera está despejada, son las mejores para la observación del cielo. Aprovechemos para levantar la vista hacia la sublime bóveda nocturna, eso quizás nos haga recordar que somos parte de un cosmos muy antiguo que ha fascinado a todas las civilizaciones sobre la Tierra, un cosmos lleno de portentos que nunca deja de asombrarnos.

Rafael Bachiller es director del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional) y académico de la Real Academia de Doctores de España.