La Alta Inspección educativa «permite que en un centro educativo se penalice a los alumnos por usar el castellano y se premie a los que hablan catalán». La Asamblea para una Escuela Bilingüe (AEB) denunció hace unos meses ante la Alta Inspección educativa que un profesor de un instituto de Torredembarra (Tarragona) en su asignatura, que no es lingüística, «concedía puntos a los estudiantes que se expresaban en catalán y castigaba a los que lo hacía en español» incurriendo en una práctica «totalmente discriminatoria que atenta contra derechos fundamentales de los alumnos».
Ahora, en su respuesta a la entidad, a la que ha tenido acceso ABC, la Alta Inspección educativa «avala la práctica y se limita a afirmar que el centro se ajusta a su proyecto lingüístico y no incumple ninguna normativa», denuncia Ana Losada, presidenta de la AEB.
«El Proyecto Lingüístico del centro (PLC) indica que durante la educación secundaria se hace un tratamiento metodológico de las dos lenguas oficiales teniendo en cuenta el contexto sociolingüístico, para garantizar el conocimiento de las dos lenguas por parte de todo el alumnado, independientemente de las lenguas familiares», asegura la Alta Inspección en su respuesta. Añade que «en el artículo 121, apartado 2bis, de la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 mayo de Educación (LOMLOE) se establece: los centros adoptarán las medidas necesarias para compensar las carencias que pudieran existir en la competencia en comunicación lingüística, en lengua castellana y en su caso en las lenguas cooficiales, tomando como referencia el análisis realizado previamente e incluyendo dicho análisis y tales medidas en su proyecto educativo» y que «el Departamento de Tecnología realiza las actividades de acuerdo con el Proyecto Educativo del Centro (PEC)».
Recuerda también que la Generalitat les ha precisado que su cuerpo de inspectores «de acuerdo con las funciones que tiene atribuidas, supervisa las programaciones didácticas según la normativa vigente y en el marco del Proyecto Educativo del Centro».
La práctica de este profesor la denunció ante la Alta Inspección educativa la Asamblea por una Escuela Bilingüe. También incluyó el caso en su informe sobre las prácticas «censurables» que se llevan a cabo los centros impulsores del catalán (ULAE). Según la AEB el caso de este profesor del centro de Torredembarra «es un claro ejemplo de como ULAE puede dar cobertura a actuaciones individuales más radicales».
Impacto académico
Según denuncia la Asamblea por una Escuela Bilingüe, el profesor llegó a confeccionar una aplicación a través de la que comunica al alumno la pérdida de puntos por no interactuar en catalán. «La presión a los alumnos es a veces presentada como un premio, si utilizas siempre el catalán puedes conseguir mejorar la nota, es un criterio de evaluación más. Partiendo del ‘regalo’ de 100 puntos, estos se sumarán o mejorarán la nota media de la asignatura a final de curso, pero siempre que mantengan el catalán como única lengua en clase», apuntan desde la AEB.
«Bajo la apariencia de un premio y argumentando que el objetivo es promover el uso del catalán, se está castigando el uso del castellano por parte de los alumnos y coaccionando su libertad individual», denuncia Ana Losada. En uno de los esquemas de un taller ULAE se apunta la posibilidad de «potenciar el uso del catalán a través de los criterios de evaluación de las asignaturas».
